Capítulo XXVI: ❝Pentru dansuri macabre❞

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─Niñas, compórtense ─esta era la segunda y última advertencia de la Dama, en todo lo transcurrido del viaje. Apenas era la mitad del camino y no faltaba mucho para llegar a la finca.

Lady Dimitrescu usaba su atuendo habitual, con la diferencia de llevar una bufanda negra de piel por la temperatura. Estaba claro que tan baja no era, puesto que le había permitido a sus hijas salir del castillo, pero una precaución ligera no vendría mal.

Las señoritas estaban más abrigadas, eso era cierto. Llevaban abrigos afelpados, bufandas, guantes de abrigo en vez de cuero, y medias largas y mucho menos finas que lo habitual, bajo sus vestidos.

Bela era la única que vestía diferente. Tenía un vestido rojo con mangas y algo pomposo que le cubría apenas los tobillos. La idea de un vals privado con la ventrílocua, para presentarla de una forma distinta a su madre y hermanas requería de ciertos detalles. Bela tenía el cabello recogido gracias a un listón igual de rojo que su vestido, y algunos cabellos rubios se le escapaban del arreglo, dándole un toque menos formal y más divertido.

Cassandra la había maquillado, y Daniela se había encargado de su cabello, mientras que Alcina se aseguró de que su hija mayor saliese muy bien vestida del castillo. Bela se sentía una novia practicando el vals para su boda, y la emoción se marcaba en lo inquieto de sus movimientos.

─Madre, ¿por qué nosotras no pudimos ir vestidas igual que Bela? ¡Nos veríamos geniales! ─Daniela se encaprichaba nuevamente. La idea de vestir casi igual que siempre le quitaba lo especial al asunto, en su opinión. Si iban a ser chaperonas que al menos se viesen casi tan bien como la novia.

─Cuando Lady Beneviento venga al castillo a cenar, todas podrán vestirse como quieran.

─¡¿Cómo queramos?!

─Dentro de ciertas restricciones, obviamente.

─¡Ooohh! ─la pelirroja hizo un puchero, y su madre pasó suavemente una mano sobre su cabeza, para tranquilizarla.

─¿Cuánto falta?, madre ─interrogó Cassandra nuevamente. La impaciencia se marcaba en lo harta que estaba de escuchar los caprichos de su hermana menor.

─Poco, querida.

─Qué impaciente estás, Cassie. Y eso que no serás tú quien bailará con Beneviento. ¡Cómo sería si así fuese, entonces! ─Bela exclamó a modo de burla contra su hermana. Todavía no olvidaba el hecho de que casi la maquilla como vikinga antes de salir de la casa.

─Todavía estoy a tiempo, ¿sabes? Aún no acontece la boda.

─¡Que hable ahora, o calle para siempre! ─agregó Daniela, con un entusiasmo algo ajeno a la conversación, pero que le sumó un toque de burla a la pelea de sus hermanas.

─Ni que tuvieses oportunidad ─espetó Bela, tratando de no mostrar el poco miedo que sintió en el fondo ante la idea.

─Ooh, ¿quieres ver?

─¡Ansío ver que te atrevas!

─Niñas, ¡niñas! ─la Dama tranquilizó a sus hijas al señalarles la ventana derecha del carruaje─. Ya llegamos.

─¡Siii, al fin! ─Daniela esperó a que su madre abriese la puerta y bajase para confirmar el clima. Al ver aprobación en su sonrisa, la pelirroja bajó─. ¡Aquí vamos, Lady Beneviento!

─¡Con dos pretendientes por si acaso! ─agregó Cassandra en tono irónico, antes de recibir una patada en la espalda de parte de su hermana mayor y bajar del carruaje.

Dansuri Macabre • 〚 ᴮᵉˡᵃᵈᵒⁿⁿᵃ 〛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora