Izuku nunca imaginó que el amor, un sentimiento tan puro y efímero, pudiera ser tan doloroso. Y mucho menos que esas hermosas flores que tanto le recordaban a él fueran las causantes de su gran sufrimiento.
Cada mirada y risa que aquel rubio le rega...
Un amor correspondido es algo que a cualquiera le puede pasar,¿no es así?
Solo será un mal momento y dependiendo de cada persona lo iría olvidando con el paso del tiempo, solo dejando un amargo recuerdo.
Pero…¿por qué con él tenía que ser diferente?
Izuku jamás pensó que un sentimiento tan puro y efímero como era el amor podia ser tan doloroso y desgarrador. Y que mucho menos la causante de aquel gran dolor fueran aquellas flores tan puras y finas que tanto le recordaban a él.
Porque Izuku se da cuenta que por cada mirada y cada sonrisa que aquel rubio le ofrecía a él, hacía que una rosa creciera dentro de su pecho, y con ello una espina...
Una espina que lo desgarraría al igual que aquel oji-rubí inconscientemente hacía con su corazón
Aquellas flores que ahora crecían dentro de él y con sus finos pétalos escarlatas que son acompañados de aquellas espinas tan finas pero dolorosas y un respirar que dolía al punto de querer morir. Eso, era lo que Izuku Midoriya ahora sentía.
¿Por qué era tan doloroso amar?
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