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Habitación de Amity 7:30am

Despertándose parcialmente debido a las vibraciones que sentía cerca de su cabeza, Amity se removía incomoda en la cama, toqueteando todo a su alrededor en busca de su celular. Una vez que lo encontró, se esforzó en desactivar la alarma hasta lograrlo y colocándolo en la mesita de noche se dispuso a dormir nuevamente, pero al pasar los minutos, se dio cuenta que su cerebro estaba tan activo que ya no le permitiría dormirse. Por eso, sentándose en su cama mientras se frotaba los ojos con la palma de su mano izquierda, y trataba de alcanzar su celular con la derecha, sintió un trozo de papel que de inmediato espabiló sus sentidos.

Al dirigir su mirada hacia la mesita de noche, vio que bajo su tacto estaba la nota que Luz le escribió, haciendo que los escasos recuerdos de ese día pasaran por su mente, irritándola.

Había pasado un par de semanas desde su encuentro y por mucho que intentara pasar los días enfocándose en sus obligaciones habituales, en algún punto del día los pensamientos sobre ella se intercalaban en sus responsabilidades, causando que tuviera que dejarlas de lado por la poca concentración que tenía. Se suponía que no debía significar algo, que cada palabra, mueca o gesto no debería recordarlo a la perfección, pero a raíz del gesto que aceptó por parte de Luz, parecía que no quería sacársela de la cabeza y eso le desesperaba, porque era la primera vez que le pasaba algo como esto.

En definitiva todo era culpa de Luz y su nota llena de empatía absurda, de no ser por ella no estaría pasando por este estado de turbación, no tendría la necesidad de leer esa nota cada noche, y por supuesto, seguiría con su vida sin repercusiones. Era insoportable perder el control de sí misma debido a algo tan insignificante, pero analizando a profundidad la situación, sentía que no sería sencillo deshacerse de esa sensación extraña que se manifestaba cuando leía sus palabras.

Volviendo en sí, agarró el pedazo de papel y mirándolo con pesar leyó la última frase con detenimiento, endureciendo repentinamente su semblante. Sin pensarlo dos veces decidió guardarlo en su pequeño joyero, al mismo tiempo que se dignaba a levantarse de la cama, iniciando su mañana.

Pasó un rato en el que perezosamente se lavó la cara y se cepillo los dientes, ignorando por completo el reflejo exhausto de su rostro en el espejo. Sin embargo al terminar su rutina, se arregló el cabello con su característica media cola y procedió a bajar para desayunar.

Aproximándose al comedor, se percató que el lugar estaba relativamente silencioso, aunque no estaba vacío del todo, pues escuchaba un golpeteo constante proveniente de la mesa y el pasar de una página, indicándole que sus padres se encontraban ahí. Así que sin problemas, entró con naturalidad, observando a sus progenitores sentados en cada extremo de la mesa hasta sentarse al lado de su padre.

-Buenos días -saludó.

-Buenos dias mittens -respondieron los señores Blight.

El comedor nuevamente quedó en silencio, ya que sin intenciones de mantener una conversación, Odalia prosiguió inmersa en su lectura. Alador en cambio, despegó su vista del celular para poder hablar con su hija, pero al verla apartando la mirada de él, reposó su mano en el antebrazo de esta y una vez que volteó a verlo, Amity sonrió con ternura.

-Te noto cansada... -comentó apreciando las ojeras de su hija- ¿Está todo bien?

-Estuve hasta las tres de la mañana estudiando -se excusó Amity mientras bostezaba, tapándose la boca- No te preocupes, no es nada que no pueda manejar.

-Necesitas descansar correctamente cariño, sé que la vida de un ingeniero mecánico es fascinante, pero eres muy joven para heredar mis malos hábitos -aseguró Alador con cierta preocupación en su voz.

She's My Religion (Lumity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora