Kim SeokJin es un joven de veintidós años que sufre esquizofrenia, pero no de las conocidas, más solo ocurre en la noche y puede convertirse en un completo loco si no obtiene lo deseado para calmarlo.
En el camino para descubrir su enfermedad y lo...
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-Se recomienda discreción-
Las manos de Jin se paseaban por la espalda del moreno, quién se encontraba boca abajo sobre el sofá que se hallaba junto a la ventana, el joven miraba perdido en sus pensamientos la tez del mayor, sentía en cada movimiento la suave piel al tacto y miraba su formado cuerpo, hasta que sus dedos se enredaron en las ebras azabaches tironeando apenas.
—¿Recuerdas cuándo aquella noche llegaste cubierto de sangre y y no lo entendía? —preguntó el castaño saliendo de sus pensamientos.
—Lo recuerdo bien —respondió dándose vuelta para observar al chico —¿Quieres hablar de eso? —preguntó mirando su torso desnudo encima de él.
—No entendía lo que pasaba, pero mi único pensamiento fue... ¿Por qué no tengo la misa edad de Nam? En mi mente, en aquel entonces eso me asustó, porque por un segundo quería experimentar tener dieciseis años a tu lado.
El mayor respiró hondo llevando su mano hasta el brazo del joven y lo atrajo apoyándolo en su pecho, para después observar sus orbes ocuros que sin ningún interés deseaba desviar de los orbes del moreno.
—Lo que sucedió fue que el Jin de niño sufrió severos traumas a causa de lo último que viste, la muerte de tu madre y el maltrato de tu hermana. Jin, borraste todos tus recuerdos y te convertiste en alguien más —dijo al sentir las uñas del joven penetrar con fuerza en su pecho.
—¿Por qué llegar ahora y despertarme del Jin fliz en el que me había convertido? —preguntó haciendo que su pecho se agitara y sintiera las lágrimas al borde de sus ojos.
—Porque el más enfermo soy yo —respondió jalando al castaño hacia el sofá dejando que se quedara bajo su cuerpo —¿No lo entiendes? Tanto tu madre, que manejaba a EunJi y mi padre, que me manejaba a mí, buscaban una cura para tu no tan notable esquizofrenia o tal vez otro tipo de enfermedad que aún no se desarrollaba durante tu niñez, pero se metieron tanto con los experimentos que francamente ya no sabían con lo que estaban lidiando —dijo al ver las lágrimas del joven deslizarse por sus mejillas.
—Dices... ¿Qué es mi culpa? —preguntó mirando a un lado.
—No, nunca podría cuparte de algo que ni siquiera tú tenías idea —continuó acariciando su cabello peinándolo hacia un lado.
—Por eso me odiaba EunJi —musitó dándose cuenta del enojo de su hermana —Porque ella lo sabía, sabía porque mamá estaba tan obsecionada con ella —continuó mordiéndose el labio.
Sin poder mirar al mayor sentía que la rabia lo consumía, quizás si las cosas hubieran sido diferentes cuando era niño, nada de esto hubiera ocurrido, Nam y EunJi serían dos universitarios, personas normales y él se mantendría internado en un instituto rodeado de mentes igual a él, pero no es como si pudiera volver al pasado.
