𝙚𝙨𝙥𝙚𝙘𝙞𝙖𝙡: 𝙟𝙚𝙣𝙤 𝙮 𝙟𝙖𝙚𝙢𝙞𝙣

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Desde la ventana de la habitación, Jaemin observaba a su amigo con su pareja, ella había ido a entregarle un obsequio para su gato, el castaño suspiraba al ver como su amigo abrazaba a la pelinegra y esta sonreía complacida, él nunca podría disfrutar de algo así. Se alejó de la ventana y decidió entretenerse con su teléfono en lo que su amigo subía nuevamente.

Al cabo de unos minutos, escuchó como su amigo se despedía de su pareja y luego entraba a la casa.

—Lamento hacerte esperar, Jimin estaba muy ansiosa de darme este obsequio para Nal —el pelinegro le mostró el atuendo naranja para gatos.

—No te preocupes. Que dulce de su parte.

Ambos estaban arreglando el calendario con los horarios de los animales que tendrían que atender en la veterinaria, Jaemin trabaja allí y Jeno le ayudaba de vez en cuando, los días en los que no iba allí, trabajaba de bartender en un bar por la noche.

—Si quieres, podemos descansar un rato —sugirió el menor mientras se levantaba de su asiento.

—Está bien, ¿quieres tomar algo?

—¿Sabes preparar limonada? —preguntó Na a modo de broma.

—Diablos, lo siento, eso sí que no lo aprendí —contestó el mayor siguiéndole la corriente—. Mamá no me enseñó, porque tenía miedo que el jugo del limón me entrara en los ojos.

El menor rio y tomó de la mano a su amigo, para arrastrarlo hasta la cocina, los tres gatos del mayor los siguieron pensando que les servirían comida.

—¿Podrías servirle su comida?

El castaño asintió y buscó el bote de alimento en la alacena, estaba separado a un lado, junto a otros bocadillos para los gatos, al escuchar el ruido del alimento, los tres gatos comenzaron a maullar. Llenó los tres platitos y comenzó a acariciar a los gatos cuando se acercaron a comer, eran como los hijos de Jeno.

—Encontré una página que vende unas camisetas y unos suéteres con estampados de gatitos, son geniales —comentó el pelinegro mientras exprimía el limón con la máquina.

—Luego pásame el link.

—Ya te compré una camiseta —inmediatamente se ganó la mirada de su amigo.

—Lee Jeno.

—¿Regalo adelantado de cumpleaños? —se encogió de hombres con una sonrisa.

—Eres todo un caso.

—También compré unos suéteres de pareja, para mí y Jimin —agregó el mayor—, estoy seguro qué enloquecerá.

La sonrisa que tenía Jaemin en el rostro, desapareció en el mismísimo instante en el que escuchó el nombre de la pelinegra.

—Seguro le gustará —aportó con una sonrisa a cuestas.

—Pronto será nuestro aniversario, así que solo ruego que me lleguen a tiempo, de lo contrario tendré que buscar otra alternativa.

—Lo que sea que le regales a ella le gustará, podrías ponerte simplemente un moño en la cabeza y sería suficiente para ella —el menor guardó el bote de alimento, dándole la espalda a su amigo.

No sabía por qué la seguía trayendo a acotación, pero para Jeno era imposible no hablar de ella, obviamente lo haría, es su novia y estaba muy enamorado.

—Esa es una buena idea y únicamente gastaría dinero en el moño —rio el mayor—. Bien, esta limonada ya está lista.

Jaemin sonrió al ver la jarra de limonada, no esperan menos de Jeno, hasta hojas de menta le había agregado, con nada más verla le daba sed.

Maldito Jeno, era el mejor.

—Tengo unas galletas con chispas de chocolate en la alacena —el mayor fue llevando los vasos y la jarra al comedor.

El bote de galletas se encontraba en el último estante y al castaño le faltaba nada para alcanzarlo, pero Jeno apareció por detrás, colocando su mano en la cintura de Na y tomó el bote antes que él.

—Ya lo tenía —sonrió el menor mientras empujaba levemente a su amigo.

—Claro, por eso estabas luchando por alcanzarlo.

—Tonto —el menor le sacó la lengua.








































𝘐𝘯 𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘢𝘮𝘦 𝘏𝘰𝘶𝘴𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora