Amante Mía ~SasuSaku ~

Diesciocho 💖

Sakura separó los labios al contemplar su torso bronceado y musculoso, salpicado por una fina capa de vello oscuro. Se acercó al borde de la cama mientras él se
tumbaba a su lado y, a través de la tela de los vaqueros, notó el calor de su deseo contra el vientre.

–Por favor –suplicó ella, presionando los senos contra su torso. Él se quitó los pantalones y la ropa interior, liberando su miembro erecto. Al
verlo, ella se quedó boquiabierta y la innegable evidencia de su masculinidad, suave y poderosa, provocó que se le formara un nudo en el estómago.

Estiró la mano para acariciarlo, pero él se retiró.
–Las damas primero –sonrió con picardía.
«Como siempre, un caballero», pensó ella, mientras él le acariciaba el vientre con un dedo antes de detenerlo sobre la parte interior de su muslo y retirar a un
lado la prenda de encaje.

Ella gimió cuando él introdujo un dedo en su interior y comenzó a moverlo rítmicamente, provocando que se estremeciera cada vez con más fuerza.

Se fijó en que él la miraba con satisfacción mientras ella apretaba la entrepierna contra su mano, pero deseaba que él también sintiera placer, así que, le agarró el miembro con la mano y lo oyó gemir.

–¿Tienes idea de lo que me haces sentir, querida? –le preguntó mientras ella lo
acariciaba al mismo ritmo que él a ella.
–Sé lo que voy a hacerte –dijo ella con tono seductor, y se colocó a horcajadas sobre su cuerpo.

Él abrió los ojos al darse cuenta de lo que ella estaba a punto de hacer, y por un instante, ella pensó que iba a detenerla.
–Espera –dijo él, estirando el brazo hacia la mesilla de noche. Al momento, se había puesto un preservativo.
La sujetó por las caderas, la guió hacia su miembro y la penetró.

El cuerpo de Sakura se abrió a él como si estuviera especialmente creado para ello, y ella se  sorprendió al ver que, a pesar de que ella estuviera encima, él se había hecho con el control. Decidida a recuperar el control de la situación, ella se movió sobre él, despacio,
deslizándose de arriba abajo sobre su miembro, adquiriendo un ritmo constante que él comenzó a seguir con las caderas.

Poco a poco, ella aumentó el ritmo de sus movimientos, provocando que ambos se comunicaran sin palabras. La idea de
estar haciéndole el amor a Sasuke le proporcionaba tanto placer como el placer
físico que sentía al tenerlo en su interior.

Ella no sabía cómo fue capaz de contener el orgasmo a medida que aumentaba la pasión, pero estaba decidida a que él perdiera primero el control. Cuando oyó que él empezaba a gemir y notó que las embestidas eran cada vez más profundas, no pudo contenerse más.

Ambos llegaron al éxtasis al unísono, como si estallaran en mil pedazos, al igual que un cohete de fuegos artificiales iluminando el cielo de la noche. Sasuke la mantuvo abrazada hasta que sus respiraciones se calmaron.

Sakura sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas por culpa de la emoción. Con los ojos
cerrados, se percató de que por segunda vez en su vida había caído en terreno desconocido, donde no sabía qué debía hacer ni qué decir.

Sólo que esa vez no
había posibilidad de malinterpretar el futuro. Aunque ella pensaba que no habría podido actuar de manera más impulsiva, se percató de que lo que había hecho se correspondía con todo lo que él había esperado de ella desde el momento en que entró en su despacho tres días atrás.

La idea provocó que abriera los ojos de golpe, y sus cuerpos entrelazados sirvieron para recordarle que él no se había equivocado.
–No hace falta que finja sorpresa por mi parte –murmuró él, con los ojos entrecerrados– Ambos sabíamos que entraba en el menú.