Chapter 3.3

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Los chicos son una gran distracción.

Son asquerosos, ruidosos, desagradables.

Apenas puedes prestar atención en clase cuando se lanzan bolitas de saliva o irritan al maestro con comentarios sarcásticos y aviones de papel. Pero lo peor de todo es que Chase es la mayor distracción.

Él y la forma en que lo sorprendes mirándote a veces, cómo te espera durante su tiempo libre, cómo te acompaña a la parada del autobús, cómo te da sus notas sobre los días que faltas cuando estás en casa enferma. Es una distracción terrible, terrible.

"Para."

"¿Qué?" El estudiante universitario parpadea hacia ti, sus bonitas pestañas revolotean. "¿Qué estoy haciendo?"

"Deja de mirarme de esa forma." Le haces un puchero, sosteniendo tus libros de texto de ciencias contra tu pecho.

El bastardo sonríe sin vergüenza. "¿De qué manera?"

Resoplas de molestia. "¿No tienes mejores cosas que hacer que acompañarme a mi próxima clase? Te graduarás en unos meses, Chase Wells".

"Hmmm, ¿mejores cosas que hacer que pasar mi tiempo con mi chica favorita? Probablemente no."

Pones los ojos en blanco. No es de extrañar que todos en la institución piensen que ustedes dos están saliendo. Pero a decir verdad, es difícil saber si está bromeando contigo o coqueteando. Siempre ha sido así contigo desde que se conocieron en el club de repostería. Dulce. Bromista. Amable.

Tampoco ayudó que sea tan soñador. Dios, ¿por qué tenía que ser una distracción?

"¿Vienes a la venta de pasteles este fin de semana?"

"Si, probablemente. De hecho, estaba planeando hacer galletas con chispas de chocolate con mi mamá el viernes por la noche para traerlas el sábado por la mañana. ¿y tú?" Chase pregunta con un tono de esperanza.

Robas una mirada. "Probablemente no. Las ventas de pasteles son malas."

"Oh. Sí, lo son totalmente". Chase se ríe escandalosamente, rígidamente. "Estaba bromeando. Psh, ¿por qué haría galletas con mi mamá? Voy a cumplir Veintitres años por el amor de Dios, eso es súper patético...

"¡Estoy bromeando, Chase!" te ríes, giras hacia él y observas cómo sus orejas se vuelven de un tono escarlata brillante. "Si iré. ¿Por qué no lo haría?

Chase inhala profundamente, haciendo un puchero. Y luego su mano sobresale para hacerte cosquillas en tu punto débil. Afortunadamente saltas fuera del camino antes de que pueda iniciar su venganza con toda su fuerza.

Te ríes a carcajadas cuando él te grita: "¡Vuelve aquí, jovencita!". Y al mismo tiempo, una de las puertas del salón de clases se abre y el profesor de matemáticas sale pisando fuerte. "¡Hey! ¡¿Qué están haciendo, chicos?!"

Los dos intercambian miradas. "Oh, mierda..."

Pero se mueve más rápido de lo que puedes reaccionar. Chase agarra tu mano y sale corriendo. Tropiezas tras él, riendo por el pasillo mientras ambos escapan del profesor que grita.

Ahí es cuando sucede. Se estrella contra ti como un tren de carga.

Es la primera vez que te das cuenta de que estás total y absolutamente enamorada de Chase Wells-

Tu cuerpo se estremece. Tú jadeas. Te despiertas en la oscuridad, sola en tu dormitorio. Cuando volteas a tu lado, descubres la pared blanca y tu cama vacía. Ausente de él.

Eso fue solo un sueño. Un recuerdo. Recuerdas cómo se fue, cómo dijo al otro lado de la mesa de tazas de café tibias que no es culpa tuya, pero que no deberían verse más.

Las lágrimas brotan libres de tus mejillas. Giras la cabeza para sollozar en la almohada. Los sonidos se amortiguan debajo de tus sábanas.

Jeonghan || Café & AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora