Capítulo 10

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~28 DE ABRIL~


🔱 MAISIE 🔱

-¿No has pensado en cambiar de trabajo?

-¿Como cual? Nunca me cogen en ninguno.

-¡Porque eres muy negativa! Tienes que ser más alegre, ¡como yo!

-Sí, claro...

-Además, ¿de dónde sacas esa idea ahora de querer aprender a conducir? –Me encogí de hombros no queriendo responderle.

El idiota de Liam me había metido en la cabeza esa idea aludiendo a mi hermanita, y mi hermana siempre era mi punto debil.

-¿No prefieres tener un móvil?

-Claro que sí, pero sabes que no puedo. Antes de gastarme el dinero en un móvil, prefiero sacar a Gabi y a Millie de aquí.

-Es una bebé adorable... Cuando no llora. –Rodé los ojos.

Sí, Millie lloraba mucho y no sabía porqué. Podía llegar a sospechar que era por falta de cariño, a pesar de que yo siempre intentaba estar con ella siempre que estaba en casa.

-Por cierto... ¿Qué te traes con el chico ese?

-¿Qué? –Pregunté frunciendo el ceño confundida.

¿De que chico hablaba?

-¡Sí, pillina! –Gritó con una sonrisa pícara en los labios. –Me llamó preguntando por ti.

-¿Quién? –Volví a preguntar sin saber de a quien se refería. –¿Víctor?

-¿Víctor? –Repitió ella poniendo cara de asco. –¡A ese no le doy información tuya ni loca!

-¿Entonces? –La cara de cierta persona apareció en mi mente haciéndome resoplar. –Así que fuiste tú, ¿eh?

-¿No querías verlo?

-¿Yo para qué? No somos amigos.

-Pues parecía muy interesado, oye. ¿Como es? ¿Guapo? ¿Cuántos años tiene?

-Haberle preguntado todo eso a él, Cora. No vuelvas a revelarle información mía a nadie más, menos a los desconocidos.

-Si no es un desconocido...

-¿De quien habláis? –Preguntó de pronto Gabi girándose hacia nosotras.

-Oye, no te metas en conversaciones ajenas, Gabi. ¿No estabas jugando con Millie?

-Sí, pero siempre acaba despeinando a mis muñecas... Además, la que habla siempre soy yo...

Coraline y yo nos miramos antes de echarnos a reír.

Normal que solo hablase ella, Millie era aún muy pequeña para ello. Como mucho decía algunas palabras sueltas que a veces ni se le entendían.

-Uy, acabo de recibir un mensaje de Barrie! –Gritó de pronto Cora mirando su teléfono móvil. –¡Quiere verme! ¿Qué le digo?

-¿Pues que le vas a decir? Lo que quieras hacer. ¿Qué quieres hacer?

-¡Verlo! Por supuesto.

-Pues ahí tienes la respuesta. –Cora tecleó a toda velocidad en su teléfono sin perder la sonrisa de enamorada en los labios.

-Dice que pasa a recogerme. ¡Tengo que ir a cambiarme de ropa!

-¿Y a qué esperas? –Pregunté al ver como su expresión había cambiado. – ¿Qué pasa?

-¿Me perdonas por dejarte sola?

-Anda, boba. –Reí dándole un fuerte abrazo. –Ve a por tu chico. ¡Ya me contarás qué tal!

-¡Te quiero! –Gritó antes de despedirse de mi hermana  con la mano para salir casi corriendo del parque.

-¿Nosotras también nos vamos a ir, Mai? No quiero ir a casa todavía...

-No, tranquila. Nos quedaremos un rato más.

-Vaya, vaya... –Fruncí el ceño al oír esa voz. –Que grata sorpresa...

Mis ojos se abrieron como platos al encontrarme con el espeluznante rostro de Víctor acercándose a nosotras. 

¿Qué diablos?

-Desde luego que no opino lo mismo.

-¿Quién es? –Preguntó intrigada mi hermana mientras que se acercaba a mí con Millie en brazos.

-¿Y estas dos niñas quienes son? ¿Tus hijas?

-No te interesa, Víctor. –Muy a mi pesar, recogí la manta del suelo antes de colgarme el bolso al hombro para coger a Millie en brazos. –Vamonos a otro lado, Gabi. Aquí empieza a oler raro...

-Oye...

-Suéltame. –No me moví por miedo a que Millie saliera mal parada de esto, pero no iba a permitir que me montara una escenita enfrente de las niñas.

-Hoy no tienes a tu guardaespaldas, ¿eh? ¿Qué es lo que vas a hacer sin él?

-No necesito a nadie para que me defienda, y menos de alguien como tú.  

-¿Alguien como yo?

-Sí, eso dije. –Al ver que había aflojado el agarre, me solté rápidamente para darle la mano libre a mi hermana.

-¡Eh! Aún no he terminado de hablar. No vas a dejarme otra vez con la palabra en la boca.

-No te acerques, Víctor. O al final voy a tener que tomar serías consecuencias.

-No me hagas reír, chica. ¿Qué vas a hacerme?

Esta conversación era muy parecida a la de aquel día en el club.

¿Por qué se metía tanto conmigo si esta  era la segunda vez que nos veíamos?

-Cariño, llego tarde. Lo siento. –Mi cuerpo se tensó en cuanto vi aparecer a quien menos imaginé. Mucho más todavía cuando se acercó a besar mi mejilla con toda la confianza del mundo.

-¡Liam!

-Hola, princesa. –El hombre la cogió en brazos mientras que mi hermana lo abrazaba feliz.

-¡Este chico nos está molestando!

-¿Ah, sí? –Liam le prestó más atención haciendo que su expresión facial cambiara. –No me lo puedo creer. ¿Qué haces aquí cerca de ella? Creí que habías entendido el mensaje la última vez.

-Tú no eres nadie para decirme lo que tengo o no tengo que hacer.

-Yo no, desde luego, pero un juez sí. ¿Verdad, cariño?

-¿Es una amenaza? –Preguntó Víctor alzando las cejas.

-Tómatelo como quieras. –Se giró hacia mí. –¿Nos vamos?

Corazones SolitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora