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James tenía miedo…

Que atrocidades le hicieron a Reg para que despierte de esa manera, aún su corazón latía demasiado rápido.

Sus manos temblaban, se sentía tan impotente, cuando Regulus comenzó a gritar, se quedó paralizado, que lo único que reaccionó a hacer fue abrazarlo.

Lo abrazo con todas sus fuerzas, las lágrimas del menor manchaban su camisa, pero no le importaba en lo absoluto.

¿Qué hizo Regulus para merecer eso?

¿Habrá sucedido en una emboscada o en una redada?

¿Podrá superarlo?

Temía la respuestas de estás preguntas, pero lo importante es que está viví y a salvó junto a el. Lo iba a proteger a pesar de todo.

Solo quedaba esperar que recupere la memoria y, cuando lo haga, que no se marche.

No otra vez…

A pesar que su mente era sumamente perturbada por sus pensamientos, se empeño a ser paciente por el pelinegro.

Debía ser fuerte por los dos, sobretodo por Reg, no debía presionarlo, cualquier cosa que habría sucedido fue difícil de asimilar.

Pudo haber causado un terrible trauma, del que seguramente Regulus no querría recordar.

Para alejar los pensamientos comenzó a limpiar su apartamento, acomodo y ordenó cada objeto en su lugar ya que todo el lugar era un desastre.

Luego de un tiempo fue a la habitación dónde se encontraba Regulus descansando, lo cubrió con una manta por qué el sol ya se había ocultado y comenzaba a refrescar.

Se sentó a su lado y tomo un libro que le había recomendado Remus hace mucho tiempo.

Mientras comía un sándwich, preparado rápidamente, por cierto.
Pasaron unos minutos, y, el ambiente se torno acogedor, causando un calor en el pecho de James

Lentamente tomó la mano de Reg, y con la otra acariciaba su mejilla, sabía que en cualquier momento el ojigris despertaría y quería estar con el cuando suceda.

-Estas en silencio a mi lado, parece una pesadilla de la cual no puedo escapar- hablo el azabache, con la esperanza que el pelinegro lo escuché -Solo quiero escuchar tu voz, solo eso …-

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Escuchaba...

Podía escuchar…

Una voz, más bien esa voz, la conocía perfectamente.

¿Podría ser James?

¿O solo era su mente jugando con el?

Lo único que podía distinguir eran unas palabras, vagamente pronunciadas.

Podía sentir un contacto cálido, emanaba en su mano, luego ese mismo sentimiento le hacía cosquillas en su mejilla.

En ese momento …

Lo supo...

Era real …

James estaba con el, a su lado, quería verlo, poder tocarlo. Aunque una parte de el sabía lo que debía luchar para obtenerlo.

Pero no le importó, las consecuencias vendrían después, pero ahora solo quería a James.

Su voz lo llamaba, comenzaba a escuchar claramente lo que decía…
-Siempre supe que tus besos matan, que tus promesas riman con dolor, que eres experto en robar los latidos de mi corazón- la voz de James se pagaba a cada segundo
-Nunca juraste que saldría ileso, ya no te atrevas a pedir perdón, yo te confieso que no me arrepiento y aunque estoy sufriendo podría estar peor- acabo James

Regulus, con todas sus fuerzas, comenzó a sentir como tomaba el control de su cuerpo.

Abrió los ojos encontrándose con su amado, este estaba a su lado.
Al verlo despertar se acercó inmediatamente hacía el.

-¿Reg?- balbuceó James - ¡O por Merlín, despertaste!-

Este lo abrazo, Reg rio ante eso, extrañaba los abrazos del mayor.

-¿James? ¿Dónde estoy?- pregunto Reg

-Estamos en mi casa, Regulus estás a salvó- tranquilizó el azabache

-¿Cómo llegué hasta aquí?- dijo el pelinegro mientras se sentaba en la cama, pudo sentir un dolor punzante en cada unas de sus heridas.

-Un elfo te trago, estabas herido- respondió James – te encontré en el suelo –

-¿Dónde está Kreacher? ¿Está a salvó?- cuestiono el menor

-No lo sé con exactitud, se marchó cuando te encontré- dijo suspirando al recordarlo -¿Qu…que pasó?

Regulus no quería hablar de eso por lo que solo bajo su cabeza, mientras se le formaba un nudo en la garganta y comenzó a mover su cabeza, diciendo que no.

Comenzó a elevar sus piernas y las abrazo.

-Shhh, tranquilo- James lo abrazaba -estarás bien, ahora estás conmigo y te protegeré-

-Yo...Yo no qui…quiero- hablá Reg pero James lo interrumpió.

-Esta bien, si no estás listo, está bien- respondió el azabache.

El cuerpo de Regulus estaba débil, por lo que debía quedarse en cama por unos días más. Las heridas ya estaban cicatrizando, pero debía seguro seguir con hierbas y horribles pociones.

No hablaron mucho, solo estuvieron en silencio a pesar de todas las preguntas que querían cuestionarse entre los dos.

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🤗Holaaa...

🏳️‍🌈Feliz mes del orgullo LGBTQ+🏳️‍🌈

✨Queria decirles que deberian de ser felices con la persona que aman a pesar de lo que piensen los demas.✨

🥰🥰Espero que les haya gustado este capítulo...

💥Solo tengan paciencia, la historia se desarrollará lentamente, pero tengo planeado un gran final.💥

Adiós...

"UN CAMINÓ DIFERENTE" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora