Capítulo 34

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~15 DE OCTUBRE~

🔱 MAISIE 🔱

Me aparté del barullo de los invitados yéndome a sentar en una de las tumbonas que habían junto a la piscina.

El día estaba espléndido a pesar de estar en las fechas en las que estábamos, y eso ayudaba a que la fiesta de cumpleaños de Millie fuera bien.

-Oye, ¿qué haces aquí solita? ¿Estás bien?

-¡Oh! Sí, sí. –Le sonreí a la chica mientras que ella se sentaba a mi lado cuidadosamente.

-No habrá sido la gran distinguida Hilda Reened, ¿no? –Fruncí el ceño negando con la cabeza.

¿Qué tenía que ver Hilda en todo eso? O sea, Giulia debía conocerla mucho más que yo por el tiempo que llevaba ya en esta familia, igual podríamos compartir opiniones...

-¿Qué? Esa señora es el mismísimo diablo en persona. –Abrí los ojos como platos al no esperar oírla decir eso.

¿Se había vuelto loca?

-No me mires así, Maisie. Hilda es un tanto... Peculiar. A mí solamente me tolera porque llevo a su primer nieto varón. Si no hubiese estado embarazada, estoy segura que no hubiera aceptado nunca mi relación con Dominique. Nunca aceptó que se divorciara en primer lugar, ¿sabes?

-¿Por qué?

-Según ella, el matrimonio es único en la vida, así que ya puedes imaginarte como se puso al enterarse. Más todavía cuando le dijimos que estábamos juntos. Ya sabes, por el tema de la diferencia de edad y esas cosas.

Tragué saliva.

¿Cómo podía estar describiéndome de esa manera a una mujer que yo solamente veía que se portaba bien con las niñas a pesar de no conocerlas de hace mucho?

-Sé lo que estás pensando. –Dijo de pronto mirando hacia donde la señora Hilda se encontraba rodeada por sus nietas, Gabriella y Millie. –Es encantadora con las niñas. Adora a todas sus nietas y está orgullosa de ellas, pero no comparte los mismos sentimientos hacía sus madres, créeme. –Sonrió empujándome levemente con el hombro. –Igual tú eres una excepción a la regla.

-¿P-por qué lo dices?

-Liam es su ojito derecho secretamente. –Rió. –Es el único de sus hijos que nunca ha querido formar una familia, así que ahora estará feliz de que lo haga.

-Pero Liam y yo nos llevamos muchos años también...

-Lo sé, y pondría las manos al fuego a que también se quejó de ello, pero como te dije, es su ojito derecho. –Se acarició el viente abultado sin dejar de sonreír. –¿Sabes una cosa? Aún no se lo hemos contado, pero espero que me guardes el secreto.

-¿Qué?

-Dom y yo queremos que Liam sea el padrino. –La miré un tanto sorprendida, pero feliz por la noticia.

-Liam estará feliz. –Aseguré mirando al susodicho, que se encontraba hablando con sus hermanos alegremente.

-Eso espero. Domy no estaba muy convencido de ello, pero yo no quiero a otra persona que se encargue de mi hijo si a nosotros nos llegara a pasar algo. –Volví a mirarla. –Liam siempre ha sido como el hermano mayor que nunca tuve. Siempre me ha ayudado y le estaré agradecida por todo lo que ha hecho por mí desde que lo conozco. 

-Es el mejor. –Confesé volviendo a mirar al chico que me había robado el corazón.

No podía hablar desde la experiencia respecto al amor porque no tenía mucha, por no decir que era completamente nula, pero sí podía asegurar que lo que sentía por él era real.

Liam se había convertido en mi persona aunque al principio no quisiera aceptarlo. Y no lo decía por el simple echo de que nos había ayudado.  Lo sentía dentro de mí.

El timbre de la puerta sonó haciendo fruncir el ceño.

-¿Faltaba alguien por venir? – Preguntó Giulia igual de confundida que yo.

-No... –Murmuré antes de dirigirme a la puerta con un mal sabor en el cuerpo.

Todos estábamos aquí ya. Solo habíamos invitado a la familia de Liam. Ni siquiera quise invitar a Cora después del feo que me había hecho aquel día. Estaba segura que algún día lo solucionaríamos, pero de momento prefería dejar las cosas así.

La persona que había al otro lado de la puerta sonrió malisiosamente en cuanto nuestras miradas se cruzaron.

Quise que la tierra me tragara en aquellos momentos.

Quise desaparecer, esconderme en el rincón más remoto de la casa y no salir hasta que no supiera que el mal en persona había desaparecido de la faz de la tierra.

Quise esconderme en los brazos de Liam para que me protegiera, pero antes de querer hacer todo eso, el instinto me pedía que mantuviera el tipo y enfrentara a los demonios de mi pasado. Qué protegiera a mi familia.

-¿Q-qué haces aquí?

-¿No te alegras de ver a tu tía favorita?

Corazones SolitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora