Durante toda la noche: Jason se ha mantenido en un constante colapso físico y mental.
Hay momentos en los que las gotas de sudor aparecen en su frente sin que se de cuenta, pierde el aliento y el tic en su dedo anular se vuelve molesto.
Mientras ata a Shiva con cinta a una silla piensa en que le depara a su vida tras cumplir su objetivo de asesinar al Joker, le cuesta trabajo imaginar un futuro donde la ira y la impotencia de no ir por su cuenta a buscar al payaso sea el principal pensamiento durante el día.
Bruce fue a verlo a su antigua casa una vez tuvieron su primer enfrentamiento.
Jason estaba por asesinar a un funcionario corrupto, uno que encontró acostándose con una prostituta en su oficina sobre los documentos de autorización para la pesca en una reserva al sur de la ciudad.
Batman apareció y detuvo la bala, aguantando el impacto por su armadura.
Un primerizo Red Hood temblaba, intentando con todas sus fuerzas mantener su dedo lejos del gatillo y no dispararle al murciélago en los puntos débiles de su armadura los cuales conocía perfectamente.
Jason pasó gran parte de la noche sentado sobre un sillón viejo ubicado en su antigua casa, observando el punto cerca de la ventana donde agredió por primera vez a alguien, a su padre.
El hombre solía golpear a Jason sin razón; incluso si este solamente estaba sentado recibía un golpe en la cara, seguido de múltiples azotes con un cinturón de cuero desgastado.
Por años Jason sufrió esta clase de maltratos día con día. Sin comer, sin escuela y sin ninguna clase de afecto de ningún tipo; solo la amistad de una gárgola que solía estar en un edificio que fue demolido años antes de que el naciera le acompañaba en un callejón repleto de basura.
Jason en esos años idealizó la figura de su madre ausente. La imaginaba como una mujer de largos cabellos rojos, con una sonrisa de película y la energía de una niña de cinco años, una mujer con la que tendría momentos gratos de felicidad; jugaría con ella, harían muñecos de nieve en invierno y cocinarían panqueques en el desayuno como las mamás de la televisión lo hacían.
En ese rincón cerca de la ventana, Jason leía un libro interesante que había encontrado en la basura, sus dos años en la escuela hasta antes de que su padre lo sacara le vinieron bien para aprender a leer y escribir.
La novela narraba una declaración de amor de un orgulloso hombre hacia una mujer obstinada.
Fue el primer acercamiento de Jason a conocer algo relacionado al romance.
Su padre, borracho como siempre, atacó desprevenido al niño; el sucio y robusto alcohólico rompió las paginas del libro mientras le reclamaba a Jason sobre que debería estar buscando refacciones o algún trabajo para valerse por si mismo.
De su boca salieron reclamos, culpándolo de que su madre los abandonara y que su estilo de vida fuera deplorable.
Tras escupir en la cara de Jason y darle la espalda, este en un arrebato de valentía o insensatez tomó un trozo de tabla que sobresalía de suelo y pegó un fuerte golpe contra la entrepierna del hombre, tendiéndolo de inmediato contra el suelo.
Ese día el tic de Jason en su dedo nació, así como la idea de no dejar que nadie lo volviera a hacer sentir impotente.
Golpeó con la tabla repetidas veces a un hombre que de haber estado sobrio se abría lanzado contra el pequeño para asesinarlo; aunque la tabla pesaba, Jason logró su cometido de hacerle daño.
Jason se despidió de su único amigo esa noche y jamás volvió a ese barrio y mucho menos a esa casa.Bruce lo observó desde la puerta rota del lugar, sin decir palabra alguna: solamente veía con ojos incrédulos a su primer hijo adoptivo vivo, leyendo el dolor en su mirada mientras sostenía el casco rojo con fuerza.
Esa noche no se presentó como el murciélago nocturno ante él, solamente apareció como Bruce Wayne.
–Poco después de recogerte busqué información sobre ti y encontré este lugar y a un hombre bastante ebrio ahogándose en su propio vomito. Por las marcas en tu cuerpo supuse lo peor, y no me quedó otra más que ayudarlo y pedirle a Jim que lo arrestaran, la evasión de impuestos le jugó mucho en contra – Señaló Bruce mientras caminaba lentamente hacia él.
–Debiste dejar que se ahogara...
–Lo pensé, pero como siempre, recuerdo lo que representa el murciélago en mi pecho y se que no puedo permitirme eso... y tu tampoco.
Escúchame, no quiero saber como volviste, te enterré hace tiempo y juraba que seguirías ahí como cada mañana que te visité...
–Hasta que encontraste un reemplazo Bruce, se que hay un nuevo Robin, una chica. Otro peón en tu guerra...
–Jason, Stephanie no es tu reemplazo...
–Por favor, Bruce... Lárgate.
Bruce hizo caso, no sin antes decirle que siga los símbolos correctos y que se abstenga de asesinar, que de hacerlo no tendría más remedio que encerrarlo, esto ultimo lo dijo con mucho esfuerzo, intentando sonar firme, mostrar una falsa apariencia de dominio sobre alguien a quien quería abrazar más que regañar, incluso durante su retorno a la cueva aguantó mostrar algún gesto de tristeza, preguntándose si había ocupado las palabras correctas o si debió contarle todo acerca de Stephanie y sobre cuanto le importaba la seguridad de ambos.

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Red Hood: Kill The Clown!
FanfictionLa moneda ha sido lanzada. Una recompensa enorme por la cabeza del príncipe payaso del crimen llama la atención de los mayores mercenarios de toda Gotham, incluyendo a Jason Todd, quien ve una oportunidad única en para cobrar venganza.