CAPÍTULO 6.Candy se quedó consternada cuando lo observo mientras él terminaba de vestirse antes de desaparecer por la puerta como si nada hubiese ocurrido. Una parte ingenua de ella pensó que, quizás, regresaría tras asearse o ir tal vez a buscar algo a la otra habitación, pero eso nunca ocurrió. Los minutos pasaron y se convirtieron en horas. Terry no volvió.
Por segunda vez en apenas un mes, Candy se sentía engañada, aunque era evidente que en esa ocasión no era por culpa de él, como el día que la besó en el jardín, si no de si misma. Al principio, cuando había estado asustada antes de consumar su matrimonio en la noche de bodas, había creído ver en los ojos de Terry un atisbo de ternura y preocupación. Y, después, tras el leve dolor inicial al que le siguió una oleada de placer, había sentido que, de algún modo incomprensible, ellos conectaban el medio de aquel vaivén de jadeos y movimientos. Sentirlo dentro de ella había sido intenso y arrullador. No supo porque pero, en aquel momento creyó que a él le había ocurrido lo mismo y, desde luego, había vuelto a equivocarse otra vez. Era como tropezar constantemente con la misma piedra.
Así que se quedó a solas con su dolor. No pudo pegar ojo en toda la noche a pesar de lo cómoda que era la cama y de que la habitación se mantenía caliente gracias a las brasas de la chimenea. Se sentía desdichada, atada un hombre al que no podía evitar desear, pero que sabía que nunca le correspondería a ella de la misma manera.
De todos modos antes de que amaneciese, ya en pie. Ignoró el cansancio y bajó, para dirigirse al comedor a desayunar. Tal como imaginaba, su recién estrenado marido estaba aún descansando, así que se comió a solas los huevos revueltos, las tostadas de mantequilla y un trozo de queso que la doncella le dio a probar.
—Me gustaría salir a dar un paseo—comento.
—Si, se espera, buscaré alguien para que la acompañe.
—Oh, no será necesario —replicó Candy —. puedo ir sola.
—Pero, señora… —La chica parecía nerviosa—. Podría ocurrirle algo, Torcerse un tobillo o perderse si se adentra más allá del bosque, por ejemplo. Es una zona escarpada.
—No te preocupes, sé cuidar de mi misma.
Candy le sonrió para tranquilizarla y luego se dirigió a su habitación. Terminó eligiendo un vestido sencillo y cómodo agarro un sombrero para protegerse del sol que en breve calentaría con más fuerza. Sin mirar atrás se alejó de la inmensa propiedad y recorrió los jardines. Tal como había pensado el día anterior al llegar, la casa estaba muy cuidada; los rosales tenían flores inmensas , las enredaderas crecían con fuerza trepando por las paredes de atrás y los setos estaban bien recortados. Candy sonrío. Le encantaban los jardines bonitos para pasear.
Toda su vida se había interesado por la botánica, igual que su hermana mayor, y pensaba que no había nada más gratificante que ver florecer. Era casi como la vida misma, el crecimiento.
Cuando dejo atrás el jardín y llego al límite del bosque, suspiro hondo. Al final, decidió adentrarse por su cuenta. En efecto, era un lugar frondoso, lleno de árboles cuyas raíces recorrían el suelo cubierto de hojas y musgo. Estuvo buen rato paseando y, cuando vio un arroyo, decidió sentarse en la orilla y deslizarse para meter los pies en el agua helada.
Allí no se oía nada. Todo era paz y tranquilidad. Sonrió al pensar que, pese a la situación, tal como ya había decidido el día anterior, vivir en el campo no sería tan terrible.
Terry estaba empezando a ponerse nervioso.
Se había levantado temprano, pero cuando bajo al comedor y preguntó por su esposa, una de las doncellas le informó que hacía un rato que había terminado de desayunar y se había ido a dar un paseo.
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Te ame desde la primera vez que te vi
FanficDESPUÉS DE UN AÑO AUN SIGE QUERIENDO VENGARSE DE LA FAMILIA WHITE. POR HABER PISOTEADO SU HONOR. LA OPORTUNIDAD LLEGA DE PRONTO CUANDO CONOCE A CANDY, PERO NUNCA CREYÓ QUE TERMINARÍA ENAMORADO DE ELLA.