Tu familia es lo que más te importa en este mundo, pero luego de la muerte de tu padre entran en una terrible crisis económica y las cosas se vuelven complicadas.
Un hombre llega a interesarse en ti y te ofrece un trato que podría acabar con ese suf...
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Al estar fuera del campo de visión del pelirrojo, Kokushibo tomó de tu brazo jalando con fuerza, te quejaste, sin embargo a él no le importó y siguió caminando junto contigo.
Su ceño estaba levemente fruncido en todo el camino hasta llegar al auto, estaba enojado y lo podías notar desde kilómetros, sabías que habías desobedecido lo que desde un principio te había ordenado hacer, el cuál era que no podías salir de la mansión.
Viste estacionados dos autos, uno era en el que habías venido a escondidas junto con Yuki y el otro era en el que Kokushibo había llegado.
Los choferes de cada auto y Yuki estaban esperando su regreso, pero viste que ésta última temblaba un poco y se debía a tu desaparición de un momento a otro.
— Señor — habló su chofer para abrir la puerta del auto en el que había llegado.
— Regresemos — ordenó viendo a sus tres empleados sin quitar el agarre de tu brazo.
—S-señor Kokushibo yo... — con miedo intentó hablar para poder aclarar el hecho de por que te acompañaba.
— Aquí no hablaremos — interrumpió su hablar con un ademán de mano — irás en el otro auto y ella vendrá conmigo — dijo refiriéndose a ti.
Yuki asintió con miedo a lo que le podría pasar al desobedecer y subió al auto como Kokushibo lo ordenó mientras que indicaba que tu subieras primero al auto antes que él.
El auto se encendió y emprendió camino hasta la mansión, el silencio era incómodo entre ustedes, nadie hablaba y sus miradas estaba posadas en la vista por la ventana.
Por el rabillo del ojo mirabas la seriedad que tenía, tenía apoyada una de sus manos en su pierna mientras la otra se encontraba en la parte de su mentón, tal vez pensando y analizando todo lo que estaba pasando. Al no traer sus lentes de noche era más facil ver la expresión en su rostro y por obvias razones no era nada agradable.
Paso un rato y ya habían llegado, el mayor suspiró y bajo del auto después de que el chofer abriera la puerta.
— Vamos, tienes cosas que explicar — sentenció para que se diera a entender que bajaras del auto.
Bajaste la mirada y bajaste del auto, se notaba bastante que estaba enojado al notar que no te ayudo a salir del auto como la primera vez que llegaste a ese lugar.
Cuando bajaste del auto viste a Yuki esperando por ustedes, te sentiste mal al arrastrar a ella contigo por solo querer salir un momento, un simple capricho que pensaste que no pasaría a mayores y fue totalmente lo contrario.
Al estar dentro de casa Yuki se acercó a ti con la mirada baja, mientras que Kokushibo se había adelantado unos cuantos pasos más de ustedes y darles la espalda.
