Capítulo 32

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~5 DE SEPTIEMBRE~

🔱 MAISIE 🔱

-¡¿Podemos bañarnos en la piscina?!

-Aún no, princesa. Primero tenemos que dejar las cosas y acomodarnos.

Gabi siguió correteando de aquí para allá por el jardín de la casa.

Era gracioso que se emocionara con la piscina cuando en casa teníamos una también, más pequeña, eso sí, pero era una piscina en la que casi nunca quería meterse.

-¿Amor? -Lo miré parpadeando. -¿Subimos a ver las habitaciones?

-¡Sí! -Respondió mi hermana por mí más que feliz.

Liam sonrió antes de seguir a la niña mientras que yo lo imitaba con Millie en brazos.

Las clases ya estaban a la vuelta de la esquina y Liam quiso que disfrutaramos un poquito más de las vacaciones en una cabaña de madera muy bonita en las afueras de la ciudad.

-¡¿Aquí dormiré yo?!

-Eso es. Tú y Millie.

-¡Qué bien! -Puse a Millie en el suelo para que se fuera acostumbrando a la que sería su habitación durante unos días.

-¿Te gusta? -Asentí con la cabeza mientras que las niñas se sentaban a jugar con los juguetes que habían en la esquina de la habitación. -Ven, vayamos a la nuestra.

-Cuida de Millie por unos segundos, Gabi.

-¡Vale! -Respondió antes de que saliesemos de la habitación para entrar en la de enfrente.

-Y esta es la principal.

-Vaya... -Murmuré impresionada por las vistas de la habitación.

La pared que estaba justo enfrente de la cama era de cristal con vistas al maravilloso bosque que nos rodeaba.

No iba a mentirles, lo desconocido me daba un poco de miedo, y si encima le añadiamos que nos encontrábamos en medio del bosque...

-¿Mai? ¿Cariño, estás bien?

-¿Qué? Sí, sí, por supuesto. -Volví a mirarlo.

-Parece que andas ida... ¿No te gusta la casa?

-Me encanta...

-¿Entonces? -Me encogí de hombros mientras se acercaba a mí. -Si quieres que regresemos a casa...

-¡No! ¿Cómo se te ocurre? -Rodeé su cintura con mis brazos para apoyar la cabeza en su pecho. -No quiero volver. Solo ando un poco nerviosa...

-¿Debido a qué?

-No sé... -Suspiré. -Es la primera vez que salgo de la ciudad...

-Tampoco es que nos hayamos desplazado muy lejos... -Murmuró haciéndome rodar los ojos.

-Lo sé, pero nunca había estado de vacaciones, mucho menos en medio de un bosque.

-¿Te asusta el bosque?

-No... Creo. -Liam me miró alzando las cejas antes de sonreír. -¿Qué? ¿Te estás riendo de mí?

-Claro que no, pero tampoco quiero que andes por ahí asustada. Tuvimos que esperar que nos abrieran el portón del camino antes de entrar, ¿verdad? -Asentí. -Eso significa que aunque estemos rodeados de árboles, el perímetro es seguro. Nadie va a entrar en una propiedad privada.

-Eso a los asesinos no les im...

-¡Pero bueno! -Liam rió asombrado. -Deja de montarte películas, por favor. Además, estoy yo aquí. Nunca dejaría que te pasase nada a ti o a las niñas.

-Y no lo dudo...

-¿Entonces? -Volví a encogerme de hombros. -¿Te sientes más segura si le pido al personal que duerma aquí en vez de en la casa que tienen para ello?

-¿Y si los asesinos son ellos? -Liam me miró con cara de no saber que más hacer antes de echarse a reír.

Vale, bien, estaba exagerando un poquito de más, pero no me digáis que no tenía razón.

¿Y si los empleados no eran solamente empleados?

Estaba segura de que había muchas películas con temáticas asesinas de este tipo.

⚜️⚜️⚜️

-Creo que va siendo hora de que las llevemos a su habitación, ¿no crees? -Miré a las niñas adormecidas sobre las mantas en las que estábamos.

A Liam se le había ocurrido que viésemos las estrellas después de cenar y había sido el momento más calmado y relajante de la noche.

Ver todas esas lucesitas sobre nosotros había sido increíble. Nunca hubiéramos visto el cielo de esa forma de no haber estado aquí.

Con sumo cuidado, depositamos a cada niña en su cama antes de dirigirnos a nuestra habitación.

-Que calentito se está aquí... - Murmuré metiendome a toda prisa bajo las mantas.

-Sí, fuera ya empezaba a hacer fresquito aunque no lo pareciera. - Asentí acercándome a él en cuanto se acostó a mi lado.

-¿Sigues estando asustada?

-Hmm... -No quise responder mucho a eso.

Mi miedo seguía ahí, desde luego. Eso no iba a desaparecer de la noche a la mañana. O mejor dicho, de la tarde a la noche...

-Soñarás con ello si sigues pensando en eso, Mai.

-Mi miedo viene a raíz de la muerte de mis padres.

-¿Qué?

-Iban de viaje hacia una cabaña en el bosque cuando sucedió el fatídico accidente. En realidad sólo era un momento, un antojo por mi parte. Quise que me regalaran por mi cumpleaños un fin de semana en familia en una casa rural y ellos quisieron ir a mirarla...

-Amor... -Mis ojos se llenaron de lágrimas. -Eh, no fue culpa tuya, Mai. Uno no sabe cuál es el día de su muerte...

-Pero si yo no hubiese querido ir a una cabaña, ellos no hubiesen tenido que salir aquel día...

-Vuelvo a decir que eso no se sabe, Maisie. Tenía que haber alquilado una casa de playa en vez de campo...

-No, no, esta casita está muy bien a pesar de mi miedo, y me encanta que me hayas traído tú.

-¿Podemos decir que es un sueño cumplido entonces? –Asentí con la cabeza mientras que él sonreía orgulloso. –Que bien. Y ahora es hora de celebrarlo.

-¿Qué?

-Así dejarás de pensar en esos momentos malos. –Su mano viajó por mi brazo hasta el dobladillo de la camiseta sin dejar de mirarme a los ojos. –¿No crees?

-¿Qué intentas hacer? –Pregunté haciéndome la tonta mientras que se posicionaba sobre mí sin aplastarme para enterrar la cabeza en mi cuello.

-Piensa mal y acertarás...

-Mmm... –Su boca bajó a mi estómago en cuanto alzó mi blusa deteniéndose determinadamente bajo mi ombligo.

-¿Y bien? –Volvió a mirarme a los ojos. –¿Voy por buen camino?

-Sí...

-Fenomenal. –Sonrió de lado antes de seguir con su cometido haciéndome estremecer.  

Adoraba su manera de distraerme a grandes pasos.

Corazones SolitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora