Irracional

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-Auch- me queje de dolor por lo bajo, lo suficiente como para que me escuchara pero no levantar sospechas de mí actuación

-¿Estas bien?- me pregunto sobresaltado, definitivamente no esperaba esa reacción de mi parte.

A lo largo de toda la pálida piel de mi espalda se abrieron líneas rojas con manchas violetas y amarillas.

-Sí... - susurre con una sonrisa dibujada en el rostro y acaricie las marcas recién creadas en mi espalda.

-¿Qué es lo que me estas ocultando?

Su voz era seria y firme al igual que su mirada, sus ojos rojos clavados en los míos me generaban un gran sentimiento de inferioridad ante él.

-No sé de qué hablas... -me defendí intentando demostrarle que su postura daba algo de miedo.

-No me mientas, desde que llegaste que siento que pasa algo. No eres la misma que cuando te fuiste y eso se nota a la distancia.

Si no tuviera la estrategia perfecta estaría muerta de miedo, es claro que no importa el entrenamiento por el que pasara, copiar a una persona a la perfección es imposible.

Baje la mirada con vergüenza, según el informe Anik no era una chica que apreciara mucho el contacto físico por lo que no dejaba que nadie la tocara, pero en ese momento tome la mano de Vlad y con suavidad la apoye en mi espalda debajo de mi ropa para que pudiera sentir las marcas que allí se encontraban.

-Sería ilógico seguir siendo la misma que cuando me fui... vi demasiadas cosas que no puedo quitarme de la mente y que siento que jamás podría olvidar... ellos... -acumule lágrimas en mis ojos y quebré mi voz a lo largo del diálogo, como si me destrozara el recuerdo.

-¿Quien fue? -Me interrumpió, en su mirada se notaba un brillo que no le había visto desde que llegue. -¿¡Quien fue!?

El grito logro asustarme y por reacción me cubrí el rostro con mis brazos como si fuera a cubrir un golpe, algo que, deduciendo por su mirada aterrada, Anik nunca haría.

-Te prometo que esto no quedara así...

Sin decir más tomo mi mano con fuerza y me arrastro todo el camino hasta la mansión, se aseguró de que entrara en mi habitación y sin decirme una palabra salió de allí con paso firme y furioso.

Tuve que esperar unos segundos pero luego de un momento pude seguirlo, estaba tan furioso que no se dio cuenta que estaba a solo unos pasos de distancia. Entro a la oficina de Jake sin pedir permiso y cerró la puerta de un golpe, mire a ambos lados antes de acercarme a la pared y apoyar la oreja.

-Quiero salir ya -la voz de Vlad era muy diferente a la que había escuchado hace segundos, era mucho más profunda y llena de ira. Pero no la clase de ira que se descarga a gritos o llanto, era la que solo se saciaba con sangre.

-Lo que propones es irracional, no creo que nuestros hombres estén listos todavía, además de que no sabemos si el rey demonio ya murió. -Explicaba Jake con una gran paciencia como si nada de lo que pasaba era más importante que lo que estaba haciendo.

Podía sentir los pasos del chico ir de un lado a otro de la habitación, no sabía qué hacer con su frustración.

-Si hubieras visto como la lastimaron no estarías así de tranquilo ¡Son unos animales y merecen morir!

-Entiendo tu enojo niño pero no podemos ir así, debemos ser un poco más pacientes...

-¡No quiero ser paciente! ¡Quiero destruirlos uno por uno!

- Solo un poco más de tiempo, mañana vendrá un proveedor desde Anthu que dice tener el arma definitiva contra las razas...

-¿Arma definitiva? ¿Cómo es eso? -Pregunto con curiosidad, estaba tan atónito como yo.

-Según el logro crear un arma que anula los poderes sobrenaturales...

Escuche reír a Vlad, no creía que eso realmente existiera, sonaba bastante irreal.

Pero mientras él reía yo temblaba ¿Y si funcionaba? ¿Y si realmente funcionaba?

-Si este hombre tiene el producto que dice tener, él se volverá rico y nosotros atacaremos de inmediato.

Pude sentir la sonrisa de Jake a la distancia y sin perder más tiempo corrí a mi habitación pensando que en cual sería mi próximo movimiento

Aunque al principio los reportes a Neraka eran diarios por seguridad se volvieron semanales, así que mandar una carta un miércoles era imposible y había demasiada vigilancia para escapar...

Parece que solo queda la opción de esperar y rezarle a Satán que este hombre falle en su descubrimiento.

Rose (2do Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora