En Tus Garras [Editando]✓

Mia

Estar nuevamente en mi lugar de origen me es gratificante, mis planes a futuro están en este lugar, por ahora debo recuperar la confianza de mis antiguos socios para renacer con más poder que antes.

Me urge reunirme con Salvatore Mussolini, tengo enemigos en Italia que están detrás de mi cabeza, con la ayuda del líder de la mafia siciliana podre deshacerme de toda la plaga que me estorba

El problema es que llevo tres días escondido a la espera de que el maldito viejo regrese de su viaje familiar, mi paciencia está al límite, no me gusta estar oculto como una rata y mucho menos esperar por nadie

—¿Cuéntame que te dijo el perro fiel de Mussolini? —riño hacia Dimitri

—Su consigliere me informo que regresa hoy, lo que me pareció extraño es que pauto la reunión para esta misma noche, al parecer el viejo está ansioso por hablar contigo —contesta comenzando su caminata de un lado para el otro con gestos de preocupación

Lleva días con su paranoia

—Mantén tu trasero en un solo sitio, joder… —gruño hastiado —. Deja de preocuparte, ese viejo se rige por el honor, dudo que quiera matarme luego de haberlo salvado de una investigación judicial por parte de la CIA

—¿A qué se refiere? —obedece y toma asiento con sumo interés

Sé que Dimitri es mi hombre de confianza, pero hay cosas que prefiero no contárselas a nadie

—Solo te diré que, cuando fui su abogado manipule mucho material comprometedor que pudo haberlo bajado de su trono, me he mantenido fiel guardando sus asquerosos secretos y puedo asegurarte que no es porque le tema, es una cuestión de honor —mi respuesta evasiva lo deja pensativo, pero no pregunta nada más al respecto

—Mejor dime ¿cómo se comporta la chiquilla? —cambio el tema

—Se queja a cada rato porque me niego a darle noticias sobre ti, creo que odia a fantasma, es un poco irritante, mantenerla con nosotros será problemático.

—¿Te gusta? —pregunto lo obvio

—¡¿Qué?! ¡No! ¿Como podría gustarme? 

—¡Se honesto!

Se remueve incómodo en su sitio, buscando una respuesta ágil para no verse comprometido

—Tiene una mirada hechizante ¿a quién no le gustaría? —finalmente lo admite

—No cometas los mismos errores que yo Dimitri, encapricharse con la presa es un error muy grande —le recuerdo

—Lo sé, siempre lo tengo presente, señor.

—Háblame del club ¿organizaste el nuevo show?

—Sí, fue un éxito. Las tres diosas han sido una sensación, los clientes quedaron complacidos

—Sin duda fue una buena idea traer a Hera, Atenea y Afrodita. Esas mujeres volverán el club Olimpo más famoso. Ahora solo debes conseguir el remplazo en España

—Estoy en eso, Señor. Hablando del club. Debo ir a organizar algunas cosas, vendré por usted al anochecer —levanta su trasero 

—No quiero estar encerrado como animal un segundo más. Déjame en tu apartamento, le haré una visita a la chiquilla —dictamino

—Como diga.

Dimitri obedece despejando el perímetro para sacarme del búnker donde me encuentro resguardado, un total de veinte hombres nos pisan los talones por la carretera para cuidarme las espaldas

Llego al complejo de apartamento y subo hasta la azotea un poco ansioso. Cuando entro me recibe la bestia peluda con mucha efusividad, busco a la dueña por los alrededores de lugar, pero no la hallo