Inazuma Eleven:LOS INICIOS [Sofía Evans]

CAPÍTULO 34:ÉPSILON

Pov Sofia

Observé impresionada aquel séquito de máquinas de manera embelesada.
—Wow...—murmuré tocando una de las máquinas. Incluso me impresionaba la cantidad de pegatinas que había pegadas por todas partes, gatitos, arcoiris, unicornios cagando cacas felices.

—¿Es aquí donde entrenáis? —preguntó Mark

—Así es. —respondió Sue pegada al brazo del pobre Erik.

—Esto parece ser una cinta de correr como cualquiera. —comentó Willy para nada impresionado por aquella maquina en concreto.

Esto a Sue no pareció agradarle en absoluto, ya que hizo una mueca enfurecida.
—Entonces pruébala a ver que tal.

—¡Por supuesto que lo haré!
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—¡Para! ¡Para! ¡Para!

Sólo habían pasado cinco minutos desde que Willy se había subido a la cinta de correr para probarla. Sue estaba muy ensimismada pasando del primer nivel al tercero para torturar a nuestro compañero de equipo. El tercer nivel era bastante duro, la cinta cambiaba de dirección mientras corrías y te lanzaba objetos para trabarte.

—Son máquinas de gran nivel. —comentó Jude.

Casi podía ver su cabeza trabajar. Especialmente porque estaba pensando en lo mismo que él. Aquellas máquinas eran lo que necesitábamos para prepararnos para nuestro partido contra el Épsilon dentro de tres días. Debíamos aprovechar.
Me acerqué a Erik, dándole un sutil codazo. Cuando me volteo a ver supo lo que quería que hiciese.

—Sofía...

—Erik...

Me miró con desgano, pero suspiró.
—Todo sea por el equipo...—le escuché murmurar antes de dirigirse hacia Sue. —Sue, ¿crees que podrías dejarnos el centro de entrenamiento durante tres días?

—Por ti, cariñín, bajo la luna y las estrellas.

Bueno, ya tenemos el permiso de Sue de entrenar aquí. Ahora ya podemos entrenar a gusto.

—¿Cómo decís que lo construisteis? —preguntó Loa con el entrecejo fruncido.

—No lo hicimos. Nos lo encontramos por casualidad; y ya que no vino nadie a reclamarlo pues aprovechamos.

Loa apretó sus labios en una fina línea. No parecía estar cómoda en aquel lugar
—Entonces estas instalaciones podrían ser la base de la Academia Alius.

Todos volteamos a verla, dándonos cuenta de ello. Loa tenía razón. Habíamos venido a Osaka en busca de una base secreta de la Alius, y al parecer Sue la había encontrado antes que nosotros.

—Pues muy tétrica no es...—comenté viendo una pegatina del Gato Nya. Me esperaba alienígenas criogénizados o algo parecido.

—¿Deberíais estar aquí? —preguntó Nathan

—Yo que se. Pero si les importase ya hubieran venido a echarnos a patadas.—le quitó importancia la de cabellos azules. — Y ahora entrenemos, quiero ver tus fantásticos movimientos, cariñín.

Erik suspiró. En la que se había metido el pobre...
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Durante los próximos días empezamos a entrenar todos juntos. Con permiso de la entrenadora, le pedí si podía entrenar junto al equipo, y al tener su permiso pues entrenaba con el resto. Y la verdad es que nos estaba yendo espectacularmente.

Estábamos haciendo un entrenamiento basado en la defensa. Y todo iba bien, hasta que de pronto Shawn empezó a malhumorarse.
—¡Esto es una estupidez! —chilló marchándose del entrenamiento defensivo para hacer el entrenamiento ofensivo.