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Súplica

En un lugar resguardado y un tanto alejado de la cuidad había un extensa mansión donde un peculiar grupo de personas tenían su estadía ahí y en este momento, todos estaban reunidos en una de las grandes salas de ese lugar mientras discutían un tem...

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En un lugar resguardado y un tanto alejado de la cuidad había un extensa mansión donde un peculiar grupo de personas tenían su estadía ahí y en este momento, todos estaban reunidos en una de las grandes salas de ese lugar mientras discutían un tema que te incumbía a ti.

—¿Están seguros de que la chica es quien se refiere a Yoriichi-san? —un joven de cabello negro y corto habló mientras te veía, haciendo presencia frente a él y sus compañeros en ese lugar, aunque estabas inconsciente y no podías escuchar lo que decían.

—¡Estoy segura, Iguro-san! —Mitsuri asintió a las palabras del chico a su lado y también te miró. Por precaución en caso de que despertaras tus manos estabas atadas mientras descansabas con cuidado en uno de los sofás que había en esa amplia sala—. Su descripción es parecida a como Yoriichi-san lo comentó aquella vez. —miró a sus alrededores, pues sus demás compañeros estaban ahí.

—Supongo que lo mejor será esperar que Yoriichi-san regrese. —mencionó otro chico de cabello azabache y que estaba de pie, aunque un poco alejado de sus compañeros. Su rostro era inexpresivo y su tono de voz era desinteresado. Se trataba de Giyuu Tomioka.

—¿Y a dónde se supone que salió ese hombre? —preguntó otro varón ahí cruzado de brazos mientras recargaba su espalda en una de las paredes de ese lugar. Él era alto y su cabello blanco caía libremente por sus hombros haciéndolo ver atractivo. Se trataba de Tengen Uzui.

—¡Oh! Creo que escuché que fue por Utahime-chan a la escuela. —Mitsuri respondió.

—No creo que tarde demasiado, ¡Yoriichi-san es muy puntual! —exclamó Kyojuro con su característico semblante mientras se encontraba de pie al lado de su amigo Obanai.

El hablar de unos de ellos era ruidoso a tu alrededor y fue la razón de que fueras recobrando el conocimiento poco a poco, habían pasado un par de horas desde que quedaste inconsciente en el pequeño centro comercial y ya era hora de que despertaras.

Tu entrecejo se arrugó un poco antes de abrir los ojos y cuando tu mirada se aclaró pudiste tus alrededores, percatándote del lugar sobre el que estabas recostada y en donde te encontrabas, un lugar completamente extraño.

—Oigan. —la voz de Iguro llamó la atención de todos—. La chica está despertando. —te señaló y pudiste darte cuenta un poco de su apariencia, unas vendas cubrían su boca.

Ante las palabras del chico de ojos peculiares todos los presentes se dieron la vuelta para verte, lograste contar nueve presencias ahí cuando recorriste la mirada por ese lugar, todos eran de tu edad o de más.

Tu cuerpo se tensó al momento de ser el centro de atención y rápidamente te levantaste del sofá donde estabas recostada, pero apenas te diste cuenta que tus manos estaban atadas por las muñecas con unas cuerdas, y aunque no te lastimaba sentiste miedo por despertar en ese estado.

TRATO || Michikatsu Tsugikuni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora