TE AME DESDE LA PRIMERA VES QUE TE VI

312 51 16
                                    

Capítulo 9.

El mayordomo los recibió con una reverencia haciendo que lo siguiesen hacía el comedor donde ya estaba preparada y después la mesa principal. Y dónde Eve y James los esperaban de pie. tras un incómodo recibimiento la velada empezó siendo extrañamente tensa. En el aire se respiraba un ambiente enrarecido con Eddie intentando hacer de enfrente o no lo más mejor posible Terry ignorando sus esfuerzos, James mirando a este último con cierta curiosidad y recelo. Y Candy deseando que todo llega a su fin porque tenía echarse a llorar entre el primer plato de pavo glaseado y el segundo de patatas con salsa de miel.

—No tienes buena cara Candy— le dijo su hermana Eve rompiendo el silencio.
—Estoy bien— respondió Candy antes de llevarse un trozo de pavo a la boca.
Sentado junto a Candy,  Terry la observó de reojo.
—Ese vestido te sienta fenomenal— Siguió Eve que parecía querer llenar todos los espacios silenciosos en comedor en cualquier comentario—. Estás muy guapa esta noche lejos agradecer el halago Candy se encogió más sobre sí misma. Pero casualmente solo Terry pareció percibir ese detalle.
Mientras los demás continuaban comiendo.
—Y dime James, ¿ cómo es regentar un club?,  ¿cansado?— Terry lo dijo con cierta sorna.
— No lo sé — respondió James con la misma nota con que Terry le había hecho la pregunta. —Dímelo tú,  quizás lo sepas mejor que yo con el tiempo que pasas allí. Candy bajo la cabeza y miro a su plato,  Mientras los hombres siguian lanzándose pequeñas pullas entre ellos, a cada cual más desconcertante. Como cuando James dijo algo así como. "No hay mayor bajeza que un hombre se incapaz de reconocer y afrontar sus propios sentimientos" Desde luego ella pensó que James había perdido la cabeza,  porque para empezar todo apuntaba a que Terry no poseía sentimiento alguno sobre nada.  No era mal hombre,  ni un ogro. De hecho la trataba mejor de lo que esperaba pero si era frío y cauto.

—Deberíamos pedir el postre — propuso  Eve con una sonrisa tensa.

—Deberás, ¿es necesario? Al decirlo levanto la  la vista hacia ella. Cuando los dos se miraron Candy contuvo el aliento e hizo un esfuerzo inmenso para no levantarse marcharse de ahí, pero se contuvo inspirando, Por increíble que pareciera Candy  aguanto estoicamente mientras comían el mouse de limón.  Mientras Eve hablaba de todo lo que tenía que hacer durante la semana al tiempo que los demás escuchaban su conversación.

Media hora después tras cruzar el umbral de la puerta para regresar al carruaje y marcharse una sensación de tristezas se enroscaba  en el estómago de Candy.  Dentro del carruaje ignoro los intentos de Terry por entablar una conversación con ella de temas poco trascendentales como " que el tiempo el tiempo atmosférico", o si quería plantar rosas en el jardín trasero de la casa".

Pero ella no podía pensar en él tiempo, ni mucho menos en la botánica. Esa sensación incómoda no dejaba espacio para nada más. Eso y la melancolía, la pena al darse de bruces de nuevo con la realidad

Si, al salir de casa se había sentido bonita con aquel vestido rojo brillante, al regresar se sentía la chica menos agraciada de la ciudad, una que había jugado a disfrazarse para intentar engañarse. Por eso mismo, en cuanto puso un pie dentro, se despidió de Terry dándole las buenas noches. Anunciando que estaba cansada y pensaba acostar ya. Eso hizo. Pero no contó con que un minuto después de entrar a su dormitorio, Terry  abría la puerta si llamar.

—¿Qué haces aquí?— Candy estaba quitando la gargantilla de su cuello.


—¿Quiero saber qué es lo que te pasa, Candy?

Terry se acercó hacia ella peligrosamente.

Te ame desde la primera vez que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora