TE AME DESDE LA PRIMERA VES QUE TE VI

249 51 28
                                    

Capítulo 8.

—¿Te Ha hecho daño? Eso fue lo primero que su hermana, Eve le preguntó a Candy en cuanto esta entro en la casa que compartía con James su cuñado.  Después de acordar mediante cartas que iría a visitarla esa misma mañana. Candy frunció el ceño sin entender del todo a su hermana.

—Déjame ver si tienes buen aspecto...

—No me ha hecho nada. Vamos, pasemos al salón. Dijo cuando se entendió a qué se refería Eve, aunque no pudo evitar el sonrojo que le apareció en las mejillas.

—De acuerdo. —Eve suspiro poco convencida.

Una vez en la calida estancia. Candy se sentó en un sofá frente a Eve, esperaron mientras la doncella les servía el té y les preguntaba si quería tomar unas pastas, o galletas de acompañamiento. Candy, que casi siempre tenía hambre voraz, asintió complacida.

— Empieza a contármelo todo desde el principio. —preguntó Eve en cuanto la doncella las dejó solas.

—No hay mucho que decir... —admitió Candy todavía con las mejillas encendidas, pero tranquila.

—Has pasado varios días con él. Quiero detalles. Te juro que si te ha hecho algo malo me vengaré con mis propias manos. No sé cómo pero ya se me ocurrirá algo.

—No ha ocurrido nada de todo eso. Se le escapó una c

arcajada. Lo que hizo a Eve mirarla con suspicacia. —Después

de la boda, pusimos rumbo a la casa de campo de su familia. Es un sitio agradable, muy bien cuidado.

—Y la noche de bodas… Comenzó Eve con tiento sin dejar el tema.

—¡No me hagas hablar de eso! —Candy se sonrojo con más intensidad todavía si podía.

—¡Fue terrible!—gimió su hermana mayor.

—¡No! Fue… Fue intenso.

Eve pareció sorprendida

—¿Intenso?
—Si— confirmó.
— Fue bueno, ¿entonces?

—¿No debería haberlo sido?—. Dijiste que dolería y era cierto, pero sólo fue un momento de nada, después no volví a sentirlo, así que apenas le di importancia.

—Si, claro, que, debería haber sido así.— Eve se llevó tras la oreja un rizo que había escapado de su recogido—. Tan sólo pensaba… creí que quizás… Ya sabes, Los hombres pueden ser muy brutos y poco considerados. Pero me alegra saber que Terry no lo fue.

—Puedes estar tranquila. Fue bien. Y la segunda noche aún mejor.

Ya veo… —Eve, bebio un sorbo de té, sin dejar de mirar a su hermana, intentando descifrar qué estaba ocurriendo. Suspiro, y cogió una galleta.

¿Qué te ocurre Eve?

—Nada. Es sólo… Pensaba que te había condenado una vida terrible. Dejo la galleta que aún no había mordido y se llevó los dedos a los ojos para contener las lágrimas que luchaban por salir—. Me he sentido tan culpable y tan mal estos últimos días...

Te ame desde la primera vez que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora