Capítulo 31

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~1 DE SEPTIEMBRE~

🔱 LIAM 🔱


Fruncí el ceño llevándome las manos al cuello completamente dolorido.

¿Me había pasado un camión por encima?

A duras penas, me moví descubriendo que estaba sentado sobre la taza del váter.

¿Qué diablos hacía aquí?

Sin entender para nada la situación, me refresqué la cara y el cuello frente al espejo descubriendo unas manchas rojas en éste.

¿Qué diablos?

Cerré los ojos ante el recuerdo de una Amber tirándose encima mío en la pista de baile.

-Maldita, Amber...

Mi teléfono móvil comenzó a sonar desde el suelo haciéndome fruncir más el ceño.

Juro que no entendía nada, de verdad.

-¿Qué?

-Vaya, vaya... Quién tiene buena noche no puede tener buena mañana, ¿eh?Dominique rió desde el otro lado de la línea haciéndome gruñir. –¿Qué pasa, hermanito? ¿Tan perjudicado estás que no piensas venir ni a trabajar?

-¿Qué hora es?

-Lo suficientemente tarde como para que te ponga una amonestación. Suerte que estoy de buen humor... – Volví a gruñir despegándome el móvil de la cara para comprobar la hora por mí mismo. –Supongo que no piensas venir a trabajar, ¿no?

-No, mándame las cosas por correo. – Salí del baño rezando para que la teoría que se me había formado en la cabeza no fuera cierta, pero efectivamente, no había rastro de Maisie por ningún lado. –Mierda...

-¿Qué pasa?

-Nada. Ya hablamos. –Colgué resoplando para volver al baño.

Muy bien, Liam. No hay porqué preocuparse.

Maisie iría a prepararle el desayuno a las niñas... Sí, eso era lo que debía estar haciendo. Mientras tanto, yo me ducharé e iré en su búsqueda para explicarle la situación.

No podía ir a buscarla vestido aún con la ropa de anoche y este olor tan horrible.

Me desvestí antes de meterme en la ducha dejando que el agua caliente relajara todos mis músculos.

Flashes de la noche anterior iban apareciendo en mi cabeza sin orden alguno.

Recuerdo bajarme de un taxi... Bailar en el club... Beber chupitos... Las luces no servían al llegar a casa...

Volví a resoplar al pensar en la actitud provocativa de Amber.

¿Por qué seguía insistiendo conmigo cuando yo le había dejado bien claro que ya no íbamos a tener nada más que una estricta relación de trabajo?

Qué irritante...

Me vestí casi automáticamente con prisas queriendo ir a hablar con Maisie.

Mi cabeza no había parado de generar muchos escenarios fuera de lugar donde ella siempre aparecía enojada o llorando.

Recorrí cada una de las habitaciones de nuestra planta, incluidas las de las niñas que aún seguían dormidas, antes de bajar algo más preocupado.

¿Y si se había ido? ¿A donde iría? ¿A casa de Cora? ¿A un hotel? ¿Con Giulia? No, no, Dominique me lo hubiese contado de ser así... ¿Entonces dónde...

Corazones SolitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora