Hay varias formas de celebrar un cumpleaños: desde comer pastel hasta hacer una fiesta.
Pero aquí se celebra con fanfics.
Jong's Month, una recopilación de oneshots para celebrar el cumpleaños de JongHyun.
Porque cada historia te hace creer, sentir...
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Queso
Alimento sólido que se obtiene por maduración de la cuajada de la lecheuna vez eliminado el suero
Estudiar en una universidad privada no era tan malo como Kibum pensó. Tenía nuevos amigos que lo incluían en sus salidas a pesar de que no era de la misma posición económica, y nunca lo hicieron de menos por eso. Le agradaba que fueran así. Gracias a ellos experimentó un montón de cosas como volar en un avión, navegar en un yate, estar en la zona VIP de un lujoso bar y la de ahora era una cata de quesos.
Sí, quesos.
No era muy fan de ellos, tampoco le desagradaban, pero sabía que a Minho le encantaban y cada cierto tiempo los cataba en su departamento y en esta ocasión lo invitó. Kibum estaba muy entusiasmado porque vería a Jonghyun en un ambiente diferente al de la universidad. Jonghyun era un amigo de Minho que conoció en una de las salidas en las que el alto lo invitaba y desde que se conocieron se gustaron y empezaron a frecuentar. Tenían cuatro meses con la rutina de verse al menos dos veces por semana, y esta era una vez extra. Por eso estaba feliz de asistir.
Se bajó en la parada de bus cercana a Gangnam y empezó a caminar por las calles del barrio hacia donde Minho vivía: un edificio departamental tan lujoso que Kibum no quería ni preguntar el precio del departamento. Al llegar saludó con una sonrisa al portero, avanzó por el elegante vestíbulo y al llegar al ascensor alguien lo pinchó en la cintura provocándole un respingo.
—¡Bu! —rio Jonghyun.
Kibum llevó una mano a su pecho para luego golpearlo en el brazo, contagiado por su risa.
—¿Qué haces aquí? ¿Apenas llegas? No te vi entrando.
—Llegué hace un rato —informó enredando su brazo en el de Kibum para ingresar al ascensor—. Estaba esperándote para subir juntos.
Kibum lo miró por unos segundos, encantado por el mayor. Eran esos detalles los que más le gustaban de Jonghyun; no tanto lo que le regalaba, sino el tiempo que pasaba con él, o que buscaba darle al menos por mensajes o llamadas. Eso era algo que no había experimentado antes, y que tampoco creyó que tendría, pero ahí estaba. Sonrió ampliamente comentando que no era necesario que lo esperara.
—No me dejaste ir por ti, claro que tenía que hacerlo.
La sonrisa de Kibum se acentuó. Jonghyun era un encanto y aunque no lo dijera estaba agradecido de tenerlo a su lado.
Al llegar al departamento de Minho este los saludó con cariño y los guio hacia la sala donde Taeyeon, Sooyoung y Kyuhyun estaban sentados hablando y riendo. El dueño de casa les ofreció una copa de vino mientras se unían a los otros tres. Después de unos minutos en donde todos charlaron, y dieron quejas de algunas de sus clases, Minho fue por el motivo de esa reunión: una tabla llena de quesos, de varios tonos de amarillos y blancos, junto con unos palillos de fiesta. Kibum, que nunca había catado quesos, aprendió a hacerlo y, muy lejos de sus expectativas, se divirtió. Fue la primera vez que se sintió por completo incluido en una reunión con ellos y disfrutó tanto del vino que fue el primero en terminar su copa.
—Ah, quiero más —comentó mirando el vidrio, lamentando haberlo bebido muy pronto.
—Bebe del mío en lo que voy por otro —sugirió Jonghyun empujando la copa en su dirección y tomando la vacía de sus manos, escuchando las indicaciones de Minho sobre qué nueva botella traer.
Kibum quedó sorprendido ante lo que Jonghyun hizo: compartirle de su bebida. Aunque era común que comieran de una misma olla los guisos, no habían llegado al nivel de confianza como para compartir platos, mucho menos beber de un mismo vaso. Era un poco irónico considerando que llevaban un tiempo compartiendo besos, pero era también porque al mayor no le gustaba que bebieran de su vaso. Siempre lo veía discutiendo con Taemin, otro de sus compañeros, porque este bebía sin permiso de sus botellas de jugo. Así que, el hecho de que ofreciera su copa decía bastante de lo mucho que lo apreciaba. Sonrió complacido y enredó sus dedos en la copa de Jonghyun y dio un sorbo. Nunca, ningún otro vino, ni antes ni después, le supo tan dulce como ese.