Tu familia es lo que más te importa en este mundo, pero luego de la muerte de tu padre entran en una terrible crisis económica y las cosas se vuelven complicadas.
Un hombre llega a interesarse en ti y te ofrece un trato que podría acabar con ese suf...
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Las cosas en tu hogar no han estado mejorando, al contrario, están empeorando.
Es como si el mundo estuviera en contra de aquella pequeña familia.
Habían pasado al menos 4 días desde el último encuentro que tuviste con Kokushibo y realmente has estado pensando en si aceptar o no.
Te era muy difícil entregarte para ayudar a tu familia y sabes muy bien que si tu madre se entera no te dejaría en absoluto.
Es comprensible, eres su única hija y el sentimiento maternal hace que nunca quiera que sus hijos se alejen de ella.
Ahora mismo te encontrabas de salida de la universidad y a pesar de todo los problemas que has tenido no descuidas la escuela y eso agradecías, si no sería tener otra cosa por la cual preocupearte.
Aprovecharías el momento para pasar a una tienda de comida y llevarle algo a tu pequeño hermano, seguramente él ya se encontraba en casa asi que pensaste que eso le alegraría mucho.
La comida a veces puede hacerte sentir mejor y eso es lo que ocupabas.
— ¡Sami! Ya regresé, ven para poder comer juntos — llamaste a tu pequeño hermano cuando entraste a casa.
Sonreiste feliz cuando escuchaste los pasos apresurados de tu hermano por el pasillo hasta dejarse ver.
—¡Hermana! Que bueno que llegaste, me estaba aburriendo aqui solo — dijo con una sonrisa y llendo a abrazarte.
— Lo siento mucho Sami, pero mira, te traje algo rico para comer juntos ¿Si? — te agachaste a su altura para aceptar su abrazo y le mostraste la bolsa de comida que traías.
— ¡Bien! Entonces te ayudo a poner la mesa para comer juntos hermana — dijo sin quitar su tierna sonrisa del rostro.
Eso era lo que más te tranquilizaba, a pesar de ser un niño y saber la situación en la que vivían nunca perdía el entusiasmo o sonrisa que siempre tenía, realmente agradecías que fuera un niño fuerte.
Asentiste para que minutos después ya se encontraran comiendo mientras que te contaba como le había ido en la escuela con sus amigos.
— ¿Iras a buscar trabajo de nuevo hermana? — preguntó después de contar como le fue en su escuela.
Dejaste de comer para mirarlo, era un niño pero sabia muy bien a lo que te enfrentabas diariamente al igual que tu madre.
—Si... Tal vez vuelva en la noche junto con mamá, no e tenido suerte pero no tampoco hay que perder la esperanza ¿Si?, Ya veras que un dia todo mejorará — le diste una sonrisa para no preocuparlo.
—Se que no quieren que yo trabaje pero ¡Realmente quiero ayudarlas!, Mamá y tú trabajan demasiado y yo... Quisiera ayudarlas en algo... — dijo con tristeza.
