Chifuyu acaba de comprobar que las desgracias nunca vienen solas.
Que Baji fuese suspendido por dos semanas y, por lo tanto, quedase fuera del desfile tan solo dos días antes es completamente desilusionante por sí solo; empeora si a eso le suma que tendrá que tomar el trayecto a la escuela solo hasta casi mediados de noviembre —el de regreso podría variar si sale con sus amigos—. Que justo el día siguiente lo embosquen unos resentidos de segunda es suficiente para hacerlo enojar y, a pesar de que es probable que ahora estuviera malherido o hasta inconsciente sin su intervención, que se le adelantara conocer a Kazutora es el remate innecesario de la pésima racha.
Fueron unos minutos de lo más confusos, pero llevaderos hasta justo el final. Se recuperaba del mareo que le ocasionaron al golpearle la cabeza cuando escuchó pasos correr hacia ellos. En breve, uno de los tipos había caído al suelo, pero lo más impactante fue descubrir que fue obra de Kazutora. Apartando que ni siquiera le parecía que auxiliar a alguien en desventaja fuera algo que haría —porque él mismo le aclaró enseguida con muchísimo descaro que esa no era su intención—, ¿por qué estaría metiéndose de una manera que lo beneficiaría a él? ¿Acaso no se había fijado en su cara?
Conforme aumentaron sus interacciones, estaba muy seguro de que ya debía haber visto bien su rostro, así que la nueva sorpresa fue saber que ni siquiera lo reconocía. Eso explicaba mucho, aunque no estuviera del todo contento con eso. Estar celoso de alguien que ni lo ubicaba era vergonzoso, casi humillante. De todos modos, lo dejó pasar porque le convenía en ese momento. Incluso cuando sus caminos coincidieron y le siguió sacando conversación ya terminada la pelea, no reveló su identidad.
Debía admitir que, a pesar de que quisiera estamparle un puñetazo en la cara, Kazutora era bueno peleando. Si no fuera por su bocota, quizás hasta la hubiese pasado bien hablando con él. Se mantuvo unos pasos atrás para evitar que una mayor exposición a su aspecto le iluminara el cerebro. Funcionó, porque parece que conectó los puntos apenas en las escaleras del complejo, a juzgar por el empujón que le dio antes de subir a la carrera. Con esto, ha confirmado que no es persona grata para el chico.
«Ahora que lo pienso, Kazutora ha estado celoso por alguien que ni siquiera reconocía del todo, ¡ja!».
Le irrita saber que, en ese preciso momento, está en el apartamento de Baji a solas. Solo puede imaginar que ha tocado su puerta vuelto furia que ahora estará descargando en él. Ugh.
—Peke J, será mejor que estés conmigo —dice al encontrarlo despierto, por suerte, una vez que se ha quitado los zapatos. Va hacia él, lo carga y lo lleva a su habitación, donde se encierra—. No querrás visitar a Baji-san ahora. —Se asegura de que las ventanas estén cerradas, entonces lo suelta.
Ya tiene motivos de primera mano que respalden su rechazo a Kazutora, aparte de los celos. No es capaz de estar del todo agradecido con su ayuda porque, para su intención, eso solo fue un efecto secundario. Es cuestionablemente rescatable que le revelara ese detalle para ahorrarse unas gracias inmerecidas. Le molesta que lo haya pillado en un raro momento de debilidad, más aún que lo resaltara luego. Su reacción al identificarlo vino casi sin contexto, casi, porque sabe que los celos son mutuos.
Chifuyu se hace una idea de qué tanto fastidia a Kazutora nada más existiendo a su alrededor. Si ya le tiene la rabia suficiente para empujarlo en cuanto lo reconoce —y cree que eso ha sido poco para lo que realmente necesitaría para desquitarse—, no quiere imaginar lo malo que sería que se percatara de sus sentimientos por Baji. Al menos, se ve que tampoco desea interactuar demasiado con él, así que será más sencillo mantener el secreto si ambos se evitan entre sí.
Pobre de Baji, que quiere que todos sean amigos. No descarta a los demás, claro, porque varios le suenan agradables, pero Kazutora acaba de estrenar muy mal la oportunidad que le ha dado —que no esté enterado es aparte— de remendar su percepción de él, ahora que tratará de no basarse tanto en los rumores.
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A veces son tres tercios [BajiToraFuyu]
FanficDarse cuenta de que le gusta Baji solo después de enterarse de que ya tiene novio no es lo que Chifuyu hubiese imaginado para su primer flechazo, pero las sorpresas no se detienen después de conocer a Kazutora, el chico en el puesto que desearía ocu...