Quince 💖

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Sasuke la guió hacia el interior de la sala. Ella sintió que el calor de su mano penetraba en su piel, de forma dominante pero tranquilizadora a la vez. Las paredes y el techo estaban adornadas en tonos dorados, y el aroma de los perfumes
caros se percibía en el ambiente.

Ella observó cómo Sasuke se movía entre la gente saludando a unos y a otros de manera educada y deteniéndose para presentarla a la gente que consideraba importante para Uchiha Enterprises. Sakura consiguió contener su nerviosismo y se esforzó por mantener
conversaciones triviales mientras degustaba la copa de vino rosado que él le había dado.

Sin embargo, Sasuke no parecía complacido. Ni siquiera cuando ella dio un paso atrás para permitir que las mujeres se acercaran a él, una por una, para saludarlo y susurrarle algo al oído antes de marcharse pavoneándose.

Pero finalmente, ella vio que su expresión seria daba paso a una suave sonrisa, cuando una mujer de cabello
largo y negro se acercó a él.
–Sandra –dijo él– Me alegro mucho de que hayas podido venir.
La mujer sonrió y miró a Sakura. Sasuke se volvió hacia ella.

–Sakura, quiero presentarte a mi hermana Sandra. Sandra, ésta es Sakura.
–Es un placer conocerte, Sakura –Sandra la saludó  tendiendole la mano.
–Lo mismo digo –contestó Sakura, y le estrechó la mano, percatándose de lo
cómoda que se sentía con aquella bella mujer.

–No estoy segura de por qué te ha traído Sasuke a un evento como éste, pero me alegro de tener una compañera.
Sakura se rió.
–Yo también –admitió.
Sasuke vio a alguien a lo lejos y se disculpó un instante:

–Perdonenme un momento –dijo él, mirando hacia un grupo de hombres que estaba al otro lado de la sala– No tardaré mucho –acarició el brazo de Sakura antes de marcharse y ella se estremeció.

–Mi marido, Luca, también está por allí –dijo Sandra mirando en la dirección en la que se dirigía Sasuke – Le dije que me quedaría en casa cuidando de Max, y que
así no tendríamos que contratar a la niñera, pero insistió en que lo acompañara.

Sakura se fijó en la expresión de adoración que había en la mirada de Sandra y supo
que su esposo no la había llevado allí como si fuera un mero accesorio.

Se sorprendió al ver lo normal que le parecía estar allí, hablando con ella mientras miraban a los hombres, como si Sasuke y ella fueran una pareja de verdad.

Sintió ganas de explicarle que su situación era completamente diferente, pero Sandra no le dio la oportunidad.

–Sasuke me ha dicho que estás trabajando para él. Tengo entendido que el
marketing es tu especialidad, así que probablemente te encuentre mucho más
cómoda que yo aquí.

–Sólo estaré un mes aquí –dijo ella–, y me temo que mi experiencia en el área del marketing es muy pequeña comparado con todo esto.

–¡Seguro que es cincuenta veces mayor que la mía! –se rió Sandra– No tengo ni
idea de todo esto y, si te soy sincera, Luca también está fuera de lugar, pero puesto que compramos una granja, esperaban que asistiera.

Sakura imaginó a Sandra en una granja, rodeada de animales, cultivos y niños. no sabía por qué, pero la idea le suscitaba un sentimiento de nostalgia.

–¿Sakura?
Oyó que alguien la llamaba desde el otro lado de la sala. La voz le resultaba familiar, pero no reconoció a la persona hasta que no se volvió para mirarla.

–¡Chris!
Vestido más elegante que nunca y luciendo su bronceado californiano, Chris la miró de arriba abajo y asintió antes de besarla en las mejillas.
Sakura le dio un abrazo cariñoso y se lo presentó a Sandra. Ella sonrió con sinceridad.

–Creía que seguías en los estados Unidos –dijo Sakura. Habían pasado seis meses desde la última vez que había hablado con él, cuando lo llamó para contarle lo de Harunoson’s. Ella sabía que él no tenía dinero para invertir en el local después de haberse gastado su herencia en inversiones en el extranjero, pero su padre había sido amigo de su familia y ella siempre había valorado su amistad.

Chris suspiró y dijo:
–¡No tuve tanta suerte! Pasé años investigando sobre la cocina norteamericana para ofrecérsela al público japonés y ¿qué descubrí? ¡Que lo que vende es lo
tradicionalmente europeo! Así que aquí estoy, empapándome del ambiente de los
restaurantes de Konoha.

Sakura se rió al oír que hablaba como si se sorprendiera del resultado de su
investigación y como si estar allí le pareciera una lata.

–Pero no hablemos de mí. ¡Cuéntame qué diablos estás haciendo aquí y quién es el responsable de esta fabulosa transformación! estás radiante.

–No es lo que te piensas –dijo Sakura, mirándolo con la complicidad de una vieja amiga–. El motivo por el que estoy aquí está relacionado con una posible inversión en Harunoson’s.

–¿Y quién podría negártela con un modelito como ése? –le guiñó un ojo.
–Algunos.
Sakura oyó la voz de Sasuke por detrás. No sabía cuánto tiempo llevaba allí, pero
cuando se volvió, se percató de que tenía una expresión oscura.

–¡Sasuke! –Sakura no sabía por qué se sentía como si se hubiera quedado sin aire en
los pulmones, pero no le gustaba. Forzó una sonrisa y dijo– ¿Recuerdas que te
conté que viajé a los Estados Unidos? Éste es Chris. Ahora está investigando aquí.
Chris, éste es Sasuke. Sasuke...

Sakura observó cómo se estrechaban las manos mientras la orquesta comenzaba a tocar.
–¿Sasuke Uchiha? –preguntó Chris asombrado– Soy gran admirador de tus
restaurantes... Son una gran fuente de inspiración.

Amante Mía  ~SasuSaku ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora