Capítulo 12: Yo... La Necesito

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Kiara reposaba en la cama junto al pequeño Smile. Era tarde ya, la noche se precipitaba un tanto más oscura de lo normal. Sus dedos recorrían con cuidado el hermoso cabello del niño, bajando por su mejilla y terminando en la punta de su barbilla.

La loba nunca había creído llegar a amar a ningún ser más que a ella misma, pero aparentemente, había encontrado la excepción  que rompía la regla. El pequeño era capaz de ver más allá de sus ojos. Y si veía algo doloroso, aterrador, no le importaba, le sonreía y le abrazaba. Siempre había sentido repulsión hacia los niños humanos, claramente Smile no era uno de ellos. Los seres humanos eran incapaces de sentir bondad en lo que conocían como demonios, así mismo, Kiara no percibía algún signo de salvación en ningún humano.

El niño respiraba tranquila y profundamente, pausando de vez en cuando para suspirar. Los ojos de Kiara estaban puestos en la ventana por donde entraba un aire otoñal, pronto empezarían a caer las hojas de los árboles, mientras se tornaban de colores brillantes y estéticos.  La loba había vivido tantos otoños que había aprendido el orden en que caían las hojas, cuantas por día, sus colores según los árboles y según el frío, y el tono que tomaban en cada etapa del otoño.

Poco a poco, empezando a adormilarse, Kiara abrazó al joven contra su pecho, el niño se empequeñeció allí, disfrutado de su calor. Poco a poco el sueño le llegó a ella también, donde ella era reina de un mundo desierto, mas no estaba sola, un par de ojos azules como el hielo se escurrían por entre la oscuridad.

La loba conocía muy bien la tierra de sus propios sueños, aunque no la visitaba muy seguido, ella era quien la moldeaba. Se movió en cuanto abrió sus ojos, saltando sobre afiladas rocas que decoraban arena roja como sangre y ardiente como el infierno, un desierto de sueños, entre los esqueletos de titanio que se derretían en polvo con el tacto, más no estaba sola. A lo lejos era visible un búho nival que bajaba como flotando, haciendo pequeños círculos sobre el cielo oscuro.

Mirando al animal anonadada, la loba ignoro por completo las serpenteantes sombras polvorosas que se empezaban a arrastrar hacia su dirección. Cuando las notó envolviéndose en sus tobillos, era ya muy tarde para escapar. Sin embargo, una cálida sensación la llenó, una reflexión se abrió paso dentro de su mente, y la oscuridad la envolvió.

Smile se iría, de hecho, ya se había ido, pero ella era incapaz de despertar, no almenos hasta que no se volvieran a ver. Pero el joven volvería, en otra forma quizá, en algún momento se encontraría, quizá pronto, más de lo esperado, sus caminos se cruzarían, y entonces, Smile no sería más un niño.


** **

Axel había intentado, con toda su fuerza, seguir su vida normal, sin mucho éxito durante las siguientes semanas. Beber sangre no era lo mismo, y nunca más lo sería. De hecho, la sangre humana tenía un sabor tan...amargo. Nada se comparaba con el ardiente, dulce y picante sabor que Kiara poseía en su sangre. El anhelaba a Kiara... no, anhelaba su sangre, anhelaba la sensación que daba llenarse la boca con el tibio y espeso líquido y dar largos tragos de ella sin detenerse ni para respirar, extrañaba mucho eso, demasiado. Aunque su cuerpo aún se tensaba por completo a recordar sus horribles y dolorosas torturas.

Con una mueca de disgusto, el vampiro, quien estaba reclinado contra un muro tras un frustrado intento de caza, negó con la cabeza "No, ahora me he alimentado más seguido... yo, yo la voy a atacar hoy en la noche." Pensó ya caminando inconscientemente hacia aquella mansión de la que fue presa, una de la cual lamentablemente no pudo escapar, almenos, no en su mente.

Hola muchach@s lectores, espero que estén bien. Lamento muchisimo que el capítulo sea tan corto, actualizaré lo mas pronto que pueda pues estoy en examenes, así que espero que me comprendan, los quiero :)

Mi Esclavo, Un Vampiro (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora