Nota: ¡CAPÍTULO NO APTO PARA CARDIAC@S! (Es broma, pero si quieren no es broma) Está lleno de emociones, amé escribirlo.
DISFRUTEN.Canción dedicada al capítulo: Fallin' - Alicia Keys. (Recomiendo que la escuchen mientras leen).
*
Armando no pudo resistirse ante aquella invitación. Ella se veía tan hermosa, como de película. Creía que esos cinco minutos que le había cedido serían una eternidad así que se atrevió a decir:
-Beatriz, ¿le molestaría si me meto de inmediato? Es que usted se ve tan hermosa, tan sensual que no sé si podré resistir un segundo más...- dijo mientras abría y cerraba el puño, como si tratara de amasar su pelota anti estrés.
-Claro que no, ¿Qué espera? - respondió mientras se subía la espuma hacia el pecho.
Fue entonces cuando Armando dejó a un lado las toallas que había traído y se sumergió en la tina, se sentó al extremo derecho de ella y cuando por fin estuvo instalado Beatriz fue a su lado y se sentó a horcajadas sobre sus caderas. Sus sexos estaban rozándose el uno al otro, ese contacto era muy excitante. - ¿Le molestaría si lo jabono?, así le ahorro la ducha que se iba a dar... - Sugirió Betty.
Pero realmente no espero una respuesta de su parte y decidió tomar la barra de jabón del escaparate próximo a la bañera. Primero acarició su torso, sus pectorales tan bien definidos, que la enloquecían pasó su lengua por ellos, los besó con deseo y deleite; él lo único que hizo fue entregarse al embriagador momento, cerró sus ojos y disfrutó lo que ella le propinaba. Luego besó su cuello, succionando cada rincón de él. - Beatriz, porqué nunca antes lo intentamos en una tina, por Dios, la desconozco, pero me encanta lo que está haciendo. - replicó entre jadeos. -Lo que pasa es que usted no creía que una monstrete también es capaz de guardar sus secretos.Cuando terminó de tallar mi cuerpo ella comenzó a lanzar agua con sus pequeñas manitas por todo mi pecho lo acariciaba paseándose por él detenidamente, tan divina mi Betticita, mi monstris bonita, por cierto, tendré que preguntarle si no le molestaría que la llame así... Ah, por favor Betty, no se detenga. Sus besos en el cuello me encantan, me está enloqueciendo. De pronto siento cómo con su sexo trata de acariciar el mío, eso me pone al cien y siento como la temperatura de mi amigo sube -Betty, no se detenga, por favor. - le digo.
Ella continúa con ese delicioso vaivén que me excitaba por completo, sumado a ello, me comenzó a besar apasionadamente, tomando mis labios con un desenfreno total, mordiendo mi labio inferior y succionando mi boca como si en ello se le fuera la vida. Oh Dios mío, si así será por el resto de nuestras vidas no quiero irme jamás de su lado. Me sentí listo para entrar en su centro y ya era hora de hacerla disfrutar a ella...Armando hace que a mí se me olvide quien soy, que no recuerde qué es la decencia, ni siquiera que el diablo es puerco, como siempre me dice mi papá ja, ja. De pronto me pide que entrelace mis piernas alrededor de su cadera, comienza a masajear mis senos con ambas manos, los acaricia, los observa y los mima con deseo, esa sensación me encanta aunque están un poco delicados puesto que pronto entraría en mi periodo. Le pido que sea delicado y yo continúo moviéndome adelante y atrás haciendo un leve contacto con su pene, que ahora estaba duro y fibroso, lo pude percibir bajo el agua y la espuma que nos cubrían. Yo me estiré hacia atrás, el propinó besos húmedos por todo mi abdomen, mis pechos...en ellos se detuvo bastante tiempo, creo que le encantan, los chupa con adoración y delicia de pronto siento que con su lengua juguetea alrededor de mis pezones que están excitados de placer. Siento cómo mi centro se humedece y emito pequeños gemidos de gusto y placer. Dios, como amo a este hombre, como me encanta que me haga suya, que disfrute tanto de mi cuerpo, que sea delicado, cuidadoso ¿Debería perdonarlo ya? El miedo regresa pero no consigo seguir pensando en nada más que en este momento, porque siento cómo una embestida suya entra en mi intimidad, luego se mueve despacio, adelante y atrás repetidas veces entrando y saliendo de mi vulva que está muy húmeda, muy receptiva. Me aferro a su espalda clavo mis dedos en ella, siento unas incontrolables ganas de orinar se lo digo, pero él me calma diciéndome que no es eso, que me deje llevar, que disfrute y me relaje, que no piense en nada más; es allí cuando comienzan los embates más repetitivos y firmes una y otra vez cada vez más rápido, mientras él no semana de moverse yo gemía yendo hacia atrás tratando de controlar mi respiración, el besaba mis senos con sus manos apoyadas en mi trasero, luego pasaba su lengua por mi cuello, mis labios. Creía que ya no podría más de placer. De pronto él también comenzó a gemir, estaba ronco y no dejaba de darme embestidas hasta que por fin sentí una liberación placentera y él también. Fue maravilloso.
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Cartagena, tú y yo
Fiksi PenggemarBeatriz por fin se independiza del yugo familiar, emprende una vida junto a su entrañable amigo: Nicolás Mora. Juntos comparten un departamento en el centro de Bogotá, que pudieron comprar gracias a su arduo trabajo en Ecomoda. Una mañana Betty, mi...