Pov Sofía
—¡Mark, Sofía! ¡Levantaos, que el desayuno ya esta listo!—chilló mamá
—Mamá, no hace falta que chilles, ya estamos despiertos.—le avisé entrando en la cocina para desayunar.
Mamá nos miró a los dos extrañada.
Por lo general Mark y yo éramos unas marmotas que dormirían veinticuatro horas en el día. Cuando éramos pequeños, mamá tenía muy difícil el despertarnos. Y con el paso de los años eso no había cambiado en lo absoluto. Siempre tenía que despertarnos a gritos diciendo que llegaríamos tarde al colegio y que el desayuno iba a enfriarse.Pero esta mañana había sido distinto.
Los dos estábamos despiertos, peinados, vestidos y listos para afrontar un nuevo día.—¿Ocurre algo mamá?—preguntó Mark tomando un trozo de pan mientras miraba a mamá.
La pobre nos observaba como si no fuéramos sus hijos.
—Eso debería decirlo yo...—murmuró.
Decidí ignorarla y seguir tomando mi café.
Si, tengo quince años y tomo café. Curiosamente me encantaba y yo sin café no era persona. Pero no aceptaba cualquier café, debía ser tan negro como mi alma....A quien engañamos, mi alma son unicornios morados. Pero el café negro me chiflaba.Además, el día de hoy necesitábamos energía para poder continuar con el entrenamiento de la mano mágica.
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·—Los chicos están muy centrados.—comentó Silvia.
Estábamos en el entrenamiento. Como no, los chicos lo estaban dando todo en el campo de juego, mientras nosotros estábamos observándolos y tomando notas.
—Si, aunque a veces me siento impotente. Siempre se están esforzando y yo siento que no estamos haciendo nada para ayudarles...—murmuró Celia apenada.
—Y si...
—¿Que piensas Silvia?—preguntó Nelly curiosa.
—Hagámosles un almuerzo. Seguro les alegrará y tendrán un entrenamiento más llevadero...—propuso la de cabellos olivos con una sonrisa.
Inmediatamente sonreí.
Aunque pareciera que soy un cero en la izquierda con la cocina y que era capaz de quemar hasta el agua, en realidad sabía hacer algunas cosillas. Obviamente no te prepararía un plato michelín, pero era capaz de hacer diversos platos de manera decente. Ni muy deliciosos ni muy venenosos. Vamos, comestibles.Las cuatro nos dirigimos a la caseta, y allí instalamos las arroceras que habíamos pedido en las clases de economía doméstica.
(N/A: La verdad, ni puta idea de donde sacan las arroceras ni el puto arroz. No creo que tuvieran tiempo de ir al supermercado y comprarlo. Por eso eh decidido poner que han tomado las arroceras de la clase de economía domestica, ya que, si no voy mal, en Japón hay clases de este tipo. Pero como ya digo, no tengáis esto en cuenta y tened presente que se han hecho con arroz y arroceras)Silvia, Celia y yo estábamos acostumbradas a haber realizado las famosas bolas de arroz japonesas. Así que las tres nos pusimos de inmediato a darles forma a las bolas. Sin embargo Nelly se quedó a un lado viéndonos cocinar.
—¿Que ocurre Nelly? ¿Nunca has hecho bolas de arroz?—preguntó Celia al darse cuenta de la inactividad de la de cabellos cobres
—Tiene chefs, ¿que va a cocinar esta?—hablé en voz alta terminando de darle forma a mi onigiri.
Durante la siguiente hora estuvimos enseñándole a Nelly a dar formas a las bolas de arroz y a prepararlas. Así que al finalizar teníamos tres bandejas repletas de onigiris, listas para comer. Así que fuimos al campo para avisar del descanso.
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Inazuma Eleven:LOS INICIOS [Sofía Evans]
De TodoObviamente siempre hay un principio para toda historia, y este es el inicio de como Sofía Evans siguió con el fútbol a pesar de todas las complicaciones que tuvo en el principio. Es la historia de Sofía, es la historia del Raimon, por lo que sentaos...