Doce 💖

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Sakura se sentía como si fuera ella la que estuviera en el plato, cuando le entregó los tomates rellenos a un camarero y le pidió que se los llevara a Sasuke. Al parecer, el señor Uchiha no estaba de humor para tomar risotto de champiñón.

El restaurante estaba lleno de hombres y mujeres hablando de negocios. Pero a pesar
de la cantidad de hombres vestidos de traje que había, ella se fijó inmediatamente
en el hombre que estaba sentado junto a la ventana. Él la miraba con sus ojos cautivadores y su potente masculinidad se disimulaba en su postura, ocultando el
peligro.

Era evidente que lo tenía todo planeado. Sasuke hacía que ella sintiera que todo el mundo, excepto ellos, era invisible, pero él no sentía ni una pizca de
respeto hacia ella. Haciendo un gran esfuerzo, Sakura se dirigió hacia él.

–Tengo la sensación de que esto es un déjà vu, Sakura. ¿Tú también?
–Bueno, anoche mismo estuvimos aquí, Sasuke. Supongo que será eso –no tenía intención de contarle que todavía recordaba la primera vez que se habían conocido– Y respecto a mí, como ya te dije antes, servir mesas es algo que tengo dominado. Así que no es tanto un déjà vu como una experiencia común.

–¿Consideras que trabajar aquí por segunda vez en tu vida es una experiencia común, Sakura? Compadezco al hombre que busque darte algo poco común.
–No confío en los hombres para llenar el vacío que tú consideras que tiene mi vida, Sasuke.

–¿De veras? Sólo confías en ellos para conseguir dinero, ¿no es así?
Sakura todavía tenía el plato en las manos. A pesar de que estaba de pie, él la dominaba de algún modo, como si fuera un depredador a punto de saltar sobre su presa.

¿Qué sentido tenía discutir con él? ¿Decirle que la idea de utilizar a los hombres para conseguir dinero la disgustaba tanto que era la primera vez en su
vida que le pedía ayuda a un hombre? Después de lo que había sucedido la noche anterior, él no le creería. Era mejor que siguiera pensando así a que conociera la verdad. Su debilidad le proporcionaría demasiada satisfacción.

–Buon appetito, señor Uchiha. Disfrute de la comida –Sakura dejó el plato frente a él, puso una falsa sonrisa y comenzó a marcharse.
–¿Has comido? –preguntó él.

–¿Quieres decir que tengo derecho a hacer un descanso para comer? No tenía ni idea de que tus condiciones de trabajo fueran tan humanas –se volvió para mirarlo.

–Siéntate, Sakura. Come conmigo.
–¿Por qué?
La pregunta lo pilló desprevenido.
–Porque ambos tenemos hambre, querida.
Le dedicó una mirada cargada de sensualidad.

–Gracias, pero comeré algo con Lucia –contestó con calma He de conocer la vida de la servidumbre. ¿No es por eso por lo que estoy aquí?
–Entonces, tómate un café –sugirió él.

Sakura se fijó en sus labios mientras bebía un sorbo de café y recordó el sabor de sus besos. Negó con la cabeza y dijo:

–Acabo de tomarme un expreso que me ha preparado Lee, gracias. Será mejor que me vaya. Estoy segura de que tener a una camarera merodeando mucho
rato no da buena imagen.

–Creo que podrías dejar que sea yo el que decida qué imagen quiero darle a éste lugar –murmuró él, y la miró como si estuviera desvistiéndola con la mirada – No me gustaría que se te enfriaran los tomates. Discúlpame, por favor.

Amante Mía  ~SasuSaku ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora