La familia de roedores

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A las afueras del bosque existía un viejo roble

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A las afueras del bosque existía un viejo roble. Una familia de ratones había acondicionado su interior para convertirlo en su hogar. En la base del árbol construyeron su comedor principal. Los pequeños roedores se reunían cada noche en este lugar para compartir sus alimentos. En los pisos superiores se extendía una compleja serie de habitaciones y corredores. Cada una de estas habitaciones fue asignada de manera jerárquica a un miembro de la familia.

El total de roedores que habitaban el lugar resulta incierto. Estaban, por su puesto, mamá y papá ratón así como sus tres hijos varones y la esposa del mayor de ellos. No obstante este grupo compartía el viejo roble con abuela ratón y otros siete de sus hijos. A estos había que sumarle una serie de roedores cuyo parentesco entre esposos, hijos, primos y sobrinos es imposible determinar.

Mamá ratón tenía un carácter amable y todos los días preparaba los alimentos que serían servidos durante la cena. Este momento del día se convertía en una verdadera celebración. El interior del roble se llenaba de risas, piruetas y de acaloradas platicas precedidas por Papá ratón. Quien desde la muerte de su progenitor había asumido el rol de patriarca. Además de este rango, también había heredado la costumbre de beber en exceso y hacer alarde de su familia.

— ¡Mi familia es la mejor de todas! ¡Claro que sí! ¡Siempre unidos! — Vocifero Papá ratón — No como los gorriones.

— De nuevo con la familia de gorriones ¿Cierto? - dijo entre bocados el segundo de los hermanos

— Aquella familia era nefasta — Comenzó a narrar en tono más serio — Hace muchos años cerca de la punta del roble habitaba una familia de gorriones. Los padres habían construido un nido para proteger a su hijo. Mientras fue pequeño estuvo bien ¿Pero sabes que ocurrió cuando este se hizo mayor?

Papá ratón se detuvo y se giró en busca de respuesta. En una mesa cercana se encontraba el mayor de los hermanos junto a su esposa. Ninguno de los dos había puesto atención a la historia a sí que la búsqueda no rindió frutos. Finalmente el patriarca decidió continuar la historia

— El hijo se marchó, se olvidó de sus padres y voló lejos. Ellos se quedaron solos el resto de su vida. Pero mi familia no es como ellos. Mis hijos se quedaran a mi lado porque he construido este hogar para ellos.

— ¿Y qué sucedió después? — Pregunto con cierta curiosidad el hijo menor.

— ¿Cómo dices? — Respondió ya algo adormilado por la bebida

— ¿La pareja de gorriones? ¿Qué paso con ellos?

— ¿He? No lo sé. Se marcharon también.

La fiesta continúo hasta muy entrada la noche. Siendo de madrugada todos los ratones se retiraron a sus aposentos excepto Papá ratón quien se quedó dormido en la mesa del salón.

Con el paso de las horas el clima se tornó violento y fuertes ráfagas de viento comenzaron a azotar el viejo roble. Se escuchó un fuerte crujido y los cuartos al interior del árbol colapsaron repentinamente. La mayoría de los ratones sobrevivieron al incidente sin mayor rasguño. Papá ratón no corrió con la misma suerte. Todo el peso de la estructura cayó sobre él y murió al instante.

La mayoría los roedores huyo tras el incidente. El resto se reunieron para discutir la situación.

La madre hundida en el llanto, maldijo al viento y le recrimino la muerte de su esposo. El mayor de los hermanos señalo de inmediato que las habitaciones no habían sido construidas adecuadamente. Resulta que cuando él y su esposa fueron a vivir al viejo roble insistió a sus padres en que los cuartos deberían ser reforzados pero no lo escucharon.

El segundo de los hermanos no participo en la discusión. Estaba ocupado haciendo mediciones en el interior del roble y decidiendo en donde construiría su nueva habitación.

El hermano más pequeño veía la situación en silencio sentado en las ruinas de su hogar. Mientras observaba a su familia discutir pudo divisar a un par de aves volando en el horizonte. Fue entonces que recordó la historia de su padre y pensó:

"Sí las aves no emprendieran el vuelo al crecer quizá sus nidos también se vendrían abajo"

La sociedad de las mulas y otras fábulasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora