Capitulo 15

255 36 2
                                    

Otros tres meses pasaron y fueron para nada tranquilos. Joaquin se cargó otro territorio vietnamita que estaba asentándose en Peaceful Bay, que claramente de pacífica tenía poco.

Habían desaparecido varios cabos sueltos y otros grandes capos flotaban en algún río o quizás mar.

— Ya nos falta poco, Emilio . —dijo Joaquin mientras ambos desayunaban en su despacho, discutiendo sobre los siguientes pasos y escribiendo nombres en su lista de objetivos.

— ¿A qué te refieres con poco? —preguntó, bebiendo de su capuchino— ¿Acaso aceptarás ser mi novio o...?

— Nada de eso. —rió— Pero nos falta poco para poder llegar a Yang Jaebeom. —mordió su labio.

— Eso es genial. —sonrió— Gracias por ayudarme.

— Fue un intercambio. —devolvió la sonrisa— No suelo dar elogios, pero creo que te los mereces. Has sido un trabajador muy eficiente desde que llegaste, a pesar de ser literalmente un dolor en el trasero. Debo halagar tu paciencia, también... Hiciste demasiado, así que prometo comprarte Pedigree. —bromeó al final, recibiendo una sonrisa boba como respuesta.

Ambos continuaron desayunando lentamente con algunos chistes de por medio, un poco mejor al saber que no les quedaba tanta mierda por delante.

— Eunwoo dijo que vendría de visita, quiere que conozcas a su pareja. —le dijo a su jefe— Está asustado de que no te caiga bien. —rió.

— No sé por qué se preocupa tanto. —negó— Verlo feliz siempre ha sido un placer para mi.

— Lo sé. Es un buen hermano y un buen amigo. —sonrió— También te aprecia mucho... Y dijo que quería hablar contigo.

— ¿De qué? —levantó una ceja.

— No lo sé, no me dijo nada. —se encogió de hombros.

Una pequeña mentirita. Lo que sucedía es que Emilio Osorio había pasado toda la semana tratando de convencer a Eunwoo para que le dijese la verdad a su hermano. El mayor sabe de antemano que siempre es mejor enterarse de la verdad de boca del mentiroso y no de un ajeno. Por más fea que fuese.

— Seguro sabes pero no vas a decirme. —rió— Pero está bien, no es nada malo ¿verdad?

— No voy a decirte nada de nada. —sonrió— Si es bueno o malo, eso lo decidirás tú.

— Pero-

— Nada. Lo único que puedes obtener de mi ahora son unos buenos besos. —estiró sus labios.

— Imbécil. —rodó los ojos y trató de acomodarse pero Osorio lo tomó de su remera para encajarle un beso.

— Acepta salir conmigo. Por favor... —hizo ojitos.

— En realidad, nunca me gustó salir con tipos menores. —hizo una mueca— Son muy infantiles.

— Pues no parezco tan infantil cuando me pides más y más. —sonrió, victorioso. Y Joaquin estuvo a punto de responderle cuando unos toques en su puerta lo interrumpieron, haciéndolo bufar.

— ¿Quién es? —preguntó.

— Eunwoo~ —incluso sin verlo, ambos sabían que una sonrisa adornaba su rostro.

— Pasa. —respondió.

— Yo los dejo, iré a ver qué hay para hacer aquí en la mansión. —se llevó consigo su taza.

— Tú te quedas aquí. —mandó Joaquin.

— No, los dejaré en familia. —sonrió antes de cerrar la puerta detrás de él.

THE GODFATHER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora