Capítulo 12

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Yoongi

La vi entrar al comedor y se veía hermosa. No podía dejar de verla y sentí que no me importaba que se dieran cuenta. Para ser honesto, no se porque aún sigo evitando empezar algo con ella. Me encanta y me hace bien, eso es lo que he estado pensando ultimamente, ¿Qué es lo que me detiene? Al principio simplemente renegaba del concurso, mi trabajo consumía la mayor parte de mi vida y tiempo y la verdad es que no me quejaba, en algún momento creí que el trabajo sería el único amor de mi vida y que cuando tuviera que coronarme, seguramente tendría algún matrimonio por conveniencia. A quien le importaba tener un matrimonio sin amor cuando beneficiaria tu reinado.

Después fueron para demostrarle a mi padre que estaba equivocado. Él prácticamente se río de mí cuando le dije que no me casaría y mi orgullo estaba herido. Cuando la conocí y empezó a desequilibrar mis emociones, tuve miedo, jamás había sentido nada parecido y me asustaba el rumbo que tomaban mis pensamientos. Dejaba de pensar todo el tiempo en negocios y empezaba a tenerla más en mi mente. Intente alejarla pero su simple presencia me provocaba escalofríos. Empecé a identificar su aroma, sabía que ella había entrado al comedor sin necesidad de voltear a verla. Su aroma y su presencia alternaban todos mis sentidos.

Estas últimas semanas, después de regresar del viaje y que mi estúpida actitud hiciera que ella se cambiará de lugar en el comedor, me di cuenta de lo mucho que la extrañaba, ya no era simplemente una atracción, ya era una clase de dependencia. Dormía tres o cuatro horas por día a diferencia de cuando dormía a su lado, esas cuatro horas se convertían en ocho o nueve horas. Todo mi cuerpo la extrañaba.

Todo esto me hizo darme cuenta que mis fuerzas para luchar en contra de mis sentimientos, se habían agotado. Ya no podía más y necesitaba decirlo... pero la vi entrar. Estaba preciosa y lo supe enseguida.

Esta mañana cuando el Rey dijo que dejaría ir a las Princesas que ya no querían estar aquí, mi estúpida mente pensó que ella no se atrevería a irse, mucho menos después de lo que habíamos vivido. ¿Qué tan estúpida necesita ser una persona para no darse cuenta del dolor que le provoca a otra? No entiendo que me hizo creer que ella se querría quedar después de mis tratos.

A pesar del poco o mucho tiempo que hemos pasado juntos y de las pocas o muchas cosas que hemos vivido, la conozco. Johana estaba mucho más arreglada que de costumbre, usaba un vestido que solo usaría si se tratara de algo excesivamente formal, no porque estuviera mal usarlo, pero ella no era del tipo extravagante. Supe en ese momento que ella estaba aprovechando a usar y hacer cosas que no haría nuevamente. Supe entonces que era su manera de despedirse de este lugar. Supe que sería una de las que levantaria la mano.

Escuche a mi tío preguntar quienes eran las que querían salir y como lo esperaba su mano subió lentamente. Entré en pánico, sentí que la perdía y ya no podría hacer nada para traerla de vuelta. Se me había dado una oportunidad y la había desaprovechado.

-Baja la mano- golpee la mesa -¡Que la bajes!- ordene nuevamente. Estaba desesperado

Camine hacia ella y me di cuenta que la había asustado, pero como podía reaccionar si la estaba perdiendo. Me acerque y me deje caer a su lado, quería rogarle y decirle que la amo pero solo pude disculparme por gritarle y hacerla llorar. Limpie sus lagrimas y mientras me disculpaba ella bajo su mano,

-Yo, no puedo dejarte ir. Soy un idiota. Lo siento. ¿Podrías intentarlo? ¿Podrías quedarte por mi?- le suplique y ella asintió lentamente. Era todo lo que necesitaba, ya no me importaba nada más, no la dejaría ir de nuevo. Ella ahora era mía y me encargaré de hacérselo saber a todo mundo. Me levante, le di un beso rápidamente y regrese a mi lugar.

Regresamos a nuestras habitaciones y tome una de las cajas con la flor de mi Palacio. Escribí una nota y se la envie. Quería verla... mucho.

Subí a la terraza y la espere, me recarge en el balcon viendo hacia el jardin y en cuanto escuche la puerta abrirse camine hacia ella. No podia esperar mas, tome su rostro entre mis manos y la bese. Hacia tanto tiempo que necesitaba esto, senti como si hubiera dejado de respirar hasta hoy. Ella me regreso el aire.

El Diario Real: Princesa JohanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora