Capítulo 24

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~6 DE JULIO~

🔱 MAISIE 🔱

Terminé de colocar la última prenda en el armario antes de cerrarlo con una sonrisa en los labios.

Sintiéndome más feliz que nunca, me giré a contemplar aquella habitación en la que tanto empeño le habíamos puesto desde el minuto uno.

-¿Crees que le gustará?

-Por supuesto que sí, Gabi.

-¡Entonces ya podemos pegarlo! -Volví a sonreír.

Ya estaba confirmado.

¡El regreso de Millie ya era oficial y estábamos ansiosas de que llegara a casa!

La resolución del juicio fue a nuestro favor y Liam pudo acceder a las custodias de las niñas. En cuanto a mi tía...

No quise saber mucho más sobre ella, por lo que lo último que había llegado a mis oídos era que iban a internarla y que no podría acercarse a nosotras nunca más.

-¿Vamos a vivir ahora siempre aquí?

-Hmm...

¿Qué responder a algo que ni yo misma sabía?

Es decir, vinimos a vivir a aquí por la hospitalidad de Liam y ahora seguíamos aquí por nuestra prematura relación, pero... ¿Quién dice que en un futuro seguirá siendo igual?

O sea, no me malinterpreteis. Quería que mi relación con Liam durara lo más lejos posible, pero ¿y si no era así? ¿Y si algún día decidíamos tomar caminos separados? Era más que obvio que con el sueldo que ganaba en la cafetería no podía mantenernos a las tres y mucho menos comprar o alquilar una nueva casa...

-¿Mai?

-En principio sí, Gabi... ¿Por qué? ¿No te gusta estar aquí?

-¡Claro que sí! Es por eso que no quiero irme a otro lugar. Liam es el mejor del mundo.

-Lo es. -Afirmé sonriendo totalmente de acuerdo con ella.

Liam era la mejor persona con la que nos pudimos cruzar en el camino. Se convirtió en un ángel de la guarda a pesar de que a mí se me había antojado calificarlo de aprendiz a diablo.

-¿Maisie? ¿Gabi?

-¡Ya están aquí! -Mi hermana fue la primera en salir gritando de emoción de la habitación mientras que yo me disponía a seguirla.

Ambas nos moríamos de ganas por abrazar a Millie. Las semanas transcurridas hasta llegados este día se habían hecho eternas, pero por fin volveríamos a estar las tres juntas de nuevo.

Al llegar a la planta inferior, no pude contener las lágrimas ante el tan emotivo abrazo que las niñas se daban.

-¡Está muy grande!

-Y eso es bueno, ¿no? -Crucé miradas con Liam antes de que éste me sonriera. -Te dije que volvería con nosotros.

Rápidamente, me uní a mi hermana y a mi prima estrechandolas fuertemente entre mis brazos.

La había echado tanto de menos...

-Bueno, mi trabajo aquí está hecho. – No me había percatado de la presencia de Shaw?? hasta que no lo oí hablar.

-Te debo una muy grande, tío.

-Nos vemos en la empresa. -De reojo, vi a los hombres caminar hacia la puerta mientras que yo seguía con las niñas.

-¡¿Podemos enseñarle su cuarto ya?!

-Sí, podemos y debemos. Vamos.

🔱🔱🔱

-¿Ya se quedaron dormidas?

-Ajá... -Murmuré sin dejar de observarlas.

Gabi no quiso separarse en toda la tarde de Millie, mucho menos lo quiso hacer para la hora del sueño.

-Son adorables. ¿No crees? -Asentí sintiendo su brazo rodearme los hombros. -Como unos auténticos angelitos...

-No, aquí el único ángel eres tú, Liam. -Alcé la mirada hasta sus ojos. -Nos has salvado la vida a las tres.

-O quizás fue al revés, Mai. -Lo abracé por la cintura fuertemente mientras que salíamos de la habitación. – Vosotras sois mis ángeles de la guarda. Las tres.

Sonreí apoyando la cabeza en su hombro mientras que nos dirigíamos a su habitación.

-Por cierto, mi madre está de visita... -Lo miré alzando las cejas. -Y creo que es momento de que os presente, ¿no? Además, debo decirle que ahora tengo dos hijas...

Tragué saliva.

¿Conocer a su madre ya?

-Hmm...

-¿No te parece buena idea?

-No es eso... –Murmuré rebuscando una camiseta suya en el armario. –Es solo que... Me pasa lo mismo que con tu sobrina. ¿Y si no le caigo bien?

-¿Y quien dice que a mi sobrina no le caes bien? –Me encogí de hombros. – Créeme, Mabell es muy parecida a mi madre en cuanto a mal genio se refiere, así que si a ella le caíste bien, a mi madre también.

Sentí sus manos posarse en el bajo de mi camiseta antes de quitármela cuidadosamente haciendo que se me erizara la piel.

-Le caes bien a todo el mundo, amor. –Acto seguido, me pasó la camiseta por la cabeza antes de deshacerse de mis pantalones.

Lo que me llevó a pensar en la noche anterior. Si bien seguía siendo verdad que aún no habíamos hecho nada de nada en cuanto a temas de cama se trataba, lo cierto era que sí habíamos tenido unas cuantas caricias por aquí y unas cuantas manos por allá... Pero anoche no habíamos tenido la oportunidad de seguir con nuestros jueguitos a causa de mi hermana.

Gabi se había despertado gritando y llorando despavorida asustandonos por completo y haciendo que nuestra líbido cayera de un rascacielos sin casco ni paracaídas.

-¿Sabes una cosa?

-¿Qué? –Preguntó mientras que le rodeaba el cuello con mis brazos para ponerme de puntillas.

-Creo que me gustaría retomar lo de anoche.

-¿Ah, sí? –Sonrió de lado. –¿Vas a conocer a mi madre?

-¿Me estás chantajeando? –Alcé las cejas. 

-Soy muy bueno como para chantajearte, amor.

Amor... ¿Cómo cuatro letras podían hacerme sentir tan bien?

-La conoceré. No tengo más remedio, ¿no? Además, pasaría en cualquier momento...

-Así se habla, cielo. Mañana mismo le diré que venga a casa.


Corazones SolitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora