I | JongTae

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Inefable Que no puede ser dicho, explicado o descrito con palabras, generalmente por tener cualidades excelsas o por ser muy sutil o difuso

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Inefable
Que no puede ser dicho, explicado o descrito con palabras, generalmente por tener cualidades excelsas o por ser muy sutil o difuso.

 
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Si había algo que TaeMin odiaba de los dioses era que no se materializaban. Solo había dos quienes lo hacían y uno de esos era el dios del amor: JongHyun, cuya belleza te embelesaba, pero era su voz la que te quitaba el aliento. Él era el preferido de TaeMin aunque fuera a quien menos le rezara. TaeMin no buscaba el amor porque le pertenecía a JongHyun.

Y ese amor nunca sería correspondido.

Aunque no se materializaba con frecuencia, JongHyun bajaba seguido al pueblo como para que la gente lo conociera: que adoraba deleitar a otros con su voz cantando y también dar halagos; que se ponía tímido cuando una pareja se acercaba a agradecerle por su intervención; lo fúrico que se ponía cuando escuchaba actos atroces cometidos «en nombre del amor»; lo fríamente distante que se comportaba cuando un humano decía amarlo de forma romántica; y lo directamente cruel que era al rechazar a alguien.

TaeMin había visto todo eso y le agradaba ver todas las facetas del dios. No obstante, nunca se había acercado tanto.

Siempre que JongHyun descendía al pueblo TaeMin procuraba alejarse, observar al dios de lejos y admirar su belleza. Además porque sabía que si se acercaba se quedaría mudo de la impresión y quedaría como un tonto. Era mejor evitar una situación como esa.

Un día, sin embargo, estaba tan distraído con algo de su trabajo que no notó el descenso de JongHyun al pueblo y que estaba caminando en su dirección. Se dio cuenta de ello al chocar con él. TaeMin levantó la cabeza para reprocharle al otro su descuido, porque por supuesto que no era su culpa el choque, y vio de quién se trataba.

Sus ojos se abrieron por completo, sus piernas empezaron a temblar y sus manos dejaron caer la madera que llevaba; JongHyun fue rápido y la tomó antes de que llegara al suelo.

—Vaya, trabajas con el carpintero —comentó el dios examinando la pieza tallada que llevaba el humano.

TaeMin sólo parpadeaba y al notar la incomodidad del dios reaccionó.

—Sí, señor —tartamudeó—. Trabajo para el carpintero.

El dios sonrió observando la figura una vez más.

—Es un excelente trabajo —halagó—. ¿Lo hiciste tú? ¿Crees que podrías hacer una para mí?

TaeMin jamás llegó a pensar que el dios del amor le pediría algo, siempre creyó que sería invisible a sus ojos.

—Puede quedarse con esa, mi señor. Si no la quiere, puedo tallar una mejor para usted.

—No, no, con esta está bien.

Examinó al ave una vez más antes de mirarlo y sonreírle. Era una sonrisa genérica, la que le daba a todo el mundo pero en ese momento era solo para TaeMin y eso lo ponía eufórico.

—Dime, querido TaeMin, ¿qué puede este humilde servidor hacer por ti?

El joven miró al dios a los ojos, anonadado por su belleza y porque lo nombró.

—Sabe mi nombre —susurró incapaz de dejar de verlo.

JongHyun rio entre dientes.

—Por supuesto que sí, ¿cómo no iba a saberlo?

El corazón de TaeMin empezó a latir de prisa, sonrojándose. Lo conocía, el dios del amor lo conocía. Si era así entonces quizá pudiera tener una oportunidad con JongHyun y pudiera corresponder su amor.

—Conozco el nombre de todos —añadió el dios.

Esas cinco palabras bastaron para que la esperanza que nacía en su pecho muriera antes de siquiera hacer raíces. La decepción la reemplazó junto con la idea de que no era especial para el dios, que nunca tendría una oportunidad con él.
Agachó la mirada, triste.

JongHyun lo notó y con su mano libre tomó del mentón el rostro del humano y lo elevó para que sus miradas se cruzaran.

—¿Qué necesitas que haga? ¿Qué alguien se enamoré de ti?

Eso era justo lo que TaeMin quería, pero ¿valdría su propio poder sobre el dios del amor?

—No, mi señor —respondió, sabiendo que nada de lo que pudiera intentar o pedir serviría. Además, si se lo decía la indiferencia reemplazaría la dulzura y el agradecimiento con que lo miraba. No podría vivir sabiendo que le era indiferente al dios.

—¿Entonces quieres tú enamorarte de alguien? Dime cómo sería la persona de tus sueños y haré mi mejor esfuerzo por hallarla para ti.

Esa conversación están hiriendo a TaeMin y quería terminarla pronto. Le parecía injusto que en su primer intercambio con JongHyun, sus palabras le rompieran el corazón.

—Tampoco, mi señor. —Se soltó del agarre alejándose y lamentando tener que hacerlo—. No quiero que interceda por mí de ninguna forma. No me lo tome a mal, no es porque desprecio su ofrecimiento, tan solo quiero que cuando el amor llegue a mí sea espontáneo y sin intervenciones de ningún tipo —explicó cuando notó a JongHyun con el ceño fruncido.

La expresión del dios se relajó y sonriendo nuevamente preguntó si había algo más que pudiera hacer por él.

—¿Un favor de algún otro dios?

El joven sonrió resignado y negó con la cabeza.

—Me basta con que mi señor baje más seguido al pueblo.

JongHyun sonrió enternecido.

—Así será, pequeño TaeMin.

Hizo una reverencia que el joven humano correspondió y se fue pasando por su lado. TaeMin lo vio alejarse. No había necesitado más que un breve intercambio de palabras para que todo en él se alborotara. Si tan sólo le ocurriera lo mismo al dios podría ser feliz, pero se conformaría con haberle hablado. Tal vez, en alguna otra ocasión, podría acercarse él mismo y darle algo tallado.

🐶🐥🐶

Notas:

Holi~

Este es un corto en el que no menciono la palabra elegida, sino que traté de que el fic diera a entender lo que significaba. No estaba segura de cómo hacerlo y al final no lo hice.

Que lo hayan disfrutado mucho! Nos vemos en el siguiente 💕

Jong's Month IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora