Que todos lo sepan
El helado viento azotante en el acantilado de la Isla príncipe Eduardo removía todo aquello lo suficientemente liviano para hondear en el aire con sutil elegancia. Las suaves telas de su vestido, el oscuro saco de Gilbert, incluso su melena rojiza bailaba en el viento, dejando que el frío clima impactara en su rostro, enrojeciendo ligeramente sus mejillas.
Habían pasado parte de la mañana paseando por todos aquellos sitios de su infancia, en donde en cada uno tenían mil y una anécdotas que contar y recordar, dejando que el tiempo pasara como si no existiera.
Ese día, Anne se había levantado un poco asustada, luego de haber creído que toda la mágica velada de la noche anterior fue un simple sueño, hasta que un destello la hizo mirar hacia su tocador y comprobar que no era cierto. Una linda y plateada pluma yacía aún con su lazo como adorno de regalo, y sonrió antes de levantarse y tomarla entre sus manos, acariciando el dulce grabado con el que venía: Anne & Gilbert, junto con un diminuto corazón que fue suficiente como para creerlo cierto.
—Es la primera vez que me regalan algo tan romántico, Gilbert, gracias —agradeció con los ojos acuosos, conmoviendo el joven corazón del chico. Esas pocas palabras, y la forma tan sincera en que las pronunció, hicieron que el castaño tomara nota mental de otorgarle ese tipo de gestos más seguido.
A las siete de la mañana, la pelirroja se aseó, enfundándose en un lindo y abrigado vestido color crema con marrón, el cual llevaba aquellas mangas abullonadas cremosas que tanto amaba. Se recogió su cabello, y bajó a desayunar con una agradable sonrisa que todos conocían el porqué.
—Buenos días, Marilla, buenos días, Matthew. El día está hermoso, ¿no creen?
Ambos hicieron lo propio, sentándose junto a ella, no sin antes lanzarse entre hermanos una mirada perspicaz.
—Con toda esa nieve es imposible caminar decentemente sin tropezar. ¿Vendrá el joven Blythe hoy?
—Sí, daremos un paseo por la isla, ¿está bien?
—Oh claro, solo procura abrigarte bien, Anne. No queremos que resfríes y luego tengas que volver a Queens enferma —sentenció Marilla, tratando de ser un tanto firme con Anne, y luego de desayunar, Anne se levantó con un agradecimiento y recogió los platos, por lo que Marilla puedo soltar una ligera sonrisa por ella. Sabía cómo eran los jóvenes a esa edad, y estaba orgullosa de que sea Gilbert quien corteje a su Anne.
Justo a la hora acordada, diez y cuarto de la mañana, llegó el joven a Tejas Verdes, saludando con respeto a los señores Cuthbert y tomando del brazo a su Anne con galantería, aún cautivado por la belleza que deslumbraba ese día la pelirroja. Por su parte, Anne lo observó unos largos segundos de pies a cabeza, aún procesando lo guapo que se veía Gilbert en ese oscuro y pesado saco azulado, que hacía destacar más sus ojos avellanas. Su boca se secó y tuvo que pellizcarse disimuladamente para volver a la realidad, algo que Gilbert notó enseguida y echó a reír entre dientes, alzando una ceja con picardía.
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Más que mi Anne | Anne y Gilbert ♡
FanfictionEl amor triunfó. Gilbert y Anne son pareja, aunque con un pequeño detalle: la distancia. Para Anne esto no es impedimento. Cada que puede le escribe una carta a su amado relatándole en un montón de papeles todo lo que vive. Gilbert le corresponde...