Capítulo 9: Un Nuevo Comienzo

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-¡Es suficiente!- Ella gritó en ira. Ira comprimida que hasta entonces se había rehusado a salir, pero que ahora se liberaba en cantidades masivas, toxicas y peligrosas. Con un puñado de su cabello en la mano de ella, ella lo haló con fuerza hacia atrás, con la suficiente para que el tuviese que alzar su cabeza desprendiéndose de su muñeca. Y como un perro rabioso, los colmillos lobunos de ella encontraron su camino hacia la garganta de él, como si reclamaran la sangre que le estaba hurtando, como un lobo a punto de ahogar a su víctima, presionando su tráquea para que se ahogara. Gruñendo como un animal salvaje, y con una fuerza inhumana, ella lo empujó hacia el piso de nuevo. Sus colmillos como cuchillas potentes empezaron a romper y quebrar la garganta del vampiro, mientras la presión entre sus dientes se apretaba hasta que se cerraran, entonces el estaría muerto.

Los ojos del vampiro se entrecerraron en pánico cuando ella haló hacia atrás su cabeza. El gimió en dolor cuando aquellos colmillos se clavaron en su piel, quebrando su garganta, quemando y ardiendo con dolor indescriptible, quitándole el aire de inmediato. Ella era demasiado poderosa para ser humana, pero al estar fuerte, él era hábil y podría deshacerse de ella con relativa facilidad. Y con un golpe, fuerte sobe la mandíbula de ella, él la arrojó lejos como a un cachorro pateado, noqueándola, o intentándolo. Con velocidad paranormal él desapareció fuera de la habitación, casi tele transportándose. Jadeando en dolor mientras esperaba a que gracias a la sangre consumida sus heridas se curasen rápido, su herida ardía como mil demonios y su ira solo se concentraba más y más.

Kiara apenas era capaz de abrir sus ojos. El dolor retumbaba en sus oídos, la sangre recorría su labio inferior, la fuerza de su cuerpo la dejaba, pero no se iba, se concentraba en algún lugar lejos de ella. La ira empezaba a recorrer sus venas casi como si reemplazara la sangre perdida, dilatando sus pupilas, afilando sus colmillos perrunos, haciéndola mas afilada, mas peligrosa. Sus ojos buscaban al desgraciado rápidamente, escaneando la habitación y las habitaciones contiguas. Y una sonrisa orgullosa de luchadora apareció sobre sus labios sangrantes. Ella estaba dispuesta a pelear hasta la muerte con el maldito. Aún estaba muy mareada para ponerse de pie. Pero si lo lograse, pronto el vampiro sabría lo que verdadero sufrimiento era, mucho más que todo el que había sentido antes, junto.

Una vez que la herida de la garganta de Axel estaba más que curada, así como su fuerza restaurada y su ira desvaneciéndose. El vampiro usó su velocidad insuperable para mirar dentro de cada una de los cientos de habitaciones en la mansión hasta que por fin halló la salida y empezó a salir bajo la cobijada de la noche. Por aquel patio delantero que en un momento fue la trampa que lo había traído allí. Sus ojos entrecerrados en cansancio mientras casualmente, dejaba la mansión, para siempre, esperaban.

-¿Realmente piensas que te vas a liberar tan fácilmente? Que la salida es sencilla, ¿que luego de tanto trabajo, voy a dejarte ir?- La voz de su ama resonó sobre todo el terreno, con un eco fantasmal y diabólico. Ella apareció justo detrás del vampiro. Dos hermosas orejas lobunas decoraban su cabeza, y nueve vistosas colas blancas salían de su espalda baja –No puedo dejar que mi perro escape, algo podría pasarle...- Susurró ella con una sonrisa de complicidad.

Las pupilas del vampiro se dilataron de inmediato a la visión de este ser. Su ama era un... ¿lobo? ¿Un zorro? ¿Un monstruo? Su cuerpo se empezó a tensar de inmediato al pensar en los poderes que este ser podría tener, peros se relajó. Él era un vampiro, e híbrido o no era mucho más fuerte que ella –Lárgate- Le gruñó.

-No puedes huir. Por la sencilla razón de que eres incapaz de sobrevivir sin mi sangre- Ella dijo con seriedad caminando lentamente alrededor del muchacho. Como un predador asechando a su presa, una loba tras el incauto venado, aunque en este caso, era un venado muy peligroso. –De todas formas, volverás por lo que necesitas, y entonces yo no te tomaré de vuelta.- Ella le susurró a él en su oído, gruñendo suavemente.

Las palabras de la mujer hicieron eco en los oídos del vampiro. Tenía razón. Eventualmente él tendría que volver por más sangre, porque después de haber probado este elixir de la vida, nada era comparable siquiera con ello. Y la próxima vez que el deseara volver ella probablemente habría huido, o tendría una emboscada con la suficiente fuerza para asesinarlo de inmediato. Estaba encadenado a ella, sin escapatoria, condenado a vivir de ella. Condenado a desearla con todo su ser, para siempre.

-Pero ahora... lárgate.- Susurró ella alejándose lentamente. La ira brillaba en sus ojos como fuego del mismo infierno, pero había algo tras sus intenciones, como siempre, Kiara Wolf no era capaz de hacer ningún movimiento sin una razón de por medio. Sus pasos resonaron hacia dentro de la mansión, la puerta se cerró por si sola detrás de ella, dejando al vampiro completa y estúpidamente solo.

Axel se quedó mirando embobado la puerta varios minutos después de que se hubiera cerrado. Las nubes oscuras que se cernían sobre él empezaban a dejar caer sus gotas de helada agua, mojando su cabello negro azabache y dejando gotitas esparcidas sobre sus pestañas. ¿A dónde ir ahora? ¿Qué hacer?

Hace muy poco había alcanzado los veintidós años, no podía volver a su hogar con su madre y su tío, no después de haber sido mordido por un vampiro puro, no quería hacerle daño a ninguno de ellos. Desde el día que había sido mordido había dejado su hogar, había vigilado de lejos a su madre, y de lejos había sufrido con ella, más por tener que alejarse de ella, antes que por algo más. La veía culparse a sí misma, y la veía llorar, una ocasión incluso, enjugó una de sus lágrimas, pero desapareció en el acto, para no tener que hacerla verlo partir otra vez. Se había mantenido lejos, hasta que aquel maldito día el aroma de su "Ama" había llegado a enloquecerlo, alejarlo de sus raíces, a matarlo por dentro.

Lenta y vacilantemente, el joven vampiro se dio vuelta y empezó a caminar, bajo la lluvia, hacia fuera de la propiedad. Para él era casi increíble el hecho de sentirse libre. No sentía el frío del agua de lluvia sobre su cuerpo, e ignoraba el hecho de que la oscuridad empezara a cubrir las calles.

Los faroles de las calles adoquinadas se encendían de a uno, poco a poco y lentamente. Las gotitas de agua caían de las hojas de los arboles más ancianos decorando las aceras, el césped despedía un exquisito aroma a frescura y ligeramente a noche. Y poco a poco, Axel se adentró en la ciudad poblada de gente, pero por alguna desconocida razón, estaba mareado.

El aroma de las mujeres, alguna vez atractivo, seductor, y extrañamente embriagador, ahora le provocaba nauseas, o completa neutralidad. El aroma de la comida, le era indiferente, y aborrecía el hecho de que al jugar y caer, un niño se raspara las rodillas y sangraran. Quizá, era porque estaba lleno de alimento, repleto de hecho, o quizá, porque en un pequeño rincón de sí mismo, no deseaba cualquier sangre, humana o animal.

Hola chic@ lectores. Que les parece?! Final inesperado no? Yo se, no se asusten, es el final del capítulo. Pero ahora es cuando se vienen cambios, temporales, pero cambios. Con la adición de un personaje, quién creen que sera?


Espero que les guste, no se olviden de dejar votos y muchos comentarios. Buen día tarde o noche, los quiero :)

Mi Esclavo, Un Vampiro (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora