月 | 36 |

1.3K 156 50
                                    

Como una jaula

La noche había caído relativamente rápido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La noche había caído relativamente rápido.

Al girar tu cabeza a dirección donde estaba la ventana más cercana pudiste ver el cielo totalmente oscuro, acompañado de alguna que otra estrella mientras que la misma oscuridad rodeaba la habitación en la que estabas, no querías prender ninguna lámpara de ahí, de alguna manera sentías que la oscuridad era tu única compañía ahora.

Parecían ser altas horas de la noche, ya que por los pasillos no se escuchaban voces o pasos del grupo de personas que residían en esta mansión, quizás todos estaban dormidos y tú eras la única que no lo estaba.

Tantos pensamientos no te lo permitían, fueran positivos o negativos, aunque eran más negativos que nada, llegaban a abrumarte mucho.

En un momento pensaste en usar este momento de la noche a tu favor, aunque te lo planteaste unos cuantos minutos antes de que giraras la perilla de la puerta, querías encontrar una salida para poder escapar, sin importar como después regresarías a la cuidad o te comunicarías con Michikatsu.

Querías irte de aquí ya.

Fue estúpido para ti que todos en la mansión te hayan dejado con la libertad de andar por los pasillos fácilmente, la puerta no tenía seguro y pudiste salir de la habitación sin problemas.

Los latidos de tu corazón comenzaron a incrementar cada vez más que te alejabas de la habitación, cada paso que dabas era lento y silencioso para no hacer ruido en el transcurso del pasillo, miraste a ambas direcciones en muchas ocasiones para verificar que no hubiera nadie, por suerte no lo había.

Ese lugar era bastante grande, tenía muchas habitaciones al igual que pasillos y salas extensas para poder descansar, encontrar una puerta que te llevara al exterior de esa mansión iba a ser un poco difícil.

No había ninguna luz encendida, todo era iluminado por la poca luz que venía de la noche afuera, al menos si alguien llegase a pasar por ahí no le sería tan fácil verte por lo oscuro que estaba.

¿No hay ningún maldito teléfono? ¿De verdad?... —maldijiste mentalmente cuando llegaste a una de las extensas salas y tu mirada no encontró algún teléfono de cable en un mueble o mesa de madera, mala suerte la tuya al no haber algo con lo que pudieras comunicarte.

Suspiraste resignada para seguir caminando por los pasillos en busca de una salida, fue un poco complicado, pero minutos después pudiste encontrar una que te llevara a los jardines de esa mansión, miraste detrás de ti y a todas direcciones una vez más para ver si alguien estaba cerca, pero seguías estando sola.

TRATO || Michikatsu Tsugikuni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora