Two Love Stories [Changlix]

XIII

Toda la historia será narrada por la escritora.

A penas Felix terminó de trabajar se fue a casa, subió las escaleras del edificio y estando frente a la puerta suspiró tocando el timbre antes de aferrarse a su bolso. El pelinegro salió y en cuanto sus miradas chocaron se abrazaron fuertemente, no sabían ni como lo habían echo.

"¿Estás bien? ¿Pasó algo? Hubiera venido más temprano pero llegó una inspectora y tuve que quedarme, vine corriendo en cuanto terminamos la última orden", habló sobando la gran espalda del pelinegro que estaba tan callado y lo preocupaba.

"Estoy tratando de estar bien", dijo suspirando mientras abrazaba la pequeña y sorprendente cintura del menor. 

"¿Por qué? Tienes que estar bien siempre", se separó sonriéndole para después volver a abrazarlo.

"No me siento bien", Felix se separó tomando su mano para encaminarlo a la barra.

"¿Ya cenaste? ¿Comiste algo?", el pelinegro negó y Felix sonrió sacando una cajita de su bolso, comenzó a desabrochar los seguros que la mantenían cerrada, ChangBin estaba curioso así que no dejó de ver. El pecosito sacó una caja de comida bien acomodada y preparada.

"Wow", murmuró pero el pelirrojo logró escucharlo y no pudo evitar sonreír enternecido.

"Hm, la he preparado sólo para ti", acercó el recipiente a él y le tendió dos palillos de metal. ChangBin se lo pensó y negó de brazos cruzados.

"No quiero..." dijo volteando la mirada hacia el frasco de azúcar, Felix le miró indignado.

"Claro que quieres", se levantó y se sentó a su lado, tomó un trozo de carne y lo acercó a los labios del pelinegro.

"¿Qué haces?", le miró, Felix seguía en su trabajo así que continuó hablando. "Fe-" el menor metió la carne a su boca y no pudo evitar reírse de ChangBin.

"Lo siento", se abrazó de uno de sus brazos, el mayor sólo masticaba pensando en cómo vengarse. "Toma, come por favor", pidió entregando los palillos, ChangBin los tomó comiendo, en realidad estaba delicioso. "Ahora me contarás ¿Qué te sucede? Hay algo que no acaba de gustarme en ti", lo soltó observándolo comer.

"El día de hoy, fue, algo duro", comenzó siendo totalmente escuchado por el pelirrojo que por dentro estaba preocupado. "Como todos lo saben", explicó y Felix asintió. "Hoy, bueno, ayer, se fue mi papá y me pidió irme con él, le expliqué el porqué no podría y dijo que no estaba molesto si yo prometía no estar molesto con lo que me iba a contar", al terminar la última palabra bebió un poco de agua porque la comida se estaba acumulando en su garganta.

"Si", se acercó un poco más haciendo que el espacio personal desaparezca. 

"Me dijo que está saliendo con alguien más", el pelirrojo se mordió el labio inferior un poco preocupado. "Yo sé que tiene derecho a rehacer su vida pero aún así es algo duro ¿Sabes?", sorbió su nariz. "Me hace sentir aún peor darme cuenta cuando ya estaba por irse", Felix negó abrazando su brazo.

"Lo entiendo, mi padre dejo a mi mamá por irse con otra persona que ahora lo hace feliz, al principio me molesté pero luego de pensarlo mi mamá y él siempre discutían, además la señora es muy diferente a mamá", apretó con su manita el brazo del hombre. "No te sientas mal, si se equivocó él se dará cuenta pronto, si no lo hizo entonces tienes que aceptarlo poco a poco", le miró conectando miradas, le regaló una sonrisa y luego miró a otro lado.

El pelinegro suspiró y en cuanto se formó un silencio la puerta se abrió, MinHo se había tropezado con el tapete así que cayó empujando a JiSung y el rubio empujó a Chan pero Chris se intentó detener porque sino golpearía a JeongIn. Felix los miró al instante por miedo y ChangBin se había asustado un poco.

Después de unos segundos todo mundo se rió. "Ya quítate", le dijo Han empujando al de cabellos azulados.

"¿Qué hacen aquí?", pregunta Felix mirándolos a todos con una sonrisa.

"Pasábamos por aquí", habló Chan. "Además estábamos preocupados por ChangBin", sonrió y el pelinegro le miró. Su rostro estaba neutro hacia todos.

"¿Somos molestia?", pregunta JiSung cruzado de brazos con su bolso colgado a un lado.

"Por supuesto que no", habló por primera vez. Felix sonrió y los recibió a todos, hablaron un poco en el sofá y poco a poco se quedaban dormidos.

ChangBin estaba en barandal del ventanal, observaba discretamente a los gatos que maúllan y sonrió al ver la grande luna debajo de ellos.

Felix llegó envuelto en una manta. "Bin", se acercó poniéndose a su lado, el pelinegro le miró y sonrió aún más por lo despeinado que estaba el cabello rojo del pecosito. "¿Qué haces despierto? Es muy tarde", bostezó.

"Estaba mirando a Noche y a Melón hablar", señaló y Felix sonrió en grande cuando los observó. "Parece que al final las cosas mejoraron", el pelirrojo asintió recargando su cabeza en el hombro de Seo.

"Espero que todo salga bien, si ellos terminan dejaré de creer en el amor", miró a ChangBin, el chico estaba siendo totalmente etéreo. "Bin"

"Hm", le miró.

"Eres un ser increíble", admitió.

"¿A qué viene eso?", levantó una de sus cejas.

"A todo lo que eres y te estás cuestionando", respondió casi al instante.

"¿Quién eres y por qué lees mi mente?", bromeó y ambos soltaron una risita. "Gracias, Felix, estás siendo alguien importante y siéntete orgulloso porque no me gusta apoyarme en las personas", se miraron y se sonrieron. Los gatos llegaron y ellos carraspearon, los animalitos les observaron raro y se fueron a dormir en su cama, la habían compartido. Felix se abrazó a ChangBin.

Los dueños se miraron con una sonrisa de triunfo por haber logrado lo que tanto ansiaban. "Muy bien, ahora a dormir", se llevó al pelinegro de la mano hasta su habitación en dónde sólo planeaba dejarlo pero en cuanto lo jalaron dentro de la cama no se molestó y se durmió tranquilamente hasta esperar la mañana.