Tu familia es lo que más te importa en este mundo, pero luego de la muerte de tu padre entran en una terrible crisis económica y las cosas se vuelven complicadas.
Un hombre llega a interesarse en ti y te ofrece un trato que podría acabar con ese suf...
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—¿Cómo está ella? —la suave voz de Kanae se escuchó entre las pocas personas reunidas en una pequeña sala de ahí, todos estaban totalmente callados y sumergidos en sus pensamientos.
Pues desde hace varias horas de la noche, habías entrado en labor de parto.
—Tamayo-san no ha salido a darnos noticias... —respondió Mitsuri, quien anteriormente estaba dando vueltas por los nervios y preocupación de ti y tu bebé.
—Maldición, han pasado horas y no sabemos nada. —Tengen se cruzó de brazos, él estaba sentado en un sofá.
—El parto debió tomar más tiempo de lo estimado. —intervino Shinobu, no todos los de ese bando estaban ahí, ya que aparte de los antes mencionados solo estaban Obanai y Yoriichi, este último se notaba un poco más tenso de la situación a pesar de que su expresión no lo detonara completamente—. No nos preocupemos demasiado, ella estará bien y también su bebé. —se acercó a su hermana.
El silencio volvió a surgir entre ellos, hace rato que ya no se escuchaban ruidos provenir de tu habitación que quedaba cerca de ahí, eso solo les provocaba más incertidumbre, pues se habían escuchado tus gritos y quejidos por el dolor del parto, era de esperarse, dar a luz a un hijo no era tarea fácil para ninguna mujer.
Aunque un largo momento después, el silencio cesó cuando se escucharon los pasos de Yushiro acercarse por el pasillo hasta que su presencia se miró para ellos. Llamó la atención de todos, pero más la de Yoriichi, quien al ver al chico fue el primero que se acercó a él. Los demás estaban detrás suyo, también en espera de una respuesta.
—Puede pasar a verla, Yoriichi-san. —el de puntas verdes no tuvo que repetirlo dos veces cuando él ya se había ido por el pasillo en cuanto tuvo su permiso. Yushiro notó como los demás también querían seguirlo, pero los detuvo poniéndose en medio del pasillo—. Solo uno, después de él podrán entrar ustedes. —dijo, ganándose una expresión molesta de unos cuantos de ellos, específicamente más de Tengen y Mitsuri, ya que ellos eran los más cercanos a ti después de Yoriichi.
Al haber llegado a la habitación y haber ingresado pudo notar un brusco cambio en el ambiente, era sofocante a pesar de que las ventanas de esa habitación estuvieran completamente abiertas, de hecho, por ellas entraba el fresco aire de esa noche y todo el lugar estaba rodeado de oscuridad, había lámparas de noche con luz cálida por recomendación de la señorita Tamayo, quien estaba presente ahí y la que llamó primero la atención de Yoriichi al acercarse a él después de que ingresó al lugar.
—Debe guardar mucho reposo... —la miró y se dio cuenta que su tono de voz estaba lleno de preocupación—. No fue un parto fácil para ella y será mejor no abrumarla demasiado.
