𝙣𝙤 𝙚𝙨 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡

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contenido adulto


Ya iba un año y medio desde que vivían juntos, el grupo siempre solía juntarse allí, hasta habían despedido el año allí, todo fue hermoso, pero al parecer no lo sería a largo plazo.

El mayor entró con pesadez a su hogar, sintiendo ganas de salir corriendo antes que tener que abrir esa puerta, al entrar se encontró la sala vacía, caminó hasta la cocina y se encontró con su pareja, luchando por cortar unas verduras.

Sonrió con desgano, tomó aire y dio unos cuantos pasos hasta acercarse silenciosamente a su pareja y lo abrazó por detrás, asustándolo en el proceso.

—Hola, cielo. Estoy preparando un rico y sencillo almuerzo —comentó con una sonrisa.

El mayor simplemente susurró un: genial. Allí Donghyuck supo que algo andaba mal, ese tono no era típico en Mark. Se separó del abrazo y giró su cuerpo para mirar de frente a su pareja, al ver su mirada angustiada, se preocupó.

—¿Qué sucede, Mark?

—Tengo una mala noticia —agachó su cabeza mientras el menor esperaba a que continuara—. Me ofrecieron un nuevo puesto, en Canadá.

El moreno quedó sorprendido y sin habla, no se esperaba algo así, quería decir algo, pero ninguna palabra salía de su boca, balbuceó lo primero que llegó a su mente cuando vio la aflicción en la mirada del pelinegro.

—Wow... E-Eso, en realidad tendría q-que ser una buena noticia... amor —eso no ayudó en nada—. Es una gran oportunidad.

—Sé que no vendrás conmigo —soltó el mayor, sintiendo un nudo en la garganta.

El silencio reinó en la cocina, mientras ambos lloraban.

—Mark...

—Mierda —tapó su rostro con ambas manos al sentir las lágrimas por sus mejillas.

Donghyuck tapó su boca, aguantando las ganas de llorar, no quería pensar acerca del tema. Rápidamente, se dio media vuelta para secar sus lágrimas y continuar con lo que estaba haciendo.

—De-Deberías cambiarte, cielo. Pronto estará la comida...

Sin decir más, el canadiense salió de allí y se dirigió a su habitación, donde lloró en silencio. De igual manera, el moreno soltó un pequeño sollozo al no sentir la presencia de su pareja en el lugar.

La emoción y ganas por preparar un rico y sencillo almuerzo, se esfumaron, ¿qué carajos harían ahora?.

La respuesta era obvia, quería pensar en la relación, pero también debían pensar en uno mismo.

Con el pasar de los minutos, ambos se sentaron en la mesa a almorzar, aunque hasta el momento, ninguno tocaba su plato.

—Es por el tiempo que te esforzaste mucho, Mark. De verdad es una buena oportunidad —el menor interrumpió el silencio.

—Pero te quiero conmigo.

—No podría dejar a mi madre, últimamente voy a verla todos los días, se siente muy sola con la partida de papá —susurró el menor con pesar.

El mayor lo sabía, y no obligaría a su novio a irse.

—No iré, no lo vale —alegó Mark seriamente.

—Mark, por Dios, escucha lo que dices. Tanto esfuerzo no fue en balde, este es el resultado de años de empeño en tu trabajo, una gran oportunidad los ojos del pelinegro se volvían acuosos nuevamente—. Podríamos mantener una relación a distancia...

𝘐𝘯 𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘢𝘮𝘦 𝘏𝘰𝘶𝘴𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora