𝙨𝙞𝙣 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩𝙤𝙨

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continuación del especial de jeno y jaemin

—Bien, chicos, ese era nuestro último paciente, dejemos todo en orden para cerrar —anunció Jaemin quitándose los guantes de látex.

—Hoy tuvimos cinco años de animales más que ayer —comentó Dayeon con una libreta en mano.

—Hicimos un buen trabajo —chocó los cinco con su compañera.

Jaemin trabajaba en una veterinaria, la cual había logrado abrir junto con su amiga de la infancia, Kim Dayeon. Allí también trabajaban otros tres amigos suyos: Xiao Dejun, Kim Yerim y Jeno.

Lograban atender a un gran número de animales o como él les decía "pacientes". A pesar de no tener mascotas propias, amaba los animales y ayudarlos en lo que pudiera.

Junto a su equipo dejó todo en orden para su jornada de mañana y procedió a asegurar todo, todos fueron saliendo del establecimiento y Dayeon se encargó de cerrar la entrada con seguro, se despidió de sus compañeros y comenzó a caminar acompañado de Jeno.

—Hoy nos fue muy bien —habló el mayor acomodando su mochila en su espalda.

—Demasiado bien.

—¿Tienes algo que hacer ahora? —preguntó Lee.

—No. Es más, iba a preguntarte lo mismo, ya que necesito hablar contigo.

—Claro, no hay ningún problema. ¿Vamos a tu casa? —el menor asintió algo nervioso.

No tuvieron problema en ir caminando, aunque preferían mil veces ir en sus bicicletas, pero la de Jaemin estaba siendo arreglada, así que Jeno evitaba usar la suya para no dejar solo a su amigo.

Al llegar, ambos se despojaron de sus calzados y de sus pertenencias.

—Tomaré un poco de agua, Jae —anunció el mayor entrando en la cocina.

—Sabes muy bien que no necesitas decírmelo, esta es como tu casa —los nervios lo estaban comiendo por dentro, pero debía ser fuerte y decirle la verdad a su amigo.

El pelinegro salió de la cocina bebiendo de su vaso de agua, su cabello estaba algo húmedo al igual que el suyo, pues el sol estaba algo fuerte afuera. 

—Y bien, ¿de qué querías hablar?

—B-Bueno... yo, yo no sé cómo empezar —el menor sonrió nervioso y rascó su cabeza.

—Sin miedo o vergüenza, Jae.

—Es que no es fácil, para mí... —el mayor lo miraba con algo de confusión en su semblante—. Sé q-que te enojaras conmigo...

—No podría enojarme contigo —aseguró el pelinegro.

—Eso dices ahora.

Lee no sabía a donde quería llegar su amigo y comenzaba a impacientarse, su amigo nunca se ponía nervioso al momento de tener que decirle algo, siempre hablaban con total confianza.

—E-Estoy enamorado.

—Eso es bueno —acotó el mayor con una sonrisa.

—No realmente, porque es de la persona equivocada —Jaemin sentía que en cualquier momento iba a morir.

Jeno meditó un poco lo que su amigo había dicho.

—¿Es de alguno de nosotros?

El castaño negó con su mirada clavada en el suelo, como si fuera lo más interesante del planeta.

—Es Jimin —confesó por fin—. Estoy enamorado de ella.

Ahora, el mayor estaba más confundido, no quería conectar los puntos y entender que podría estar hablando de esa persona.

—¿Yoo Jimin? —preguntó inseguro.

Jaemin solo asintió, temiendo lo que podría pasar.

Lee, quien antes se había sentado en el pequeño sofá de su amigo, se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro, pero aun así, no decía palabra.

—P-Por favor, di algo, Jen-

—¿Desde cuándo? —interrumpió al castaño.

Jaemin inhaló profundo y cerró sus ojos.

—Un poco después de que nos la presentaste.

Al abrir sus ojos, se arrepintió completamente al ver el rostro de su mejor amigo, se sentía muy mal y quería salir corriendo de su propia casa.

—L-Lo siento, Jeno. Es to-todo lo que puedo decir...

Sin decir nada, el pelinegro levantó su mochila del suelo y se dirigió hasta la entrada, tomó su chaqueta del perchero y se colocó sus zapatos, abrió la puerta y salió, cerrando estrepitosamente la misma.

Jaemin se sentó en el sofá, cubrió su rostro con ambas manos y sintió como la culpa caía sobre él, se sentía la peor mierda, de alguna manera le había fallado a su amigo, pero él nunca eligió enamorarse de Jimin, si pudiera cambiar las cosas, lo haría sin pensarlo dos veces, no quería perder la amistad de Jeno.

























































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𝘐𝘯 𝘛𝘩𝘦 𝘚𝘢𝘮𝘦 𝘏𝘰𝘶𝘴𝘦 ─ 𝙈𝘼𝙍𝙆𝙃𝙔𝙐𝘾𝙆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora