Capítulo 5: Hay Calor en la Habitación

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Los orbes carmesí de Axel brillaron en ira al tiempo que tropezaba hacia atrás luego del ataque. Sus labios estaban firmemente cerrados, con una que otra manchita de sangre, mientras escuchaba aquellas palabras salir de los labios de ella. En respuesta, los ojos del vampiro se oscurecieron antes de murmurar un casi inaudible — ¿Qué?-. En ese instante, se había alimentado de más que suficiente sangre para recuperarse por completo y tener suficiente fuerza... para someterla a ella. Sin ninguna advertencia él se movió antes que ella liberase sus tobillos, aprisionándola con su propio cuerpo de vuelta sobre la cama —Mentirosa...- susurró mirándola a los ojos con una ligera sonrisa, ahora él era quien sonreía sádicamente.

-¡Déjame ir perro! ¡Te juro que lo vas a pagar caro!- Ella chilló enfadada luchando fieramente por liberarse de su agarre. Cuatro pequeños y filosos colmillos aparecieron de pronto entre los labios de la muchacha, no para perforar la piel, sino para desgarrar la carne, para destrozar huesos, mientras ella le gruñía al vampiro en total agresividad. Sus uñas afiladas como pequeños cuchillos pronto se clavaron en los brazos del muchacho, en un desesperado intento por escapar de él.

El vampiro se sacudió y retorció de dolor al sentir las afiladas garras de la mujer clavándose en sus brazos, causando que de sus labios escapase un gemido de dolor, más aun así no se despegó de ella, apretó su propio agarre en los brazos de ella, y su peso la aprisionó aún más antes de que su mirada se enfocara en la chica que estaba debajo suyo. Y en cuestión de segundos sus labios estaban sobre los de ella con desesperación, pero con la delicadeza que solo un vampiro podía tener.

Kiara entró en un estado de shock al sentir los labios del vampiro sobre los suyos. Sus uñas se clavaron aún más en sus brazos, empezando a dejar salir pequeñas gotas de oscura sangre que recorrieron hacia abajo los brazos del vampiro. No sabía cómo reaccionar, su perro, era su perro, no sabía qué hacer en ese instante, su mente estaba completa y totalmente en blanco, sus ojos estaban completamente abiertos, sintiendo una pequeña y extraña electricidad al toque y movimiento de los labios de él, que, forzosamente, la obligaban a besarlo.

Axel gimió de placer dentro del beso al sentir las uñas de ella infringiendo más daño en él. Sí, le gustaba que ella lo hiriera, que el aroma de su propia sangre llenara la habitación, le gustaba verla enfadada, en shock. Su lengua habilidosamente se deslizó dentro de la boca de Kiara, moviéndose apasionadamente, devorando la boca de ella, ella soltó un gemido también, algo que de inmediato lo puso a mil. Prácticamente forzando a ambos a sumirse en un apasionado beso. Sus labios atacando los de ella, hasta que eventualmente la presión que ejercía en sus brazos lo hizo marearse, y así su agarre sobre ella se volvió mucho más ligero.

La mente de Kiara permaneció confusa  hasta que finalmente decidió rendirse. El agarre de sus uñas desapareció de inmediato al tiempo que sus manos se movieron hasta el cabello del vampiro, tiñéndolo de su propia sangre, y jalando suavemente, escuchándolo susurrar improperios sobre sus labios, excitándola, frotando su cuerpo contra el de ella. Un suave rubor cubrió sus mejillas mientras ella lentamente empezó a corresponder el beso, aun sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo.

Los ojos del vampiro se abrieron de golpe al sentir la respuesta positiva "Porque ella esta...?" Mas sus pensamientos se cortaron antes de que el echara con un gemido su cabeza hacia atrás, respirando con desesperación, recuperando el aire antes de desmayarse. Sus labios estaban raspados, hinchados y brillantes por el profundo y apasionado beso. Antes de volverse a mirarla a ella con las mejillas sonrojadas, excitado y esperando deseosamente volver a fundirse en sus labios.

Ella lo miró en completo shock al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, lo que ella le estaba dejando hacer... o lo que ella estaba haciendo, de lo que estaba provocando en el vampiro, y en sí misma. Ahora con sus piernas libres y un movimiento rápido, el vampiro cayó de la cama con una patada precisa, antes de apuntarlo con una cuchilla en su mano derecha. Sus ojos irradiaban completa ira e ese instante. — ¡Lárgate! ¡No quiero verte! ¡Vete!- Gritó ella ahogada en ira, aun jadeando pesadamente.

Mirando a la cuchilla, Axel lentamente bajó su cabeza, como aquel perro que ha sido regañado y golpeado hasta herirlo. Antes de salir a tropezones de la habitación sin mirar atrás. Su corazón aun latía descontroladamente, tanto que tenía miedo de que ella lo escuchara. Y él tampoco tenía idea ni daba crédito a lo que había ocurrido.

Kiara dio un portazo cerrando la puerta y por si acaso, asegurándola detrás de ella, reclinándose sobre la misma. El sabor de su propia sangre aun recorría su boca, haciéndola sentir pequeños escalofríos sobre todo su cuerpo. Así también, aun recordaba esa electricidad que empezó a encenderla a mitad del beso. Decidió deshacerse de esos pensamientos y que se fuesen al caño con una ducha, seguro eso mejoraba el estado actual de su mente, confusión y una extraña presión en el pecho. De todas formas el vampiro no querría ni podría escapar, no con las telarañas de plata que cubrían la mansión.

Por su lado, Axel decidió salir por los alrededores a buscar qué cosas interesantes la inmensura de la oscuridad podía ocultar. Durante la siguiente hora se halló a si mismo revisando cada habitación y cada pasillo de la —aparentemente- infinita edificación. Sus ojos carmesí recorrían cada centímetro de la casa, hasta que eventualmente su cansancio creció y se dejó a si mismo caer sobre un sofá en una habitación desconocida, dejando que su cuerpo se relajara poco a poco, cayendo dormido casi inmediatamente.

Kiara tomó esa oportunidad, viendo al despreciable vampiro dormido como un cachorro. Con una cuerda lo suficientemente resistente, tomó control del cuello del muchacho en silencio, como lo había hecho un par de veces antes. La haló un poco antes de darle un brusco tirón y empezar a arrastrar al desdichado ser a través de toda la mansión aun en una leve oscuridad, hacia la habitación en la que él había despertado al inicio. Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios con cada paso que daba hacia abajo en las escaleras. Era la hora de la fiesta.


Hola chic@s lectores, lamento muchísimo la demora, pero el roleplayer con quien hago la historia tuvo un viaje y no pudo comunicarse, pero bueno, ya estoy de vuelta, espero que les guste este capítulo. dejen votos y comentarios porfi!. Buenos días, tardes o noches, los quiero :)

Mi Esclavo, Un Vampiro (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora