Two Love Stories [Changlix]

XVII

Toda la historia será narrada por la escrita por la escritora.

Felix había despertado, abrió sus ojos y se intentó levantar clavando uno de sus codos en la pierna de ChangBin con fuerza, pero eso hizo que el mayor despertara.

"Lo siento", se levantó de inmediato.

"Está bien", dijo aún recostado tratando de asimilar en dónde estaba, se limpió el rostro en cuanto recordó cómo es que terminaron así. "¿No ha llegado nadie?", pregunta sentándose alado del pelirrojo.

"No, parece que se están divirtiendo", se levantaron yendo a la cocina y observando debajo de la barra a Melón dormida con Noche protegiéndola a un lado. "¿Tienes hambre? Ya va a ser la hora de cenar", el pelinegro se sentó en donde siempre.

"Ahm, si, gracias", sonrió tomando su móvil y notando un correo, curioso lo abrió dándose cuenta de que lo habían aceptado para trabajar en la empresa, claro, después de que muestre todos sus títulos. Sonrió enorme llamando a su padre con emoción.

"¿Hijo? ¿Qué sucede? Tengo una cirugía en unos minutos", sonrió.

"Me acaban de aceptar en la empresa de la que tanto te hablé, papá", el hombre sonrió orgulloso de su hijo.

"¿De verdad? No puedo creerlo, estamos muy orgullosos de ti", la sonrisa de Seo aumentó aún más, la voz femenina de su madrastra estaba siendo cariñosa y se sintió bien tener aquella aprobación.

"Gracias..."

"Bueno, te dejamos, cariño. Mucha suerte y si quieres contarnos algo no dudes en llamarnos ¿Si? Te amamos", colgaron.

Su corazón se sintió tan cálido. Pero la gran amistad que hizo con todos pasó por su mente, sería una dura despedida. "¿Bin?", se acercó con una sonrisa.

"Ah ¿Si?", sonrió mirándole.

"¿Sucedió algo? De repente te quedaste en silencio", sus ojos preocupados no engañaban a nadie.

"No... Sólo, se sintió algo raro tener un cumplido de la novia de papá, hace tanto que no escuchaba una voz femenina que me alentara", Felix se sentó a su lado entendiendo completamente lo que dijo. "Mi mamá se fue tan rápido y no pude ni siquiera despedirme de ella", el pelirrojo lo alentó. "Cuando volví de la escuela ya se llevaban el cuerpo", su voz se quebró. 

"No te atormentes", le entregó un pañuelo. "¿No estaba sufriendo en esa cama?", ChangBin asintió. "Fue mejor así, Bin, ella tenía que descansar y eso la estaba torturando", lo abrazó. "Debió ser tan duro ¿No?"

"Lo fue"

"Eso te hizo fuerte, eres alguien fuerte ahora", sonrió un poco, el pelinegro limpió su rostro con el pañuelo. "No te lo cuestiones, tampoco tienes que decírselo a nadie, tú ya lo eres", le miró, el pelinegro ya no lloraba.

"Gracias, Felix", le tomó la mano sorprendiéndose de lo suave y pequeña que era.

"No tienes que agradecerme, soy tu recordatorio", sonrió. "Cuando creas que no estaré para recordártelo, entonces", suspiró porque esto de verdad se acercaba. "Toca tu corazón y recuerda todo desde que nos conocimos", sonrió.

"Ganaríamos un premio si contamos como fue que nos conocimos", Felix soltó una risita aún abrazado a él. 

"Es cierto"

"Nunca olvidaré eso", miró hacia sus gatos.

"Tampoco yo", admitió.

El pecoso se levantó un vez la mantequilla había desaparecido en la sartén con el fuego más mínimo. Pasó rebanadas de pan sobre la mantequilla para después dejarlo en un plato y hervir agua para la pasta que ya se encontraba abriendo. "¿Quieres ayuda?", el pelirrojo le miró luego de tener dificultad para poner en el colador la pasta. 

"Ah, por favor", sonrió. ChangBin se acercó y tomó el colador de metal, Felix echó todo lo de la olla dejándola de lado. "Gracias", se adueñó del colador poniendo la pasta en el recipiente que ya tenía la crema hecha.

Batió la mezcla junto a la pasta quedando lista, espero dos minutos y la sirvió en platos. Sonrió satisfecho. "Delicioso", apareció detrás del pelirrojo quien le miró.

"Si, vamos ya está listo", le tomó la mano y lo sentó. Preparó una bonita presentación y le dio su plato.

En silencio ambos comenzaron a comer el primer bocado que hizo a ChangBin decir: "Mmm"

"¿Está rico?"

"Por supuesto, no hay comida tuya que pueda decepcionarme", el pecoso sonrió enternecido. "Tienes que ir lejos, Felix, si lo haces serás el chef más reconocido", la idea no estuvo mal.

"Lo sé, pero tengo miedo ¿Sabes?", ChangBin le miró cortando una rebanada de pan con la mano para comerlo. "Porque no quiero que me compren", el pelinegro entendió. "Y que al final termine en casa sin nada que hacer porque mi restaurante lo tiene otro", la idea le sacaba enormes escalofríos.

"A puesto a qué tendrás demasiadas propuestas, pero es fácil rechazarlas", admitió masticando. "No firmando nada y leer todas las letras pequeñas", advirtió sacando una risita del pelirrojo.

"Prometo hacerlo", comieron en una bonita armonía que se rompió en cuanto SeungMin y Chan llegaron al departamento.

"Hola, chicos", saludó Chan con una sonrisa.

"Hola ¿Cómo les fue?", pregunta ChangBin bebiendo agua que el pelirrojo estaba sirviendo.

"Muy bien", admitió.

"Chan... Estaban cenando, te dije que no era buena idea, míralos", Bang Chan rió nervioso, a pesar de que Kim había hablado en susurro.

"SeungMin, ya te dije que no son pareja", caminó con su novio a ellos.

"¿Quieren pasta? Preparé una buena cantidad", Chan asintió y SeungMin no se negó. "Siéntense", dejó los platos. La comida siempre era deliciosa y SeungMin se moría por recomendar el local a la empresa de su padre.

"Cocinas delicioso", dijo Kim. "De hecho, JiSung y JeongIn también lo hacen", Felix sonrió.

"Estudiamos juntos gastronomía, pero sólo lo hicimos los primeros días porque nos mudamos acá, y ya no pudimos terminar", SeungMin asintió. "Además era carísimo, no podíamos..."

"Ya veo", la puerta se abrió dejando ver a MinHo y a JiSung.

"Hola", se acercaron. Han se sirvió pasta. "¿Me das?", el rubio volteó los ojos en broma y le sirvió.

"¿Les fue bien?"

"Si, algo así"

"Eso no me termina de gustar", admitió Chan.

"No, de hecho estamos bien", sonrió Lee.