ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 19

49.2K 2.3K 2.8K
                                    

NG

𓏲 ˖ . ˖ ࣪⭑ ˖ ٬ ุ๋

Aedion.

El aire frío me roza la cara en cuanto salgo a la calle. Me recargo en la parte trasera de mi auto y miro a mi acompañante saliendo por donde yo hace unos segundos lo hice.

Saco un paquete de cigarrillos y enciendo uno. Angeline se queda mirando cada uno de mis movimientos, como si nunca antes me hubiese visto fumar.

—¿Que tal van las cosas? —le pregunto, solo para calmar el denso ambiente que se ha creado entre ambos desde hace ya un rato.

Luego de la pelea, nos hemos traído a los dos Yakuza a un restaurante que a veces suelo usar como una bodega.

—¿A qué te refieres? —sus ojos siguen clavados en el cigarrillo que tengo en la mano.

—¿Ya te has acoplado a Italia? —pregunto, llevándome el filtro a la boca y dando una grande calada.

—No, pero tengo que hacerlo.

Se cruza de brazos y se recarga en el poste qué hay delante de mi. Saco mi celular y le envío un mensaje a Lucían para decirle mi ubicación. Cuando regreso la mirada a la pelinegra me doy cuenta de que me mira con su típica mirada fría, esa mirada que te deja ver el carácter tremendamente fuerte que suele tener.

—¿Por qué no le dices a tu padre que no te gusta estar aquí? —inquiero.

Aunque se bien que si le gusta estar aquí, pude notarlo desde que la vi y atribuyo su comodidad a que tiene a Damien. Me guste o no, ellos son más que simples amigos, y eso le ha ayudado de alguna manera.

—Conoces a papá, ¿crees que le importa mi comodidad más que mi seguridad? —estira la mano para arrebatarme el cigarrillo y se lo lleva a la boca para darle una calada.

Frunzo el ceño al ver que ha fumado bien.

—¿Ahora fumas? —pregunto.

—Solo cuando estoy estresada —me lo regresa y procedo a fumar nuevamente.

—Hay otras maneras de quitar el estrés.

La veo sonrojarse y poner sus ojos en blanco. Sonrío ligeramente y doy otra calada.

—Deberías irte a casa —digo—. Ellos despertarán por la mañana debido al sedante que les di.

—¿Y tú no irás a tu hogar? —pregunta.

Sonrío amargamente.

—Mi hogar por ahora está en reparación.

—Entonces no me iré —dice—. Esperare a que despierten.

—Son las tres de la madrugada.

—¿Y? no pasa nada si no llego a casa, solo le avisaré a Kylie.

FATAL. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora