Capítulo 1: " Csendes élet"

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Edgar Valden

Me llamo Edgar, tengo 19 años, vivo en una bella aldea en donde todos somos muy felices, nuestro estilo de vida se basa en cazar animales para traer comida a nuestros hogares, vestir con pieles de animales para espantar a los intrusos y... básicamente eso, aún me ven como un niño por lo que cuando me pongo de mal humor, hago berrinches, pero así me quieren mis hermanos, tengo dos hermanos mayores, Fiona Gilman, que tiene 26 años y mi otro hermano mayor Aesop Carl, que tiene 23 años. Me imagino que se preguntarán: ¿si son hermanos por qué tienen apellidos diferentes?, verán, en las familias es tradición de que los hijos tengan diferentes apellidos, para que al momento de dejar la casa, seamos fuertes e independientes, me mudé hace unos... 3 días según papá sol y me ha ido bien, aunque visito mucho a mi hermano Aesop, él fue lo más cercano que tuve.

Edgar: Hermano, ¿cómo estás?- lo vi y lo abracé, él es un Guaimíe (embalsamador en cultura indígena) y curandero, gracias a él, nuestro pueblo ha tenido buena reputación con las otras aldeas, además, cuando alguien muere, él sabe como dejar el cuerpo en buen estado para que se forme parte de ladre tierra, así muchas familias seguirán con nosotros a pesar de que no los veamos.

Aesop: Me alegra saber que estás bien, pensé que no ibas a lograrlo a las tres horas solares- le di un pequeño golpe y se rio.

Edgar: Muy gracioso, pueda que sea algo malhumado, despiestado y torpe, pero no soy loco- se volvió a reír y medí mis palabras- dependiente, iba a decir dependiente- me besó la frente.

Aesop: Siempre serás ese niño pequeño para mi, el que jamás me soltaba y me decía "hermano, ayúdame a cazar"- sonreí, esos años siempre se quedarán conmigo- ahora ve y quédate en tu casa, madre luna ya va a adornar el cielo con sus astros - ah verdad, la llegada de madre luna, podré continuar con lo que estoy haciendo- y te conviene que duermas bien, cazaremos antes de la llegada del padre sol.

Edgar: Ya sé hermano, ya no soy un niño- me despedí y corrí a casa, mi hermano vive algo lejos del pueblo ya que no le gusta hablar mucho con los habitantes. 

Llegué a casa y seguí con mi dibujo de mamá luna, no siempre puedo ver a los astros adornando la belleza de mamá luna, así que aprovecho para hacer lo mejor que puedo, a veces le pongo el nombre, cuando se me ocurre, apenas terminé, vi que mamá luna ya estaba más de la mitad, rayos, debo dormir o no podré cazar antes de la llegada de papá sol...

Fiona Gilman

Faltan cinco dedos para la llegada de padre sol y nada que aparece Edgar, cuando Aesop llegó y se dio cuenta de que no estaba, suspiró, aunque apenas está empezando a vivir solo, así que le tenemos algo de paciencia.

Aesop: Y le dije que se durmiera temprano, sigo sin entenderlo, ¿qué tanto hará?- mientras afilaré mi lanza un poco más.

Fiona: Ya sabes que le gusta mucho dibujar, desde runas hasta la imitación de padre sol, madre luna y madre tierra- en eso llegó Xie, es uno de los cazadores más expertos de la aldea, se dice que mató a una aldea enemiga él solo.

Xie: Lamento llegar tarde... aunque veo que llegué unos solares antes que Edgar- aunque es sensible y dulce, con los enemigos saca su lado animal, como todos nosotros.

Edgar: ¡Espérenme!- venía corriendo- perdón.

Fiona: Ya va la tercera vez que pasa- volví a medir la llegada de padre sol- aunque mejoraste, vámonos- subimos por los arboles y al ver un jabalí grande, muy grande, sabíamos que podríamos dividirlo entre nosotros, pero al ver que había un guepardo, o se nos complicaban las cosas o mamá tierra nos mandó más alimento.

Aesop se colocó su máscara de curandero y fue el primero en corretear al jabalí, Xie fue por el guepardo, Edgar y yo esperábamos nuestro turno, además, aún le estoy enseñando a cazar, una vez se le escapó una gacela. Y de un momento a otro, Edgar se lanzó y una caída, bajé a mirar y lo logró, regresamos con la comida y padre sol estaba saliendo a iluminar nuestro hogar, que hermoso....

Solares después...

Pensé en visitar a Edgar y estaba dibujando otra vez, me le acerqué por detrás y lo abrace, y veo que le está echando más color, se ve bonito.

Fiona: Es hermoso, no sabía que podías plasmar la belleza de madre luna en esto- lo dejó donde están los otros.

Edgar: Gracias, pero aún me faltan algunas cosas- de un momento a otro tuve una visón y me distraje- ¿estás bien?

Fiona: Si, voy a ir a mi hogar a descansar, cuídate- no debo preocuparlo.

Corrí a ver a la cacique, ella es la más sabia y amable de todos nosotros, además sabe como asegurarse de que toda la aldea esté bien, corrí a hablar con ella y fuimos a la sala de visiones.

Michiko: ¿Qué viste?, por tu expresión no puede ser nada bueno.

Fiona: No lo sé muy bien, no distingo con claridad, por eso vine con usted- encendí el fuego y con el humo logré ver algo con ella- vendrá una nueva tribu, pero es muy diferente a nosotros... pensamientos raros, costumbres que no logramos entender.... pero no durarán mucho en este lugar, se irán - y el humo se dispersó por todo el lugar- sugiero que mantengamos la guardia.

Michiko: Me encargaré de eso, gracias Fiona- y por eso me encanta ser la bruja de este lugar, puedo ver el futuro por mi amigo Eli, quien murió defendiendo a la aldea, así que me pasó su poder al tocar su cadaver, así que sé que él está conmigo en este collar que llevo todos los días.

Hasta el próximo capítulo.... 

Öntől tanulvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora