Nueve 💖

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Sakura agarró el delantal blanco que le entregaron y se lo ató a la cintura a
regañadientes. Después siguió a Lucia, la encargada de la cocina, hasta un enorme saco de patatas. Deseaba preguntarle cómo el hecho de pelar patatas a esas horas de la mañana ayudaría a rescatar su negocio, pero se contuvo porque sabía que
aquello no contribuía más que a engrandecer el ego de Sasuke y no tenía sentido que lo pagara Lucia.

Lucia la dejó manos a la obra. Sakura tenía que demostrarle a Sasuke que no temía el trabajo duro. Miró a su alrededor y suspiró, recordando la breve conversación que había tenido con su madre aquella misma mañana.

–¡Oh, Sakura, es una noticia estupenda!
Sakura había tratado de no infundirle un tono demasiado optimista a sus palabras cuando le contó a su madre que había conseguido suficiente dinero para hacer las primeras reformas, pero dadas las dificultades económicas por las que pasaban era normal que ella estuviera encantada.

–Bueno, no es un préstamo normal, mamá. Hay algunas condiciones –Sakura trató de relegar al fondo de su mente la inquietante imagen que le provocaban las
condiciones de Sasuke– Tendré que quedarme aquí el mes próximo.

–Estoy segura de que podremos arreglárnoslas –contestó la madre– Sí, por supuesto que podremos.

–¿Anoche hubo gente? –preguntó Sakura esperanzada. Si hubiese ocurrido un milagro mientras ella había estado fuera, podría decirle a Sasuke lo que podía hacer con su contrato y regresar a donde la necesitaban.

–Me temo que fue una noche tranquila, cariño. Incluso cancelaron la reserva que teníamos para celebrar un cumpleaños. Al parecer no habían venido hacía años y cuando uno de ellos vino a ver el lugar, cambió de opinión.

Sakura sintió que se le encogía el corazón al imaginar otra mesa vacía. Pero al mismo tiempo, sentía la necesidad de continuar con aquella locura hasta el final.

Era lo único que le permitiría hacer los cambios necesarios.
–Pero no pensemos en ello ahora, justo cuando tenemos la buena noticia de que un alma caritativa nos ha ofrecido un préstamo –continuó la mujer.

Sakura decidió que su madre debía saber de dónde iban a sacar el dinero, a pesar de que ella pensara que Sasuke no era nada parecido a un alma caritativa.

–He hablado con Uchiha Enterprises –dijo Sakura, pensando que, si no
pronunciaba el nombre de Sasuke, evitaría que su madre lo relacionara con el pasado, aunque dudaba de que su madre lo hubiera olvidado.

Después de todo, a
su hija le habían ofrecido la oportunidad de su vida y había regresado con un montón de excusas. Que si el trabajo no era lo que esperaba. Que si la barrera
idiomática era difícil de superar. Que no había nadie de su edad.

A posteriori, Sakura se percató de que, al poner tantas excusas y que ninguna estuviera relacionada con
Sasuke, se había descubierto. El hecho de que su madre quedara en silencio momentáneamente se lo confirmó.

–No ha debido de resultarte fácil, Sakura. El señor Uchiha es un hombre formidable. Una vez se quedó impresionado con lo que vio aquí. Y debe de
recordarlo.

«Sí lo recuerda», pensó Sakura, mientras dirigió la conversación hacia detalles prácticos que tendrían que resolver durante su ausencia. «Precisamente, ése es el
problema».

Amante Mía  ~SasuSaku ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora