TE AME DESDE LA PRIMERA VEZ QUE TE VI

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CAPÍTULO 4.

Terrunce GrandChester sonrió mirándose en el espejo. Antes de salir de su dormitorio con una leve sonrisa, sintiéndose contento. Mientras pensaba en aquel maravilloso acuerdo que ese día iba a cerrar. Porque, como muchas otras personas, creían que el matrimonio, era eso. Un acuerdo. Un pacto del que salia beneficiado y, sin duda en esa ocasión él iba ganando y por partida triple. Uno porque finalmente su apellido seria unido al de los White. Una familia de Londres respetables y bien considerada. Aunque no pudiese hacerle sombra al suyo. Dos, porque iba a vengarse de todos ellos y su honor prevalecería intacto ante la estupida sociedad y Tres, pero no por ello menos importante, porque a fin de cuentas, ya era hora de qué tuviese un heredero.
Cuando se despidió de su ayudante de cámara y bajó al comedor, cogió el periódico que había dejado preparado encima de la mesa, al lado del delicioso desayuno. Leyó con satisfacción el artículo de sociedad que destacaba en la primera página.

Hoy es el gran día ¡la boda de la temporada! Como bien adelanté semanas atrás, Lady Candy White y el Duque Terrunce GrandChester, se unen en matrimonio, para sorpresa de todos. Ciertamente ¿quién iba a imaginar que está unión fuese posible? Una servidora no, desde luego. Bien es sabido que hace un año la hermana mayor de Candy. Lady Eve White, anuló lo que iba a ser la boda que todos esperábamos, pero ¡sorpresa! Parece ser que el culebrón no terminaba ahí y todos aquellos amantes de los chismorreos estamos con los ojos como platos. Es evidente que el Duque de Grandchester, encuentra a las jóvenes White, especialmente deseables y dada la boda que está a punto de celebrarse, no parece haber rencores familiares tras lo acontecido en el pasado. Ahora bien, no podemos esperar para ver por primera vez a los dos novios juntos. ¿Habrá química? ¿Se habran enamorado a causa de un flechazo? Seguiremos informándoles.

Londres. News. Patty O'Brian.

Dejó el periódico un lado y se terminó el café satisfecho. En este momento, una de sus mucamas anunció la llegada de su amigo. Dan. Le ordenó que lo hiciesen pasar. Un minuto después, éste lo miraba dubitativo desde el otro lado de la mesa, como si no supiese demasiado bien que pensar sobre lo que estaba a punto de ocurrir.
—No servira de nada que te diga que estás cometiendo un error, ¿verdad?.
—No —admitió terry—. Nunca había estado tan seguro de algo.
—¿Ni siquiera importa que esa chica es inocente?.
—Va a casarse conmigo, tampoco es una tortura.

—Va a casarse porque quieres castigar a su  familia, teniendo una de sus hijas en tus manos. Sabes que jamás te hubieses fijado en esa muchacha. Además de que no te importa.

—Es buen trato— dijo obviandoe la pregunta de Dan, por que si que se hubiera fijado en Candy—. Más allá de viejos rencores.

Era verdad. Ya no se trata sólo de alimentar su ego tras haberlo visto pisoteado por lo ocurrido. Sino también aparte de que era una transacción excelente. Ya era hora de que sentase cabeza, y de ocuparse de sus asuntos más importantes; como del nuevo sistema de arado de las tierras que tenía fuera de la ciudad y que debían ser supervisadas, o de otras muchas cosas que implicaban mantener un ducado. No debía perder más tiempo coqueteando con las jóvenes de la temporada, por mucho que le gustase la idea de no pasar desapercibido. Ya lo haría más adelante. Casi todos los hombres tenían amantes. Pero aquel no era el momento de pensarlo, sino al momento de dirigirse hacia la boda. La que estaba a punto de celebrarse, y que aunque él no lo supiese cambiaría su vida para siempre.

—En fin, amigo —Dan se puso en pie—. Si estás convencido adelante.

—Gracias por venir amigo —contestó apoyando una mano en su hombro.

Luego los dos hombres salieron de la mansión de Grandchester , dirigiéndose hacia el carruaje que los esperaba delante de la entrada. Ya dentro Terry respiró hondo intento recordar que aquello era una oportunidad excelente que se le había puesto por delante. Cuando supo que la chica que buscaba una rana en el jardín era la misma Candy White. No pudo creerse su suerte.
Ahora sólo tenía que pasar el trance de aquel duro día y todo estaría hecho. Tres propósitos cumplidos con un sencillo. "Sí Quiero".

Te ame desde la primera vez que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora