Decepción

6.4K 388 6
                                    

Alison

Mi plan para provocar a Marcos, no funciono. Hubiese deseado que dejara a un lado su reunión y se quedara conmigo, pero no fue así.

A mi cerebro le cuesta entender que él no es como los demás chicos, mis sentimientos me ciegan al punto de olvidar con quien me he metido.

No sé a qué se refería cuando me reclamo como suya antes de tomar mi virtud, me sentí de una manera extraña. Por dentro estaba complacida de comprobar su gusto por mí, pero también me invadió una sensación de temor.

Tengo claro mi objetivo, y es estar aquí hasta que mi padre deje de buscarme, luego podre ser libre y hacer con mi vida lo que quiera.

Inhalo y exhalo con melancolía al recordar a Ártico, mi mascota ha sido mi compañía en los momentos duros, espero tenerlo pronto de regreso.

Para calmar mi ansiedad, decido salir de la cama, un repentino dolor en mi zona íntima me recuerda lo doloroso y placentero que fue entregarme a Marcos. Nunca experimente tanto placer en mi vida, aun mi cuerpo puede sentir el calor de sus caricias salvajes.

Busco entre mis cosas un vestido ligero y me lo pongo para salir a tomar aire. Bajo a la primera planta dirigiéndome hacia el jardín, pero el olor a algo delicioso entra en mis fosas nasales, deteniendo mis pasos.

Mi estómago comienza a gruñir, recordándome que no he comido nada desde la mañana.

Me dejo llevar por el olor proveniente de la cocina y al entrar me encuentro con una chica de abundante cabello rulo, atado en un moño alto; ella esta tan distraída removiendo la mezcla de lo que está cocinando que no se percata de mi presencia.

No quiero asustarla, así que opto por carraspear ligeramente llamando su atención.

—¡Hola! —la saludo con una sonrisa cuando voltea a verme.

—¡H-hola! Lo siento, me distraje un poco ¿necesitas algo? —pregunta torpemente mientras alcanza un trapo para limpiar sus manos.

—No, estoy bien. Pasaba por la cocina y noté tu presencia, pensé que estaba sola en esta gran propiedad.

—Soy Priscila, he sido traída a este lugar para encargarme del servicio —informa.

—Me alegra saber que no estoy sola en esta gran mansión, mi nombre es Alison —extiendo mi mano presentándome.

—Mucho gusto, Alison —ella estrecha mi mano con demasiada fuerza.

—¡Wao! Tienes mucha fuerza, Priscila —murmuro asombrada

Mis palabras hacen que se aparte rápidamente con las mejillas coloradas

—Lo siento ¿te lastimé? —pregunta apenada 

—No, tranquila. Solo me asombro un poco tu fuerza. ¿Practicas algún tipo de deporte?

—Bueno, no sé si llamarle deporte.

—¿A qué te refieres? 

—Trabaje durante un año limpiando un club nocturno, las bailarinas del lugar me enseñaron pool dance, se requiere de mucha destreza, flexibilidad y fuerza para hacer maniobras en la barra —explica

—¿Hablas del baile sensual en el tubo? —pregunto confundida, ella afirma con timidez —. ¡Oh, vaya! He visto videos sobre eso, me parece interesante, también quisiera aprender.

—Puedo enseñarte si lo deseas. —propone amablemente

—¿De verdad?

—Claro, únicamente tendría que ajustar mi horario en la universidad y el trabajo.

En Tus Garras [Editando]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora