Hay varias formas de celebrar un cumpleaños: desde comer pastel hasta hacer una fiesta.
Pero aquí se celebra con fanfics.
Jong's Month, una recopilación de oneshots para celebrar el cumpleaños de JongHyun.
Porque cada historia te hace creer, sentir...
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Oscuro
Que tiene poca luz o carece de ella.
Esta historia contiene escenas violentas y referencias a relaciones abusivas. Se recomienda discreción.
La fuerza física entre JongHyun y MinHo era casi la misma, excepto cuando MinHo se enojaba. MinHo enojado podía cargar a JongHyun como si fuera un saco de papas, lanzarlo por los aires como si fuera un muñeco de trapo, o patearlo como si fuera una pelota de plástico para niños. MinHo enojado daba miedo y JongHyun siempre lo hacía enojar, como en ese momento en que le dijo que se había visto con Jinki.
—¿Saliste de la casa sin mi permiso?
JongHyun boqueó unos segundos pensando qué decir. No podía admitir que había salido porque MinHo lo molería a golpes, apenas se había recuperado de la paliza anterior.
—No, JinKi vino a la casa —replicó con la voz temblorosa—, y lo invité a pasar porque no quería lucir grosero.
—A ti no debería importarte cómo luces o no, JongHyun.
Había hablado con los dientes apretados, con fuego en los ojos y JongHyun sabía lo que se avecinaba.
—Es nuestro amigo —tartamudeó, retrocediendo ante cada paso que el alto daba—, no iba a dejarlo afuera a que se congelara.
Una bofetada lo hizo girar el rostro y MinHo lo cogió del cabello para que lo mirara.
—Tú no sales ni dejas entrar a nadie sin mi permiso, ¿escuchaste? —Antes de siquiera contestar MinHo lo soltó con fuerza haciéndolo trastabillar y caer al suelo—. No sé por qué te es difícil entender eso. Te lo doy todo, ¿no puedes simplemente pedir permiso?
—Pero es JinKi...
—¡Puede ser la reina de Inglaterra, no me importa! —JongHyun se encogió en su sitio, cubriendo su rostro, empezando a temblar. Si MinHo gritaba era porque las cosas se pondrían feas—. ¡Es mi casa, yo decido quien entra y quien no! ¡¿Escuchaste?!
Con las lágrimas en los ojos y la voz rota afirmó.
—Maldición, y ahora estás llorando... —El alto chasqueó la lengua y se agachó a su nivel—. ¿Quieres que te dé una buena razón para llorar, eh?
JongHyun sorbió su nariz porque sabía que si respondía le iría mal, pero al no hacerlo le iría peor. Solo negó con la cabeza todavía sin verlo, y antes de siquiera meditar en lo siguiente que podría hacer MinHo, sintió como lo tomaba con fuerza del cabello y lo arrastraba.
—Ya que te encanta llorar, ve a hacerlo en tu lugar favorito.
Jonghyun clavó las uñas en el suelo de madera esperando aferrarse a él y detener el arrastre al que estaba siendo sometido. Hizo lo posible para agarrarse a los objetos a su alrededor, pero ninguno le sirvió como ancla, solo los llevó consigo dejando desastre a su paso. Su última opción era rogar, pero eso solo enfadaba más a Minho por lo que se contuvo de hacerlo y se rindió a lo que le esperaba: un armario oscuro y sucio en el sótano. Sus padres solían encerrarlo en uno cuando era pequeño y no dejaba de llorar, alguna vez se lo comentó al menor mientras le hablaba de sus progenitores, y Minho lo tomó como si propio método para calmarlo. Se arrepentía de haberlo hecho, pero era muy tarde para lamentaciones.
El menor abrió la puerta y empujó a JongHyun dentro, quien rodó por las escaleras y quedó tendido en el suelo. Las pisadas de MinHo sonaban lejanas mientras un dolor punzante en su cabeza se acentuaba con cada segundo que transcurría. El alto lo tomó de nuevo de los cabellos y lo arrastró por el piso. El suelo del sótano era rústico, rasgando la ropa de Jonghyun a medida que Minho avanzaba.
—A ver si ahora entiendes que necesitas permiso —increpó el alto mientras abría el armario empujando a Jonghyun dentro y cerrando por fuera con llave.
El sitio era estrecho, Jonghyun logró acomodarse como pudo pegando las piernas a su pecho, pasando una mano por su cabeza para tratar de calmar el dolor por los cabellos haladas y el golpe que se dio en las gradas. Cuando escuchó un portazo se permitió llorar, no importándole si hacía ruido o no porque, al fin y al cabo, Minho no podía escucharlo. Le dolía el alma y necesitaba liberar ese dolor. No estaba seguro de en qué momento su relación con Minho había cambiado, cuándo dejó de ser cariñoso a ser abusivo. Pero lo que más le dolía era haber aceptado el abuso, dejar que las caricias se transformaran en golpes, y el amor en miedo.
Necesitaba salir de esa relación, ya JinKi se lo había dicho, pero no podía. Sabía que dentro de ese malhumorado Minho estaba todavía el tierno y dulce hombre que lo enamoró, que prometió que lo adoraría con su vida y lo amaría hasta quedarse sin aliento.
—Sé que me ama —habló entre hipidos—, yo lo sé.
🐶🔥🐶
Notas:
No recuerdo por qué tenía ganas de escribir una historia con una relación tóxica, pero aquí está mi mejor intento. Estoy segura que si le pongo más ganas la hago mejor xd