Padres [Sabo x Ace/One Piece (BL/gay)]

La soledad, el pelirrojo, el sombrero y la promesa

Durante sus primeros cuatro años de vida, la principal acompañante de Luffy fue la soledad, y él la odiaba. ¿Su madre? No sabía si tenía una ¿Su padre? Se supone que vivía con él, pero este pasaba viajando y en extraños negocios que el pequeño no comprendía y tampoco le interesaban. Varios de los socios raros de su padre lo cuidaban de vez en cuando pero no le prestaban mucha atención; pasaba casi siempre solo en casa y solía irse a explorar un pequeño bosque que quedaba cerca de esta. Ahí cazaba animales pequeños y recolectaba frutos raros, e intentaba comérselos.

Un día de repente se enteró de que su padre había muerto, según lo asesinaron en uno de sus extraños negocios que Luffy nunca comprendió. Y aunque casi nunca convivió con él ni llegó a conocerlo bien aún siendo su padre, el saber que su progenitor ya no estaba lo hizo sentirse más vacío de lo que ya se sentía. Uno de los compañeros de trabajo de su padre decidió llevarlo al orfanato, y así fue como terminó en aquel lugar.

Estando en el orfanato lo conoció a él, un chico pelirrojo ya bastante grande que portaba un sombrero de paja y pasaba metiéndose en problemas y siendo regañado a cada rato por los cuidadores, su nombre era Shanks. Inmediatamente la actitud de aquel chico atrajo al pequeño, puesto que le pareció "divertido", y no tardó en unirse a sus andanzas. Al mismo tiempo, la actitud del menor y su gran sonrisa también conquistaron al pelirrojo ¿Cómo podía sonreír así en medio de su situación? Por lo que ambos no tardaron en estrechar su relación y comenzar a divertirse haciendo travesuras juntos.

Así pasó el tiempo y los dos chicos eran cada vez más unidos, cualquiera que los veía los identificaba como un hermano mayor que cuidaba — o mal influenciaba — a su hermanito pequeño, quien lo admiraba mucho. Ambos habían padecido lo que era la soledad, pero estando juntos ya no se sentían solos, Luffy ya no se sentía vacío. O así fue hasta el día en que Shanks cumplió los 18 años y ya no podía quedarse en el orfanato, tenía que irse.

— ¿¡Por qué Shanks tiene que irse!? ¿No debería quedarse aquí hasta que lo adopten? — le preguntó a uno de los cuidadores.

— Ya cumplió la mayoría de edad y nadie lo adoptó, ya nadie lo va a adoptar, ya no es un niño — fue la respuesta que recibió.

— Pero ¿Por qué? ¿Por qué no lo adoptaron si él es genial y divertido?

— Es demasiado revoltoso, travieso, rebelde y malcriado, nadie quiere adoptar a un niño así, y si sigues así te pasará lo mismo que a él, deberías aquietarte si quieres conseguir una familia y no quedarte solo.

Luffy no quiso escuchar más, no era la primera vez que le decían esas palabras y ya lo molestaban. Él solo quería ver a Shanks al menos una última vez antes de que partiera, así que corrió hacia la oficina del director ignorando los gritos del cuidador. Ahí estaba el pelirrojo, terminando de hacer los últimos trámites antes de irse.

— ¡Luffy, ¿Qué haces aquí?! — cuestionó el anciano al ver al niño.

— ¡Quero hablar con Shanks! ¡No se puede ir así como así! — no supo ni en qué momento había comenzado a llorar pero las lágrimas no se detenían, caían una tras otra por sus mejillas.

— ¿Puedo hablar con él antes de irme? — le preguntó el chico del sombrero de paja al director, este suspiró y asintió, para luego dejarlos a solas.

— No es justo que te vayas así y que nadie te quiera  adoptar, ¡Tú eres muy genial!, ¡Quería que nos adoptaran a los dos! La gente dice que a mí tampoco me van a adoptar, y si tú te vas me quedaré... solo..... ¡Odio la soledad! ¡No quiero estar solo y tampoco quiero que tú lo estés! Yo... — no había terminado de hablar cuando sintió que habían puesto algo sobre su cabeza, era el sombrero de paja que Shanks siempre usaba.